Transatlantic, la nueva serie de Netflix, cuenta la historia de Varian Fry, un personaje que hasta ahora había pasado relativamente desapercibido en el relato de la Segunda Guerra Mundial. Fray logró salvar a cientos de refugiados en Marsella luego de que los nazis derrotaran a Francia, antes del ingreso de su Estados Unidos en la guerra.
La serie está creada por Anna Winger, la mente detrás de la exitosa Unorthodox, también de la misma plataforma. En diálogo con la Jewish Telegraphic Agency, Winger afirmó que ”las personas que vivieron estas historias se están muriendo. Mi trabajo es llevarlas a una audiencia más grande, a las personas que no conocen nada del tema”.
Fry fue un periodista graduado de Harvard que se instaló en Marsella en 1940, cuando tenía 32 años. Tenía un objetivo: ayudar a los 200 americanos que habían quedado atrapados en el territorio luego de que Francia se rindiera ante el ejército alemán. En esa lista se encontraban otros periodistas, académicos, artistas y refugiados judíos.
Lo que logró superó cualquier expectativa. En el momento de su expulsión de Francia, Fry y su equipo habían logrado que 2.000 judíos y otros refugiados que luchaban contra el nazismo puedan huir de Europa. Su labor hizo que el mundo pueda conocer la obra de figuras de la cultura como Marcel Duchamp, Marc Chagall, Hannah Arendt y André Breton.
Transatlantic recibió críticas de la prensa especializada y de personas cercanas a la historia real. Como por ejemplo Pierre Sauvage, el presidente del Instituto Varian Fry. La principal crítica es el nivel de ficcionalización del relato. La serie incorpora una serie de personajes inventados, y le da una gran importancia en la trama a las historias de amor.
El tema es bueno pero algunas actuaciones parecen ridículas.Una lástima.