La cuenta del Omer es una antigua tradición de la religión judía. Es una Mitzvá que indica que se deben contar todos los días desde la segunda noche de Pésaj hasta Shavuot. En total se cuentan 49 días en los que se lleva una ofrenda del Omer, que se representa con una medida pequeña de cebada, al Templo de Jerusalén.
Este rito es un lazo simbólico entre la salida de Egipto y la entrega de la Torá. Es decir, la celebración del paso desde la libertad física a la libertad espiritual.
Durante ese período, el Colegio de la Unión Hebrea – Instituto Judío de Religión publicará un nueva versión del Omer, utilizando distintos idiomas judíos vernáculos. Este proyecto se llama Jewish Language Project. Busca concientizar acerca de la diversidad lingüística del judaísmo, además de la variedad cultural y territorial de la diáspora judía.
Además de idiomas populares, como el ladino o el iddish, se incluirán lenguas menos habituales o conocidas, como el judeo-georgiano o el judeo-persa. Sarah Bunin Benor, la directora del proyecto, afirmó que “como consecuencia de la inmigración, las políticas nacionalistas del lenguaje y el genocidio, una gran parte de las lenguas en nuestro conteo del Omer están en peligro de extinguirse”.
No creo que por lo que comentan al final de la nota la gente dejó de hablar esas lenguas. A veces noto que es fácil echar culpas afuera en vez de ver cómo se extinguen cosas propias del pueblo solo porque ya pasó el tiempo de ellas.