“Salah Shabati”, el exitoso musical israelí vuelve a escena

3 mayo, 2018
Datner es Salah

El Musical “Salah Shabati” uno de los más exitosos y queridos del panorama cultural local y también uno de los más israelíes, tal como confiesa el joven productor Maor Maimon, por ello lo eligió para ponerlo en escena con motivo del 70 aniversario del Estado de Israel. Agregó que esta es una nueva producción espectacular. Se trata de una comedia escrita y dirigida por Efraim Kishon que la llevó al cine y batió todos los récords de su época. Esta nueva producción de Maimon es dirigida por Omer Zamari que también hizo la coreografía, la música original compuesta por Nurit Hirsch, y la letra del legendario Haim Hefer. La dirección musical y arreglos son de Shmulik Neufeld. Con la estelar participación de un relevante actor del teatro israelí, Natan Datner en el rol de Salah. Se presentará a partir del 9 de mayo y hasta fin de año, en varias funciones en los escenarios de muchas localidades del país, comenzando por Yavne, Or Akiva, Ramat Hasharon, Carmiel, Kfar Saba, Ashkelon y otras más. Por supuesto más adelante en Jerusalén, Beer Sheva, Herzlía y Petaj Tikva.

Maor Maimon

“Salah Shabati” fue primero una película protagonizada por Haim Topol, en 1965 y ganó el Globo de Oro a la mejor película extranjera. Más aún fue el primer israelí nominado al Oscar al mejor filme de idioma extranjero. Debido al enorme éxito y a su siempre actual tema, se convirtió en musical presentado en el teatro Habima protagonizada por Zeev Revah y se convirtió en un éxito sin precedentes. Maimon crea una gran producción con docenas de actores, cantantes, bailarines y acompañamiento de una orquesta en vivo. Y con elenco formado por Sharona Elimelech, Harel Moyal, Gal Amiti,  Ronnie Nadler, Meital Notik, Yoav Bar-Lev, Didi Gat, Doron Oren, y tres importantes veteranos del escenario local: Yossi Segal, Arie Moscona y Shalom Shmuelov.

Omer Zimri, director

El personaje emblemático de Salah es un inmigrante que llegó a Israel desde uno de los países árabes junto con su numerosa familia compuesta por esposa y sus cinco hijos, en la década de los 50, poco después del establecimiento del Estado. A su arribo la familia fue enviado a un campo de tránsito llamado “Maavará” que se hallaba en la vecindad de un kibutz. Rápidamente se acostumbra a la vida local e incluso alcanza el estatus de líder de la comunidad. Con las elecciones que se aproximan, representantes de diferentes partes ofrecen a Salah propuestas para que motive a todos los miembros del campo a votar por ellos. Pero Salah tiene una naturaleza honesta e inocente, se enfrenta a la burocracia joven israelí y se aprovecha de las debilidades conocidas y, finalmente logra tener su nuevo apartamento de vivienda.

 

 

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