Chiquita Levov
La pintora israelí Diana Pomerantz (de origen argentino) expone una nueva muestra individual titulada “Diario de Viaje”. Diana es una artista egresada de la Universidad de Bellas Artes, profesora y curadora, miembro de la Asociación de pintores y escultores de Tel Aviv y de la Asociación Internacional de Unesco. Ha participado en numerosas muestras individuales y colectivas, asumió funciones importantes en el área del arte, como la dirección de la Academia de Rishon LeZion. Por sus múltiples labores recibió el prestigioso título de una de las “10 mujeres del año” en 2004. La exposición en la galería “Beit Haomanim” (El Hogar Del Artista) de Rishon LeZion, a partir del 12.5 y hasta el 2.6. El 25.5 un encuentro y dialogo con la artista.
“Diario de Viaje” es una muestra muy especial ya que se trata de pinturas en acrílico y técnicas mixtas, principalmente abstractos y de vez en cuando un toque figurativo que surgieron durante una enfermedad y operaciones. Tal como declara el curador Arie Lamdan son los trabajos que fueron creados siguiendo el proceso de su enfermedad. Hace años que Diana viene luchando con la enfermedad en sus riñones y tras varios años de dializa, pudo pasar el trasplante. Son trabajos como realizados por una persona detrás de las rejas. Las pinceladas y las pinturas son libres y muestran sus sentimientos a través de líneas, colores y formas.
Sobre esta muestra nos cuenta Diana en una entrevista. “Todo empezó hace tres años cuando ya no se podía detener el empeoramiento físico y anímico en el que estaba sumida. Decidí empezar a pintar para pasar a la tela todo lo que sentía, los momentos tan difíciles de dolor e incertidumbre. Y escribir con palabras simples pero fuertes, las explicaciones sobre cada cuadro, como si estuviera ilustrando un diario. Cada vez que entraba al estudio y cerraba la puerta, se producía algo mágico.
De golpe me encontraba en un mundo diferente, adentro pintaba y escribía pero no siempre sobre mi estado de salud, a veces solo para disfrutar del solo hecho de pintar. Estas dos acciones me ayudaron a limpiarme, a sacar de adentro mío el enojo, la depresión y los pensamientos negativos que no me daban descanso. Lentamente mi salud mejoro y yo acepte mi realidad. Los dibujos y la escritura pasaron a ser mas optimistas y alegres y yo también. Así pude llegar a concretar el proyecto que tanto soñé: el trasplante de riñón, hace año y medio.