Los celos y el fanatismo
EL Rav David Silverberg nos enseña que Dios da su clara aprobación al acto de Pinjás, que, como escribe Rashí, generó una gran controversia y fue condenado por muchos entre los hijos de Israel. Recordemos que la lectura de la semana comienza con la proclamación de Dios recompensando a Pinjás cuando mató a Zimri y Cozbi cuando estos ofendieron públicamente las normas durante el incidente de Baal Peor en Shitim.
Numerosas fuentes identifican a Pinjás con el profeta Eliyahu, durante la Primera Mancomunidad que se opuso celosamente a la adoración de Baal en el Reino del Norte de Israel, e incluso mató a sus profetas en el Monte Carmel (Melajim I 18).
El Midrash (Yalkut Shimoni, Melajim II 2:15) comenta que Dios le dijo a Eliyahu: “¡Siempre eres celoso! Fuiste celoso en Shitim por la escabrosidad sexual, ¡y ahora también eres celoso!».
Parece que Dios criticó a Eliyahu tanto por su fanatismo en Shitim, en la época de Baal Peor, como por su fanatismo al oponerse a la adoración de Baal en la época de Ajav e Izevel.
Surge entonces la pregunta obvia, ¿por qué Dios ahora expresó su desaprobación por el celoso acto de Elihau, después de felicitar enfáticamente a Pinjás e incluso de prometerle una recompensa por su fanatismo. El rav Yehuda Leib Ginsburg, en su Musar Haneviim, señala los diferentes contextos de estos dos actos de fanatismo. El acto de Pinjás en Shitim ocurrió durante los traslados de los hijos de Israel por el desierto, cuando vivieron milagrosamente y estuvieron acompañados en todo momento por la Presencia Divina.
El Gaón de Vilna comentó que aunque normalmente el Cohen gadol tiene permitido ingresar en el Santa Santuario el Kodesh Hakodashim, la cámara más interna del Mikdash, solo en Iom Kipur, se le permitió ingresar a Aharon al Kodesh Hakodashim y realizar el servicio de Iom Kipur cualquier día del año. Durante el tiempo que los hijos de Israel pasaron en el desierto, cada día del año tenía el estatus de Iom Kipur, dada la intensidad de la Presencia Divina durante ese período, y por lo tanto, Aharon podía realizar el servicio de Iom Kipur en cualquier día.
En tales condiciones, la respuesta violenta de Pinjas al acto de Zimri y Cozbi fue, en principio, apropiada. Cuando Benei Israel vivían en un nivel espiritual especialmente alto y la Presencia Divina era palpable, un acto pecaminoso grave como el cometido por Zimri y Cozbi convocaba una respuesta extrema. En la época de Eliyahu, sin embargo, la gente estaba muy lejos de la observancia de la Torá y de la Presencia Divina. Su condición guardaba poca semejanza con la atmósfera de santidad que se sentía en el campamento israelita en el desierto, por lo que se justificaba un enfoque más suave y paciente. El hecho de que Eliyahu actuara con celo en ese momento puso en duda su fanatismo en Shitim, ya que demostró que no tuvo en cuenta el contexto y las circunstancias más amplias. Si fue celoso en los tiempos de Ajav e Izevel, esto demostró que su fanatismo en Baal Peor apareció sin la debida consideración.
Esta percepción nos recuerda que diferentes circunstancias y contextos justifican diferentes respuestas. Las soluciones que se utilizan eficazmente en una situación no son necesariamente apropiadas para resolver el mismo problema en una situación diferente. El fracaso de Eliyahu fue reaccionar en los tiempos de Ajav e Izevel de la misma manera en que Pinjás reaccionó en los tiempos de Moshe Rabenu. Cada generación y conjunto de circunstancias presenta desafíos únicos y requiere estrategias diferentes, por lo que las medidas que eran apropiadas en la época de Baal Peor no eran necesariamente apropiadas en la época de Ajav e Izevel.
Este sutil comentario nos brinda una gigantesca lección.
De nada sirve repetir una acción que eventualmente pudo ser útil en un momento dado bajo circunstancias diferentes. Lo que tuvo éxito en ese contexto de nada sirve si las cosas cambiaron.
Es mejor invertir creativamente para encontrar soluciones diferentes.
Dentro de la lección, hay un subtexto que conviene recordar: las acciones tomadas sin reflexión, inopinada e intempestivamente suelen tener éxito únicamente por casualidad. En la mayor cantidad de situaciones nos pueden llevar a la catástrofe y la reacción divina frente al profeta Elihau es más que evidente.