El ayuno de Guedaliá. Reflexión.

18 septiembre, 2023 ,
Foto: Pixabay

Guedaliá hijo de Ajikam había sido designado gobernador sobre Israel por el propio Rey Nabucodonosor, luego de la destrucción del Beit Hamikdash o Templo de Jerusalén.

Visto por muchos como un traidor, y envidiado por otros, cae en una trampa en la ciudad de Mitzpá donde es asesinado, junto a su guardia caldea, a manos de un tal Ishmaél hijo de Netaniá instigado por el Rey de Amón.

Judío contra judío.

Advertido que podía haber una conspiración en su contra, se negó a dar crédito que un hermano pudiera o pensará levantar la mano contra otro hermano.

Obvio que en estos días de Teshubá hasta el día de Kipur, muchos de nosotros nos fijamos en todo aquello que tenga que ver en transgresiones de los mandamientos entre el hombre y D’os, y puede que de alguna manera intentamos saltear nuestros deberes y deudas para con nuestro prójimo.

Si hemos sido indiferentes, ofensores, o si hemos perjudicado a alguien no siempre esto talla profundo en nuestro interior.

En carne propia.

Muchas veces, debemos sufrir, ataques que provienen de otros hebreos, que nos desconciertan, ya que por historia y antecendentes no siempre podemos comprender, pero al final debemos hacerlo que, “no existe peor astilla que la del mismo palo”.

En el tema de Guedaliá, el Rey de Amón utiliza a un judío contra otro judío, hoy en Buenos Aires, vemos judíos que utilizan a gentiles para atacar a otros judíos.

Aunque difícil de creer, esto existe. Claro que se dice el pecado y no el pecador.

Pensar bien y realidades.

Según nuestros sabios debemos pensar para bien (y lo aceptamos), y por otro lado hay realidades que uno no sabe si entre callar y resignar o mencionar.

Lejos del lashón hará, hay un dolor profundo, ya que sabemos que esto trae inevitablemente “jilul Hashem” o profanación del nombre de D’os frente a los gentiles. Y puertas adentro, no cabe duda retrasa la venida del Mashíaj y la redención final del pueblo de Israel. Y naturalmente y lamentablemente estas crueldades pueden acarrear de la mano divina, problemas de salud y tragedias colectivas e individuales (Hashem Ishmor o D’os nos guarde)

El ladrillo y la persona.

Lloramos permanentemente la destrucción del Beit Hamikdash, pero nos cuesta involucrarnos cuando lo que está en juego es la vida de otro judío.

Reflexión final.

Debemos saber que la vida del otro es el tesoro más grande que hay que cuidar, e intentar su destrucción, equivale a la destrucción de la Casa de D’os. Reflexionar sobre la tragedia del asesinato de Guedaliá, justo en los días que estamos pidiendo misericordia a Boré Olám o el Creador del mundo, encierra ese otro lema.

Y el punto es: “Hashem solo puede tener misericordia del judío que se apiada del otro judío”. En la opinión personal de este humilde escritor, es imposible desdoblar la relación del judío hacia D’os y hacia su semejante.

Como dijeron los rabinos: “cada judío es un Beit Hamikdash, y cada judío es como un Sefer Torá”.

La ubicación de este ayuno en nuestro calendario, reitero no es casual. Como diríamos del Todopoderoso: “donde pone el ojo pone la bala”.

El tema es no baypasear (circular por una calle periférica o dar un rodeo o esquivar el bulto) o saltear el mensaje. No soslayarlo ni minimizarlo.

Esa es la consigna de estas líneas, a los fines de rectificar y siempre para bien de todos nosotros.

Jatimá tová para todo Am Israel

Dr. Natalio Daitch

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