Por Dr. Israel Jamitovsky
Generalmente se alude a Jerusalén como una de las ciudades más pobres de Israel en mérito a la marginación y gravitante presencia ultra ortodoxia y árabe. Sin embargo, un interesante estudio promovido por la Intendencia de Jerusalén y el Instituto de Investigaciones de Políticas de Jerusalén, acredita que entre los años 2013 y 2018, aumentó considerablemente el número de ultraortodoxos judíos y árabes en el espacio de la clase media en Jerusalén. He aquí algunos de los guarismos y conclusiones del mencionado estudio.
Un 42% de las familias jerosolimitanas pertenecen a la clase media, entre ellas un 14% a la clase media alta.
Entre los años 2018 y 2013, la clase media de la población jerosolimitana aumentó un 5% pasando de un 37% a un 42%., pero en tanto que el porcentaje de la clase media alta-14% como se señaló-permaneció incambiada, el aumento del 5% a la clase media se debió a la incorporación de núcleos provenientes de las clases bajas.
Los guarismos son claros e inequívocos en cuanto al crecimiento evidente de la ultra ortodoxia y la minoría árabe, claramente superior al resto de la población. En el espacio ultraortodoxo el aumento fue de 14 puntos, en el árabe de ocho puntos mientras que en el resto de la población fue sólo de cuatro puntos. Obviamente que a ello hay que agregar el peso demográfico de ultraortodoxos judíos y árabes en Jerusalén. Un 24% de toda la población ultraortodoxa de Israel reside en Jerusalén, en tanto que un 40% de los residentes en Jerusalén pertenece a la población árabe.
Afloran lineamientos generales y comunes en los distintos colectivos que integran la clase media en Jerusalén. Ambas cabezas de familia trabajan, menor número de miembros en relación con familias de los estratos inferiores, propietarios de una finca, inversión en educación privada y enriquecedora así como alto porcentaje de educación universitaria y académica. Dato interesante: la clase media jerosolimitana aporta mucho más a organizaciones de filantropía que la clase alta y la clase baja.
Sin perjuicio de existir coordenadas semejantes entre los tres grupos que componen la clase media y objeto de la investigación (ultraortodoxos, árabes y el resto de la población, a título de ejemplo en lo relativo a la educación formal e informal, adquisición de bienes de consumo, esparcimientos), la investigación enfatiza las diferencias reinantes entre los distintos colectivos.
El número de personas que trabaja en las familias ultraortodoxas es de 1.3, en el resto de la clase media judía es de 1.52 en tanto que en el colectivo árabe de 1.50. Guarismo muy sugestivo es que un 70% de la población ultraortodoxa es propietaria de su finca propia, más elevado que el resto de la clase media judía (58%) y de la clase media árabe (55%).
El número de almas promedio en la ultra ortodoxia de la clase media en Jerusalén es de 3.47, en el resto de la población judía es de 3.57 en tanto que en el colectivo árabe es de 3.80.
Un guarismo muy importante que por cierto puede explicar el crecimiento de la clase media en Jerusalén. Un 63% de la clase media árabe posee un título académico, otro tanto posee un 50% del restante sector judío mientras que un 40% el sector ultraortodoxo detenta igualmente títulos universitarios.
Incuestionablemente asoma una clara interrelación entre educación académica, ocupación y movilidad social. En el caso del sector ultraortodoxo, en este éxito han pesado el hecho que muchos de ellos provienen del Mundo Occidental, son excelentes profesionales liberales o exitosos hombres de empresa, hombres de mundo, con hábitos propios de las sociedades occidentales, a lo que debe aunarse en Israel el creciente número de estudiantes ultraortodoxos o que un 86% de las mujeres ultraortodoxas trabajan. Mas aún, en este contexto, este colectivo invierte en clases privadas para sus hijos en materias que no son de índole religiosa, animados por el propósito de ampliar su horizonte y garantizar su futuro.
Sin perjuicio de su excelente nivel de vida, de la investigación practicada, surge clara e inequívocamente que este colectivo ultra ortodoxo cumple y practica íntegramente su concepción de mundo y vida y que se refleja en impartir a sus hijos educación ultra ortodoxa en colegios conservadores, seguir los dictados de su rabino en numerosos espacios, desplegar una rica vida comunitaria, practicar el voluntariado en múltiples áreas y efectuar donaciones pecuniarias en volúmenes por cierto considerables. Es quizás la mejor prueba que su inserción en el mercado de trabajo puede y debe hacerse sin renunciar en un ápice a su concepción de mundo. Por todo ello es lamentable que sólo un 52% de los hombres ultraortodoxos trabaja en todo Israel y que es totalmente incomprensible que en numerosos espacios de la población ultraortodoxa se niegan a impartir a sus jóvenes asignaturas básicas como inglés, matemáticas y ciencias informáticas, fundamentales para su futura formación y exitosa inserción en el mundo moderno y en la sociedad israelí.
En lo que atañe a la clase media árabe en Jerusalén y en especial la que reside en la parte oriental de la ciudad, de los estudios practicados se desprende que existe una aguda relación entre su trabajo en Israel o en organismos israelíes ubicados en el sector oriental de la ciudad- en tanto académicos o detentando cargos administrativos- y su pertenencia a la clase media árabe. Ello implica un dominio sólido del idioma hebreo e interacción en diferentes planos con la población judía del entorno. En ese contexto, cabe destacar que envían a sus hijos a excelentes colegios europeos y cristianos de la ciudad con un costo de 20 mil shekels por año por hijo, que los jóvenes prefieren cursar sus estudios en universidades israelíes en vez de hacerlo en la Autoridad Palestina o en Europa. Al igual que sus pares ultraortodoxos, continúan siendo fieles a su comunidad religiosa, en sus vacaciones viajan al exterior-en especial a Turquía- y un hecho interesante a recalcar es que son política y socialmente indiferentes, animados por el deseo de evitar problemas y continuar progresando.
Cabe pues, seguir este proceso de indudable trascendencia para la sociedad israelí.
Muy interesante, pero la mitad del presupuesto de la ciudad proviene del presupuesto nacional. La mitad !…o lo que es lo mismo que decir que el Estado financia la mitad del presupuesto. Más claro agua !…el resto de las ciudades se financia con sus propios ingresos, salvo algunas otras que se les compensa una parte menor para completarlos.
Bravo!!! Hacía mucho que no leía la palabra «ultraortodoxo». Jajajaja.
Como los llamaría Ud. ?….tiene alguna idea novedosa ?…porque las corrientes que se conocen se denominan asi. Conservadores, conservadores modernos, tradicionalistas, liberales, ultraconservadores, aterrorizados de d ios…elija Ud…como les llamaría….
Xq hacen diferencias y asentuan las grietas y divisiones.
Deberian informar sin ser tan cinicos.