Una moderna y excelente “Oristea” se estrena en el Teatro Gesher

9 noviembre, 2018
Ben Zur y León Agamenon

“La oristea” de Esquilo, se ha estrenado en el Teatro Gesher, y esta vez es una versión moderna de la trilogía griega original de ese autor empapada de sangre sobre una familia encerrada en un ciclo asesino de venganza, adaptada y escrita por Robert Icke, dirigida aquí por el gran maes tro del drama Yevgeny Arye que no tiene émulo en el panorama del teatro local y con traducción de Roy Chen.
Una excelente puesta en escena, interpretada por un elenco encabezado por dos grupos diferentes de actores centrales, y ambos son muy exitosos, cada uno con su aporte personal pero todos, el grupo completo de actores muy dignos de la gran ovación que reciben del público al finalizar la obra. Sin duda “Gesher” está presentando la mejor obra en el panorama teatral del país. Los actores son: en el rol de Clitemnestra la actriz Efrat Ben Zur, que es la mejor en los escenarios locales.
Encabezan el elenco Miky Leon y Doron Tabori alternando en el rol de Agamenón. Henry David y Alon Friedman en Orestes, Noa Har Zion y Neta Shpigelman en el de Electra, Maya Gamzu y Tal Peleg en el de Ifigenia. En resumen: guerra, familia, destino, compasión, búsqueda de justicia, venganza: todo esto y más en una saga familiar sangrienta que es igual a la de hace dos mil años. Y otra obra maravillosa que se pone en escena en el Teatro Gesher, uno de los mejores del país. La pieza original de Esquilo se ocupa de la relación entre los gobernantes y el pueblo, fue escrita en el siglo V antes de Cristo, y, sin embargo, esta obra clásica, sigue siendo relevante aun en nuestros días.

Tabori- Agamenón con Ifigenia

Regreso triunfal de Agamenón

Regreso triunfal de Agamenón

Esta versión teatral se basa en las tres obras de la trilogía homónima: Primera parte «Agamenón», la segunda parte Portadores de la Libación y la tercera. Diez años después del estallido de la guerra de Troya y tras la inesperada victoria, los ejércitos de Grecia deben volver a casa.
El pueblo griego está agotado, pero las multitudes admiran al rey Agamenón. En el centro de esta versión teatral moderna aparece «la necesidad de la familia» con gente común que trata de vivir, de soñar y esperar a la sombra de los acontecimientos políticos. La necesidad de la familia es que los políticos aseguren su vida y su lujo, mientras que los políticos necesitan la familia para perpetuar el dominio corrupto. Danza frágil y delicada esta danza de la vida, que se viola cuando el reinado del terror dictatorial logra levantar cabeza y bloquear cualquier canal de diálogo.
Esta versión que trae el terrible ciclo de culpa y venganza de la trilogía original, comienza con Orestes siendo interrogado y juzgado por asesinato, y sigue con Clitemnestra matando a su esposo el guerrero Agamenón quien tras muchos interrogantes, llegó a sacrificar a su hija Ifigenia durante la guerra de Troya, por una profecía que lo requería a cambio del éxito en la guerra. La pieza se convierte en una historia contemporánea con matices sacados de varias realidades de nuestro tiempo.
El autor Icke declaró que algunas de las disputas maritales entre Clitemnestra y Agamenón se inspiraron en la pareja Clinton, tal como fueron publicitadas. Pero aquí se colocó en el centro de la historia el personaje de Ifigenia para mostrar el dilema épico de un padre que debe sacrificar a su hija y es el ejemplo más explícito de la ambigüedad moral que se encuentra en cada esquina de la obra. Y de nuestras realidades.■

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