La rendición como pecado: Julio Alonso Llamazares

22 junio, 2017

Joseph Hodara
¿Qué conduce a un hombre a abandonar algunos ensueños de la vida, ceder a la tentación de tomar las armas y encarar la muerte de los otros o de él mismo? Y cuando la derrota parece inminente y cercana, ¿por qué no rendirse y aceptar serenamente las consecuencias?
Preguntas que Julio A. Llamazares enhebra y persigue en su libro Luna de lobos que vio la luz en 1985. Quince años más tarde fue vertida al hebreo por Rami Saari, editorial Carmel, Jerusalén.
Llamazares nació en 1955 en Vegamián, España, lugar hoy inhabitable desde que torrentes imparables de agua lo convirtieron en pantano. Como periodista es conocido en las páginas de El País madrileño, que tienen amplia audiencia en el público latinoamericano. Con su novela La lluvia amarilla (1988) se consagró definitivamente como escritor y poeta. Esta obra fue llevada al cine pocos años más tarde.
Luna de lobos refiere las aventuras de cuatro soldados republicanos que al vislumbrar la derrota en la contienda civil española resuelven cruzar la cordillera cantábrica y pedir refugio en las poblaciones donde nacieron. Sin lograrlo, deben deambular de un lugar a otro con el riesgo de ser atrapados por la guardia civil franquista.
Dramática odisea que se despliega en un periodo de casi diez años. Ángel, Ramiro, Juan y Gildo son los jóvenes que están en permanente fuga, obligados a pedir algún alimento en las poblaciones cercanas y a contemplar desde lejos las penurias de sus familiares sometidos por el nuevo régimen.
Esta obra mereció 22 ediciones y fue traducida a nueve idiomas, incluyendo griego y árabe. Su prosa asume con frecuencia un estilo poético al describir la particular crueldad de la guerra civil y sus altos costos (más de medio millón de muertos). Una guerra que cambió radicalmente el devenir español y constituyó el anticipo de una conflagración mundial.
El relato abraza casi diez años. Se deslinda en cuatro periodos empezando por el otoño de 1937, cuando la derrota republicana se vislumbra inevitable. Continúa en 1939 cuando Ángel y sus compañeros encuentran arriesgado refugio en las montañas leonesas; para evadir a los guardias los cuatro amigos se ven obligados a enredarse en conflictivos encuentros con sus familias cercanas e incluso matar antes de ser muertos. Las peripecias del grupo concluyen en 1946 cuando Ángel comprende que ya no tiene hogar alguno en España y asciende a un tren que lo conduce a un lejano destino.
Cuatro son sus temas cardinales. La continua presencia de la muerte en los enfrentamientos entre franquistas y republicanos es uno de ellos. Un hecho que los cuatro amigos apenas previeron y que, sin opciones, deben encarar. La derrota los conduce a refugiarse en las montañas próximas a sus hogares, y desde allí son testigos de la crueldad y de los abusos que el nuevo régimen resuelve propinar contra poblaciones consideradas hostiles a Franco. Sin embargo, las persecuciones, el hambre y el frío no logran desatar los lazos fraternales del grupo; la mutua solidaridad y apoyo les facilita resistir a las crueldades climáticas y humanas, en particular cuando sus familias perseveran en mantener y fomentar la comunicación con ellos. Relato que atina a conjugar lo histórico con lo existencial. Obligada lectura.

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