Gran film, magistrales actuaciones

20 abril, 2017 ,

I, Daniel Blake (Reino Unido, 2016). Dirección: Ken Loach. Guión: Paul Laverty. Fotografía: Robbie Ryan. Actores: Dave Johns (Daniel), Hayley Squires (Katie), Brianna Shann (Daisy), Dylan McKierman (Dylan), Kate Rutter (Ann), Sharon Percy (Sheila), Kema Sikazwe (China), Steven Richens (Piper) y otros

Daniel Blake es un carpintero de 59 años de edad que se está recuperando de un infarto masivo, es viudo, su esposa falleció hace poco tiempo aquejada de cáncer, a quien cuidó con dedicación durante el proceso de esta terrible enfermedad. No tenían hijos, los servicios sociales le dieron una subvención, que retiraron sin darle explicación alguna, según un examen puede reintegrarse a las fuerzas laborales a pesar de que los médicos se niegan a autorizarlo a consecuencias del ataque cardíaco.
Ese examen se da en una escena que tiene su lado cómico pero al mismo tiempo dramático por la falta total de empatía de parte de los funcionarios. Como no le queda otra alternativa comienza a vagar por las calles de Newcastle buscando empleo pero en su condición y edad nadie quiere emplearlo.
Dentro de las exigencias figura presentar un CV (curriculum vitae) por internet a algunas instituciones de asistencia y consejo profesional a lugares potenciales de trabajo. Para Daniel la computadora es algo desconocido, nunca se ha acercado a una y no tiene idea como buscar o llenar el formulario que le solicitan. Encuentra un lugar donde hay computadoras y gente joven que desea ayudarlo, una especie de solidaridad con un desvalido tecnológico, pero nada resulta.
Sus visitas a las oficinas de asistencia social se multiplican, pasan horas hasta que la persona llega a las ventanillas de la oficina para ser atendido y todo está teñido de un humor amargo.
Una de las empleadas procura darle un trato humano agregando algún minuto en la entrevista, pero su superior la reprende por salirse de la cuota de tiempo asignado a cada persona que necesita los servicios. Un toque interesante que muestra lo obtuso del trato que se les a los empleados mismos y cómo están restringidos y supervisados.
Los intentos de Daniel de conectarse por teléfono con los servicios reducen sus posibilidades a la nulidad, no es algo desconocido hoy en día cuando el teléfono te envía de un número a otro sin ningún contacto humano y sin poder atravesar la barrera que se les impone a los necesitados, no falta ironía en la descripción meticulosa del film de la situación.
En una de sus visitas a las oficinas Daniel encuentra a Katie, madre soltera con dos chicos de padres diferentes que ha vivido en Londres pero pasó a Newcastle después que el dueño del apartamento la echara por una queja suya. Daniel sale en su defensa luego que un representante con el cual tenía una cita se niega a recibirla por haber llegado unos minutos tarde siendo que la ciudad es nueva para ella. Se crea un vínculo entre dos postergados por la sociedad, ahí Daniel con sus capacidades de carpintero trata de ayudarla en su nuevo apartamento que deja bastante que desear.
Pareciera que los servicios de asistencia social no existen para asistir a los necesitados, sino que están capacitados para ahorrarle el dinero al gobierno. Hay escenas sobre la lucha de Daniel y Katie contra el sistema, una es realmente impactante es cuando Katie, que se priva de la comida para dejarla para sus hijos, abre en el centro de reparto de comida a los necesitados una lata de conservas de arvejas y toma el líquido que contienen antes de desmayarse de hambre. Hay una gran humillación en esa pobreza. El film también muestra a los vecinos del apartamento de Daniel que tratan de arreglárselas a su manera, de pronto éste recibe un caja de cartón con zapatos de China que ha sido enviado a su nombre y ellos los venderán, a tres veces su precio.
Luego de su último filme Loach había declarado su intención de retirarse del cine pero he aquí que vuelve a la escena cinematográfica con su mejor película de los últimos años que, le ha valido recibir a sus 80 años de edad el premio a la mejor película en el renombrado “Festival de Cannes” último, su segundo premio en ese festival.
Sus filmaciones llevan al espectador a un gran vínculo con lo que documenta, crea una identificación plena con sus protagonistas y sus sufrimientos. El empleo de actores idóneos es magistral, Hayley es actriz y escritora de obras teatrales y Johns es un cómico conocido, en su actuación dramática no faltan toques de humor seco, interpreta al personaje con contención aún en los momentos difíciles que no faltan. No hay sentimentalismos pero eso no impide a Loach su mirada general por encima del predicamento particular de los protagonistas. Gran film.

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One thought on “Gran film, magistrales actuaciones”
  1. Loach boycotea a Israel. Israel no lo boycotea…hasta que El Bibi decida que le conviene hacer de Loach un escandalo que enardezca a las bandas fascistas que lo respaldan.

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