Film Magnífico, gran actuación de Casey Affleck

1 diciembre, 2016

Manchester leiad haiam (Manchester by the Sea, USA, 2016). Dirección y guión: Kenneth Lonergan. Fotografía: Jody Lee Lipes. Actores: Casey Affleck (Lee Chandler), Kyle Chandler (Joe Chandler), Lucas Hedges (Patrick), Gretchen Mol (Elise), Michelle Williams (Randi), C.J.Wilson (George) y otros

Lo encontramos por primera vez a Lee, como conserje de un edificio en Boston, cuya rutina diaria es destapar inodoros, pintar paredes y limpiar la entrada de la nieve acumulada. Es taciturno, poco dado a las palabras y pareciera que está atravesando un período de post trauma del cual no se ha recuperado aún. Ya sea en el trabajo o en el bar después de las labores, le es más fácil meterse en riñas, sus puños hablan por él pero no es claro lo que dicen.
Un día recibe la noticia de que su querido hermano mayor, Joe, ha fallecido de un infarto, emprende el viaje solitario a Manchester al lado del mar, su ciudad natal que ha debido abandonar debido a circunstancias aún no reveladasa. Esas circunstancias van emergiendo a través de una sucesión de flashbacks de tiempos mejores.
Lo vemos a Lee gozando de tardes idílicas con Joe y su pequeño hijo Patrick, navegando en su vieja embarcación en el puerto de Manchester, Joe recibe el diagnóstico de la existencia de una falla en su corazón, su mujer, Elise, comienza a beber y finalmente se va de la casa. En otra secuencia lo vemos a Lee exasperando a su esposa Randi y probablemente a sus tres hijos pequeños, luego se pasará a una tremenda secuencia que pone en evidencia la terrible tragedia que ha llevado a Lee al estado en el que se lo ve en el presente.
El empleo de esa técnica de relato incluyendo flashbacks sin preanunciarlos, podría hacerle la vida difícil al espectador pero luego de más de cien años de cine, el director y guionista se permite la libertad de hacerlo, lo que obliga al espectador a prestar atención cuando se lo está metiendo en el duro drama. Justamente ese paseo entre pasado y presente, le da un peso más profundo a lo que ocurre. Es que justamente después de lo ocurrido ni el presente ni el futuro puede ofrecer un alivio, una palabra o algún posible accidente pueden traer a la superficie recuerdos muy dolorosos.
Lee está divorciado y en una visita al abogado le expone el testamento de Joe y ahí se entera de que la voluntad de su hermano es que se haga cargo de su hijo Patrick, ahora de dieciséis años que vive en Manchester a distancia considerable de Boston, el lugar de residencia es un sótano de la casa y de su trabajo. No hay duda que esto le cae a Lee como un repentino rayo en un cielo azul y su primera reacción es negarse a ser el custodio de su sobrino. La elección de Joe para tomar esa decisión póstuma se va aclarando gradualmente pero le corresponde al espectador hacer la conexión. No obstante Lee trata de hacer lo mejor que puede, pese a sus limitaciones, por lealtad a su difunto hermano. Es así como se ve metido en la experiencia, que no le es familiar, de hacer de padre a un adolescente enervante.
Patrick, tiene una banda de rock bastante chapucera y además mantiene relaciones amorosas con dos chicas. En realidad Patrick, utiliza a su tío para poder tener esos lazos, en una escena hasta tiene que conversar con la madre de una, mientras el sobrino intenta tener relaciones sexuales con la chica. Por otra parte hay una disputa acerca del entierro de Joe, su hijo quisiera enterrarlo pero Lee argumenta que están atravesando un invierno muy duro y es casi imposible cavar en la tierra, hay que esperar, así que se dispone del cadáver en el frigorífico del velatorio hasta la primavera.
Todo esto podría parecer muy oscuro pero no faltan los ratos de la comedia seca, por ejemplo, citando algunas situaciones: los técnicos que transportan el cuerpo o las patas de la camilla que colapsan repetidas veces cuando intentan meterla en la ambulancia. En otra ocasión Patrick le pregunta a Lee notando que tiene la mano vendada y con sangre en la venda, qué le ha ocurrido, Lee responde que se ha cortado la mano y Patrick, sin moverse de la mesa, comenta que “por un minuto no sabía qué habría sucedido”.
Hay una escena poderosa en un encuentro casual de Lee con Randi que está paseando con el bebé en su carrito, se ha casado luego de años y el cruce de palabras duras y reproches es de una gran fuerza dramática. La actuación de Affleck es soberbia y emocionante, su capacidad de fundirse en ese personaje es la labor de un gran actor. Sin duda es un film magnífico y Lonergan se luce como el gran cineasta que es.

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