Bahréin, un pequeño pero opulento reino árabe del Golfo Pérsico, expresó un inusual apoyo a la decisión de Australia de reconocer a Jerusalén occidental como la capital de Israel.
Horas antes, el primer ministro australiano, Scott Morrison, había anunciado que su país reconocerá a Jerusalén occidental como la capital de Israel y la Liga Árabe lanzó en respuesta una furiosa declaración denunciando la “irresponsable y tendenciosa” decisión alegando que es “contraria a la ley internacional”.
Poco antes del anuncio, Australia advirtió a sus ciudadanos que tengan cuidado si visitan la vecina Indonesia, de mayoría musulmana.
Los numerosos australianos que se disponen a volar a la turística Bali y otras islas tropicales para disfrutar de sus vacaciones veraniegas deben “ejercer un alto grado de precaución”, alertó el Departamento de Exteriores australiano.
Sin embargo, el ministro de Exteriores de Bahréin, Khalid bin Ahmed al Khalifa, rechazó las “irresponsables declaraciones” de la Liga Árabe, en un mensaje de Twitter enfatizando que “la posición de Australia no afecta las legítimas demandas palestinas, primero y principalmente sobre Jerusalén oriental como capital de Palestina, y no contradice la Iniciativa Árabe de Paz”.
A principios de mes, el ministro de Exteriores de Bahréin criticó duramente al grupo terrorista pro-iraní Hezbollah por cavar túneles desde el sur del Líbano hacia el territorio israelí.
“¿No es una amenaza abierta a la estabilidad del Líbano la excavación de túneles por parte de la organización? ¿Quién tiene la responsabilidad cuando los países vecinos asumen la tarea de deshacerse del peligro que los amenaza?, puntualizó el jefe de la diplomacia de Bahréin en un mensaje de Twitter en idioma árabe.