El último sábado, un hombre arrojó un objeto prendido fuego a un monumento a las víctimas LGBT del régimen nazi en el parque Tiergarten de Berlín, Alemania. Si bien el hecho vandálico fue visto por un guardia de seguridad, el criminal no pudo ser capturado.
No consiguió que el monumento se prendiera fuego, pero si dejó papeles con citas bíblicas que hacían referencia a la homosexualidad y la pena de muerte. El monumento inaugurado en 2008 fue un encargo del parlamento alemán. Se encuentra en el centro de la ciudad, cerca del memorial por las seis millones de víctimas judías del Holocausto.
Durante el régimen nazi, se estima que se envió a los campos de concentración a entre 5.000 y 15.000 personas por pertenecer al colectivo LGBT. A los que no eran asesinados instantáneamente, se los obligaba a utilizar un triángulo rosa. Esto los dejaba en el peor escalón de la jerarquía dentro del campo, y muy pocos consiguieron sobrevivir.
LSVD, una organización que lucha por los derechos LGBT, expresó en un comunicado oficial su asombro por la incitación al odio que expresaba el incidente. Además, señalaron que esa misma noche se produjo otro acto de vandalismo en otro memorial del Holocausto.
Debe ser el calor que les atrofia aun más los cerebros a los ultraderechistas, o quizás sea que en el asunto de la homofobia los nuevos partidos ultraderechistas mantienen un juego a dos bandas. Por ejemplo, en España, aunque el nuevo partido ultraderechista Vox se ha distanciado de sus correligionarios en Europa al mantenerse fiel a una tradición homófoba de los fascistas españoles, mientras que en el resto de Europa occidental son abiertos a los homosexuales y lesbianas, hasta tienen líderes homosexuales, como fue Jorg Haider, que falleció en un accidente de automóvil tras salir de un conocido pub gay, luego su novio y segundo del partido acusó a Israel de su muerte, lo mismo que su esposa oficial, o en internet se podían ver webs de neonazis españoles analizando minuciosamente el accidente para demostrar que fue un asesinato de los judíos de Israel y que las autoridades austriacas lo encubrieron. Aunque tampoco son muy de fiar en este aspecto, ya hicieron algo parecido en la Alemania nazi. Según el texto de 1949 «Las aberraciones sexuales en la Alemania nazi», del anarquista judío Eugen Relgis, aunque el texto es una evidente crítica al nazismo y al fascismo pero está centrado en la homosexualidad de los nazis, o antes también de soldados y militares alemanes, como Von Eulenburg y Von Holstein, los que según el texto provocaron las dos Guerras Mundiales, unos personajes que arrastraron al país hacia su misma locura, simplemente por sus instintos homosexuales o por esa virilidad que sobreexcita sobremanera a algunos homosexuales. El nazismo impregnó a toda la sociedad civil alemana con su militarismo, con la vida acuartelada y el fomento de la virilidad, sobre todo afloró la virilidad misógina de homosexuales como Enrst Rohm, el que fue Jefe de las SA nazis, así que la camaradería nazi en realidad o en no pocas ocasiones se trataba del amor entre homosexuales, es decir, luchaban por salvar la vida del compañero amado, o por vengar su muerte.
A pesar de la homofobia de los fascistas españoles y de su nuevo partido Vox, sin embargo, según se dice en medios españoles, ahora mismo los españoles han ido a peor tras una crisis interna con la dimisión de varios políticos de Vox, y el partido ahora habría sido tomado por los más ultracatólicos, aun más retrógrados que los fascistas españoles más estándar. Los fascistas españoles más ultracatólicos son un sector que están especialmente muy perturbados con la homofobia, por ejemplo seguramente en Vox están los de la organización Hazteoir, que hace unos años protagonizaron las portadas de los medios españoles al montar una gran campaña publicitaria contra la educación a los niños permisiva con la homosexualidad, incluso llegaron a Estados Unidos, siendo una organización donde está la secta Yunque, considerados un grupo terrorista en México.