La producción artificial de enzimas ya no es una idea futurística. Uno de las principales sustancias producidas por el cuerpo humano en desarrollarse sintéticamente fue la insulina, en 1980. Esa innovación representó uno de los avances más grandes de la medicina y desde entonces se aplica también en la manufactura de antibióticos y otros productos.
Hoy en día, la mayor complicación a la que se enfrentan los productores de este tipo de insumos son sus altos costos y las dificultades de su proceso de construcción. Y ese es uno de los hallazgos de Enzymit, la startup israelí que consiguió crear enzimas a través de algoritmos informáticos.
Lo sorprendente de su tecnología es la enorme simplificación del proceso que consiguieron. Gideon Lapidoth, CEO de la empresa emergente afirmó que tienen la capacidad de crear enzimas nuevas para la naturaleza de manera “on demand”.
Lapidoth explicó que las enzimas son el elemento básico de la vida: “hay una enzima en nuestros ojos que convierte la energía lumínica en química, y por eso tu cerebro puede ver el mundo. Cuando las plantas hacen fotosíntesis, es una enzima la que toma la energía del sol y la transforma en azúcar”.
Es por esto que el desarrollo de Enzymit podrá tener en el futuro tan variadas aplicaciones. Si bien ya se está utilizando en la industria cosmética, se espera que en el futuro sirva para mucho más. Por ejemplo, para crear los probióticos de la leche materna de manera artificial, o construir una enzima que pueda degradar el plástico.
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