Jerusalén: descubren una misteriosa huella de 1.000 años de antigüedad

25 enero, 2023 ,
Yoli Schwartz/Autoridad de Antigüedades de Israel

Elementos de las antiguas fortificaciones de Jerusalén y una misteriosa huella de mano tallada en la roca fueron descubiertos en las excavaciones de la Autoridad de Antigüedades de Israel.

Las excavaciones arqueológicas se llevaron a cabo a lo largo de la calle Sultán Suleimán. Esta es adyacente a las murallas de la ciudad. En el transcurso de las excavaciones se descubrió parte de un profundo foso defensivo que rodeaba las murallas de la ciudad, probablemente del siglo X de nuestra era y posiblemente anterior. En un punto excavado en el muro del foso se descubrió una huella inexplicable de una mano tallada.

Zubair Adawi, director de excavaciones de la Autoridad de Antigüedades de Israel, descubrió el foso situado justo debajo de la calle. Según él, «la gente no sabe que esta concurrida calle está construida directamente sobre un enorme foso, un enorme canal excavado en la roca, de al menos 10 metros de ancho y entre dos y siete metros de profundidad. El foso, que rodea toda la Ciudad Vieja, data de hace unos mil años, del siglo X de nuestra era o antes. Su función era impedir que el enemigo que asediaba Jerusalén se acercara a las murallas e irrumpiera en la ciudad. Los fosos, normalmente llenos de agua, son bien conocidos en las fortificaciones y castillos de Europa. Pero aquí el foso estaba seco, y su anchura y profundidad suponían un obstáculo que frenaba al ejército atacante».

Las impresionantes murallas y puertas de la Ciudad Vieja visibles hoy fueron construidas en el siglo XVI por el sultán turco otomano Solimán I, el Magnífico. «Los muros de fortificación anteriores que rodeaban la antigua ciudad de Jerusalén eran mucho más fuertes», afirma Amit Re’em, director regional de Jerusalén de la Autoridad de Antigüedades de Israel. «En la época de las batallas entre caballeros, espadas, flechas y caballerías a la carga, las fortificaciones de Jerusalén eran formidables y complejas, con muros y elementos para contener a los grandes ejércitos que asaltaban la ciudad».

Vista de la excavación desde el foso; a la izquierda se ve la mano tallada. Foto: Yoli Schwartz/Autoridad de Antigüedades de Israel

Re’em añade: «Los ejércitos que intentaban capturar la ciudad en la Edad Media, tenían que cruzar el profundo foso y detrás de él dos gruesos muros de fortificación adicionales, mientras los defensores de la ciudad en las murallas hacían llover sobre ellos fuego y azufre. Por si fuera poco, había túneles secretos en las fortificaciones. Algunos de ellos descubiertos por los arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel en excavaciones anteriores, por los que los defensores de la ciudad podían emerger al foso y atacar al enemigo por sorpresa, para luego desaparecer de nuevo en la ciudad».

«Los historiadores que acompañaron la Primera Cruzada, describen la llegada de los cruzados a las murallas de Jerusalén en junio de 1099. Exhaustos por el viaje, se situaron frente al enorme foso. Y sólo después de cinco semanas consiguieron cruzarlo con tácticas de despliegue y a costa de mucha sangre, bajo un intenso fuego de los defensores musulmanes y judíos».

En el transcurso de la excavación se encontró una misteriosa huella de mano tallada en la pared del foso. Hasta la fecha, los arqueólogos no han descifrado el significado de este grabado. «¿Simboliza algo? ¿Se refiere a un elemento cercano concreto? ¿O se trata simplemente de una travesura local? El tiempo lo dirá», comentan los investigadores.

Según Eli Escuzido, director de la Autoridad de Antigüedades de Israel, «muchos soñaron y lucharon por Jerusalén. Y las fortificaciones de la ciudad son un testimonio silencioso. Los hallazgos arqueológicos nos permiten visualizar los dramáticos acontecimientos y las convulsiones que sufrió la ciudad. Uno puede imaginarse realmente el tumulto y casi oler el humo de la batalla. Estamos desentrañando a diario la intensa historia militar de la ciudad, y haremos grandes esfuerzos para exponer los hallazgos al gran público».

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