Opinión | Democracia Amenazada

por Isabel Edenburg*

Apuntes: Julio 2023           

Este año comenzó y continúa con una movilización popular que atraviesa clases sociales y adscripciones culturales a lo largo y ancho del territorio de Israel. Un clamor sostenido de Democracia en clara reacción al intento de fragilización del poder judicial por parte de los propulsores de leyes sesgadas que detentan algunos ministros autoritarios y extremistas. El partido Likud obtuvo mayoría en el poder legislativo- Knesset- pactando y formando coalición con sectores de derecha y partidos religiosos.

El primer ministro Benjamín Netanyahu que está siendo juzgado por tres causas judiciales sumado a sectores que anidan deseos expansionistas son los autores de proyectos de ley que intentan imponer una Reforma Judicial que responda a sus intereses.

La concentración de poder y el desdibujamiento de los límites de las tres instancias gobernantes constituyen un atropello a la noción de independencia de poderes, fundamento básico de toda democracia. En comisiones parlamentarias y luego en el plenario del Parlamento intentan pasar leyes que podrían colocar al poder judicial en posición adscripta a la coalición de turno. De lograrlo habría sido perjudicada toda la ciudadanía en alguna medida y con mayor perjuicio los grupos minoritarios tales como drusos, árabes israelíes, comunidad LGTB y el derecho a la igualdad de las mujeres no reconocido por sectores ortodoxos.

Ante tal afrenta contra los principios éticos y sociales sobre los cuales se fundó el Estado de Israel sumado a los derechos adquiridos en los 75 años de existencia comenzó a desarrollarse un nuevo despertar de la civilidad cuidadosa y defensora de los valores democráticos. Se generó una decisión consensuada de pasar a protestas no violentas en convocatorias por redes y medios de comunicación apoyados por dirigentes de los partidos de la oposición que aceptaron bajar las banderas sectoriales ante la lucha por un bien común.

No es un movimiento improvisado ni ingenuo. Se conforma según valores de perseverancia en la lucha y de No-Violencia en las marchas. Los organizadores son voluntarios, hombres y mujeres con historia de liderazgo comunitario y empresarial predominando los de Alta Tecnología tanto como especializados en distintas profesiones en las que destacan las de jurisprudencia, alta tecnología, salud y comunicación social. Dedican horas de vida aportando conocimientos y su saber hacer para evitar que se desfiguren los estamentos judiciales y se infrinjan delitos contra los derechos civiles y humanos. Insisten en promover, comunicar y agradecer cada aporte subjetivo en aras de recomponer y defender los valores de la democracia.

Hay una apelación a la creatividad que incluye instalaciones móviles, escenas teatrales, disfraces alusivos y pancartas pactadas en forma conjunta que no dispersen las intenciones de esta lucha. Es llamativa la unificación de todas las convocatorias bajo la Bandera Nacional para lo cual, en un cesto ubicado en un rincón visible de cada marcha en toda ciudad, cada asistente toma un mástil fabricado con una fina caña que enarbola una bandera. Un concepto de lateralidad anida en la toma de la bandera por cada asistente que comporta el compromiso de cada cual con el máximo símbolo que representa a una nación en este caso, como en tantos otros en otras latitudes, amenazada desde dentro de las entrañas de los cuerpos gobernantes.

El actual gobierno de Israel es fruto de elecciones nacionales efectuadas según las leyes vigentes, sin embargo, es de clara evidencia que no alcanza con poner un voto ensobrado en la urna electoral. Es posible arrasar legalmente valores democráticos y liberales desde un poder ejecutivo  colindante al legislativo cautivo en la votación en bloque. En este caso con una agenda no aclarada a los votantes en elecciones libres. La civilidad es convocada a repudiar y protestar contra estos posibles designios que no contemplan la diversidad de la población ni la seguridad en el equilibrio de poderes, aun a riesgo de represión y abusos policiales.

 En ese punto hay ejemplos históricos de resistencia civil en otros países, unos decepcionantes y amordazados y otros con cierto éxito en la defensa de los valores tanto elevados como necesarios para una buena convivencia republicana. En países como Polonia o Hungría gobiernos elegidos en elecciones libres fueron carcomiendo los derechos individuales de disidentes e instancias tales como medios de comunicación masiva y direcciones académicas así como también intentos de cooptación nada transparentes al Poder Judicial. 

 La lucha continua en concentraciones semanales en las principales ciudades israelíes con la participación de oradores circulantes y una asistencia masiva continua. La detención de todo el aparato productivo en paro general es utilizada ante la inminencia de intentos de usurpación de derechos democráticos promulgando leyes que extendieran al poder ejecutivo y legislativo su control sobre el poder judicial. La promulgación en segunda y tercera instancia fue suspendida sin plazo claro ante la presión a través de paro de actividades de las fuerzas de producción y grupos de reservistas en sus distintos niveles de jerarquización y ante las marchas mencionadas de todos los sábados.  Se incluye la presión externa ejercida   por los gobernantes de Estados Unidos y algunos países de la Unión Europea que se negaron a recibir a ministros extremistas que integran la actual coalición liderada por Benjamín Netanyahu.

Es curioso observar cómo gobernantes que intentan acumular poder y sojuzgar desde aparentes posturas populares recurren a mecanismos de disuasión como la mentira, la desmentida y la inversión de cargas de pruebas manipulando así las mentes de los incautos que en ellos creen.

Ya sea desde posturas de izquierda asumidas con presunción o desde derechas declaradas como tales los métodos pueden responder a estructuras semejantes en el manejo de la información y la manipulación emocional y mental. Es tan intensa la deformación de los saberes y las ideas que estos métodos de persuasión social se despliegan tanto en los niveles coloquiales como en las instancias gubernamentales con ferocidad y abuso de lenguaje soez. 

Hubo necesidad de esclarecer y fortalecer las percepciones de los que aún no tienen claro que no se trata de libertad sino de abuso. Como preocupante intención de debilitamiento del equilibrio de las tres Instancias  es la ley de anulación del Principio de Razonabilidad.  Freno mayor y herramienta administrada por el Poder Judicial frente a leyes de la Knesset definidas como no razonables desde la perspectiva de la jurisprudencia.  A veces la diferencia es tan tenue que puede obnubilar o trastocar las concepciones políticas y los conocimientos previos.  Son trágicas estrategias de dominación con consecuencias graves para los ciudadanos libres de una nación que desean seguir viviendo en democracia.

Cabe preguntar por la capacidad de los ciudadanos de ejercer sus derechos y de los dirigentes de servir a los pueblos. Surge la indispensabilidad para estos afanes   de renunciar y no tan solo una vez a los narcisismos de las pequeñas diferencias a favor de construir consensos. Tarea que implica además de renuncia a satisfacciones egocéntricas la propiciación de valores sociales amplios y las labores por el bien común.

En Israel el sector de la población en estado de alerta y movilización sigue muy comunicado por las redes, deseoso de encontrar caminos conjuntos que eviten la consecución de una pérdida de autonomía y de libertad de derechos.  Han surgido en muchos ciudadanos ideas   apocalípticas tales como la caída del tercer templo o el arrasamiento de la laicidad por instalación de leyes basadas en la Halaja, fantasías que fueron tomadas por los grupos artísticos y expresadas en sus obras. Sumadas a las imaginerías de finitud aparecen otras de escisión del estado judío o de una vuelta a la división en tribus recordando relatos bíblicos que aluden a dos monarquías simultaneas tanto como a las antiguas doce tribus. Estos miedos atávicos más la incertidumbre que genera la idea de la pérdida posible de los estamentos de la democracia se compensa en acciones cívicas como las marchas de protesta y la solidaridad en los grupos de activistas. A medida que pasan los días y surgen nuevos acontecimientos dentro de las tensiones en la gobernabilidad en épocas de globalización la ciudadanía aunada mantiene una lucha sostenida que en alguna medida mitiga la desesperanza y las desazones. 

Hay razones históricas, ideológicas y religiosas que colocan a sujetos socialmente implicados en las antípodas del pensamiento y la creencia. Así mismo es imposible soslayar el agrietamiento gradual que se produce en la trama social israelí junto a la polarización creciente por efecto de políticas efectistas desde un poder ejecutivo que tiende al autoritarismo y la división. 

Otro factor negativo creciente es el delito dentro de las poblaciones árabes. La falta de trabajo y la pauperización permiten el crecimiento delictivo. Olas de femicidio y asesinatos que no reciben respuesta adecuada de las autoridades a cargo.  

En ese sentido el despertar de las nuevas generaciones pone de manifiesto la lucha por la libertad y la convivencia en la diversidad. No es aceptado por ellas que sectores violentos definan el futuro de un país que surgió y creció a la luz de valores sociales y culturales de hondo espíritu humanista y democrático. 

Las convocatorias continúan y se festejan los frenos al abuso de poder cuando una ley no se promulga o se logra desactivar la sectorización en la formación del consejo que elige a los jueces. Sin desestimar a una coalición y a sus seguidores que constituyen parte de la población con costumbres y modalidades tan diferentes que a veces es   difícil la convivencia armónica entre ciudadanos de una misma nación.

Las adversidades expulsan a unos a buscar nuevo rumbo en otras latitudes e invitan a otros a seguir luchando por un mundo mejor en cada tramo de la vida cotidiana y doméstica. Hay tiempos en que la subjetividad colectiva es   llamada a prestar servicio empuñando un arma y otros tiempos en que prestar servicio significa elevar muy alto la bandera nacional clamando Democracia.

*Psicóloga Clínica y Psicoanalista autora del libro Sujeto Migrante -más allá de la clínica- publicado por Editorial Topia.