La presencia del basquetbolista Lebron James llama la atención por donde se lo mire. Y en una boda judía, más todavía. En Nueva York, la estrella de la NBA asistió a una con un conocido rabino cabalista que cumplió un año de condena en una cárcel israelí.
El casamiento era de Jeffrey Schottenstein, hijo de Jay, un multimillonario y presidente de American Eagle Outfitters, y Ariella Boker. La familia posee su sede en Columbus, Ohio, y por mucho tiempo fueron cercanos a James.
En 2009, el campeón de la NBA con Miami y Cleveland nominó a Jay a la lista 100 de la revista Time. Lo hizo destacando el apoyo filantrópico del empresario a una traducción del Talmud de Babilonia al inglés, hebreo y francés.
Además, Lebron es fanático de la marca de ropa TACKMA, propiedad de Jeffrey, que significa “Todos pueden besarme el trasero”. Esta fue usada por estrellas de todas las industrias del entretenimiento.
Tanto los Schottenstein como el jugador de básquet poseen contacto con el rabino marroquí-israelí Yoshiyahu Yosef Pinto. Él cuenta con muchos nexos internacionales y, en 2010, según informes, James buscó su guía espiritual con Pinto durante una reunión de comercialización en su yate privado.
En 2014, el rabino terminó como culpable de sobornar a un policía israelí y cumplió un año de prisión. Ese año, el exconvicto ayudó a vincular al excongresista republicano neoyorquino Michael Grimm con algunos seguidores adinerados. Algunas de las donaciones se enviaron de forma ilegal y Grimm finalizó culpable de evasión de impuestos.
LeBron James…
No le daría la mano a un tipo como Lebron James; ha probado ser un antisocial que se cree mejor que la última botella de agua en un desierto. Claro, darse la mano con un delincuente cumple el proverbio que dice: «El diablo los cría, y ellos se juntan».
Ramon, a tanta gente le diste la mano seguro; condenás, bueno, estudiá Derecho y abrí una causa legal