Ya comenzó el Mundial de Fútbol Femenino de la FIFA, que se juega en Australia y Nueva Zelanda. Son 32 los equipos que clasificaron, y cada delegación está formada por un total de 23 jugadoras. De estas 736 futbolistas, no hay ninguna que sea judía en este torneo.
Esto no siempre fue así. En el Mundial de 1999, por ejemplo, el equipo ganador tenía una defensora judía. Sarah Whalen formaba parte del equipo ganador de Estados Unidos ese año. Solo un año después, la misma jugadora ganó una medalla de oro en los Juegos Olímpicos del año 2000.
Yael Averbuch, una ex-futbolista estadounidense de origen judío, se refirió a esta falta de representación de la comunidad en la Copa del Mundo. Se desempeña como la actual gerente general de NJ/NY Gotham FC, un equipo de fútbol femenino profesional de Nueva Jersey. Pero antes, Yael fue directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Jugadoras de la Liga Femenina de Fútbol, y antes que eso, jugadora en la Liga Nacional estadounidense y para el seleccionado de 2007 a 2013.
Consultada por este tema, Averbuch afirmó que “en los niveles más altos, no hay muchas mujeres judías de élite jugando al fútbol”. Además, la exjugadora agregó que tampoco cree que haya ninguna mujer judía jugando en la Liga Nacional de Estados Unidos.
Averbuch agregó que que cree que “la falta de representación (…) afecta a los jugadores judíos emergentes. Algunas personas me han dicho: ‘Oh, Dios mío, eres mi jugadora favorita, porque somos judíos y no vemos a ningún jugador judío en la cancha’”.
Podrá no haber jugadoras que sean judías de religión, pero sí que tengan un padre o abuelo judío más allá de la religión a la que pertenezcan (Y a nivel mundial son millones las personas nacidas de parejas entre un miembro judío y uno que no). Más importante que la religión es que aquellos que tengan un pariente de origen judaico lo sepan y lo tomen como algo positivo