Según algunos historiadores, la historia del “Schindler japonés” debe revisarse y entenderse como parte de una narrativa nacionalista japonesa

Retrato del diplomático japonés Chiune Sugihara, conocido como el "Schindler japonés". Foto: Dominio público/Wikimedia Commons.Retrato del diplomático japonés Chiune Sugihara, conocido como el "Schindler japonés". Foto: Dominio público/Wikimedia Commons.

Para muchos, la historia del diplomático Chiune Sugihara se transformó en una de los ejemplos de ayuda desinteresada al pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial. Incluso Sugihara es habitualmente conocido como el “Schindler japonés”.

En Japón, el diplomático es un símbolo de honestidad, valor, un modelo a seguir. Desde 1939 hasta 1940, Sugihara se desempeñó como embajador japonés en Lituania. Fue durante este tiempo que ayudó a los refugiados judíos, otorgándoles visas que les permitían ir desde la Unión Soviética a Japón.

Según la historia oficial, el diplomático japonés ayudó a escapar a aproximadamente 6000 judíos, lo que lo transformó en un hito del humanitarismo durante la Shoá.

Meron Medzini, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, publicó en 2016 “Bajo la sombre del Sol Naciente: Japón y los judíos durante el Holocausto”. En ese libro, el historiador afirma que, de las 2.140 visas que emitió el diplomático durante su trabajo en la embajada, muchas no se usaron. Es difícil “corroborar la afirmación de que Sugihara fue fundamental para ayudar a (…) entre 6000 y 7000 judíos a salir de Lituania”, revela Medzini.

Esta nueva perspectiva histórica considera que la figura de Sugihara es producto de la construcción histórica de Japón. El objetivo detrás de esto habría sido fundamentalmente contrarrestar las fuertes críticas al accionar japonés durante la Segunda Guerra Mundial.

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3 thoughts on “Según algunos historiadores, la historia del “Schindler japonés” debe revisarse y entenderse como parte de una narrativa nacionalista japonesa”
  1. No sería la primera vez que los países intentan aprovecharse de la Shoah para manipular, Franco lo hizo a costa del embajador del régimen fascista español en Hungría durante la ocupación nazi, Angel Sanz Briz. En este caso sí es un legítimo Justo entre las Naciones, junto a otros embajadores salvaron a muchos judíos, sin embargo, al acabar la Segunda Guerra Mundial le ordenaron decir que actuó por orden de Franco, al mismo tiempo que los fascistas españoles le crearon a Franco una imagen de Salvador de los judíos, con una campaña internacional de manipulación. En realidad, Franco fue uno de los más antisemitas del régimen fascista, estaba especialmente obsesionado con la masonería a pesar de haber intentado ingresar dos veces en la masonería, y las dos veces fue rechazado. Probablemente, quiso ser masón para parecerse a su hermano pequeño, Ramón, un famoso aviador y el verdadero héroe de la familia, al que también utilizaron para fabricar una conspiración judeomasónica para asesinarle tras cambiar de bando.

    La campaña de manipulación de la imagen de Franco ocurrió tras los pactos militares con Estados Unidos en 1953, en el marco de la Guerra Fría contra el comunismo soviético, con los pactos militares, la España fascista también paso a ser aliada de Israel. Hasta unos días antes Franco estuvo enviando falangistas filonazis, armas y aviones bombarderos y cazas nazis para ayudar a los países árabes durante la Guerra de Independencia de Israel, un hecho histórico totalmente desconocido en España, incluso en la actualidad. A pesar de todo, el régimen fascista continuó con sus característicos dobles o triples juegos, por ejemplo poco después ordenó a Sanz Briz que no fuese a Israel para recoger el galardón de Justo entre las Naciones, para no importunar a los países árabes con los que al parecer el régimen tenía grandes intereses económicos. Fue muchos años más tarde, una vez fallecido Angel Sanz Briz, que su hijo pudo recibir la condecoración a título póstumo. En cualquier caso, aunque fue un esperpento innecesario que hicieron pasar a Sanz Briz, las personas de bien o normales no le ponen ninguna mancha a Angel Sanz Briz.

  2. Más esperpéntico aun fue el caso mucho más reciente, en la actual democracia, de Enric Marco, que fue presidente de la principal asociación de víctimas españolas en los campos de concentración nazis, la Amical Mauthausen. Decía haber sido una de las víctimas republicanas españolas en los campos nazis, con sus discursos hasta hizo llorar a grandes personalidades políticas españolas de izquierdas. Cuando en realidad formó parte de los 20.000 españoles que trabajaban para el Tercer Reich bajo un acuerdo realizado en 1941 entre Franco y Hitler, estos fascistas españoles iban en un paquete de ayuda aparte de los 50.000 falangistas que fueron a Rusia a la Operación Barbarroja del mediocre cabo Hitler. Sin embargo, en este asunto no se ha podido confirmar que los fascistas o filonazis españoles hubieran hecho la gracieta de meter en el papel de Presidente de las víctimas de las nazis a uno de las suyos. Al parecer fue motu proprio, según declaró posteriormente este estafador español lo hizo para evitar que se repitiera la barbarie del nazismo, aunque fuese de una manera muy rocambolesca, y muy poco ética. 

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