La ópera israelí ha vuelto a la tradición de las óperas italianas y en estos días está presentando en su espaciosa sala la ingeniosa y entretenida comedia de Rossini “La Italiana en Argel”, en lo que resultó ser una producción muy amena y de muy alto nivel artístico. La fantástica historia de aventuras en la costa mediterránea fue muy divertida por la dirección dramática de Ido Riklin y la conducción de Yuval Zoran.
El elenco en su totalidad está compuesto por solistas israelíes. Encabezado por Yair Polishuk que interpretó magníficamente al Bey Mustafá. No menos destacables resultaron Rachel Frenkel como Isabella, Oded Reich como Tadeo, Yael Levita como Elvira y Alasdir Kent como Lindoro.
La impresionante escenografía fue creada por un equipo de diseñadores de renombre que eligió una playa mediterránea y un palacio oriental que surge de ella, como un oasis. Y por supuesto la excelente iluminación de Avi Yona Bueno (nuestro querido Bambi). Muy especialmente se destacó en esta ópera la coreografía de Yoram Karmi (Compañía Fresco), que contribuyó a deleitar al espectador.
“La Italiana en Argel” es una ópera bufa, en dos actos. Una comedia desenfadada ambientada en Argelia hace doscientos años. El gobernante local, Mustafá, se cansó de su obediente y amorosa esposa. Sueña con someter a una mujer italiana de mal genio a pesar de sí mismo, que será una adición exótica a su harén de mujeres. Los piratas capturan a Isabella, una joven aventurera italiana que busca a su amado Lindoro, el que ha sido eslavizado por Mustafá y se encuentra con su amada en el palacio. Las mujeres en esta ópera son las que “llevan los pantalones” y las que manejan todo a su gusto. Por lo que la trama es muy adecuada a nuestra época, la del “Me too”. Por supuesto con los artilugios femeninos todo termina bien y el público queda muy satisfecho de esta agradable puesta en escena.
Ido Riklin contó que al ponerse al frente de la dirección, tuvo en cuenta el hecho de que Rossini escribió la ópera en 1813 y le dieron pocos días para hacerlo. Riklin se imaginó al joven compositor al comienzo de su carrera, encerrándose en una habitación y sumergiéndose en el mundo fantástico que creó. Agrega “Comenzamos en Italia de la tradición de Comedia del Arte, y pasamos a Argel, que Rossini imagina como una tierra del cuento de las mil y una noches, con magia y color. Como en una obra de teatro infantil, los protagonistas de la ópera visten disfraces, tanto para protegerse como para encontrarse dentro de la máscara. Isabella es para mí una especie de Indiana Jones femenina.”