KATZIN VEMERAGUEL (Francia, 2019) – Film inteligente,   meritorio, bien llevado

Roman Polanski - Foto: Wikipedia - CC BY-SA 3.0

Dirección: Roman Polanski
Guión: Roman Polanski, Robert Harris

El guión se basa en la novela de Robert Harris que analizaba el conocido caso Dreyfus y de paso el título en francés es J´accuse, el título del famoso alegato del escritor Emile Zola, que como personaje aparece en la última parte del film.

Una de las escenas más impresionantes, y no faltan, es la degradación de Dreyfus ante un enorme cuadro del ejército, se le quitan los galones y se rompe la espada que ya no es digno de portar. No es este el primer film que se ocupa del famoso caso, le precedieron algunos y entre ellos se puede citar el de José Ferrer, que tal vez tuviera conexiones con la época de McCarthy en Estados Unidos.

Se puede citar otro film que se ocupaba de la corrupción en el ejército francés pero en la primera guerra mundial, se trata de Senderos de Gloria de Stanley Kubrick, donde los generales acusan a los soldados de cobardía y eligen al azar algunos como escarmiento y los fusilan. Es una asociación que no tiene que ver con el presente film pero inevitable para quien sigue las venturas y desventuras de Francia.

La perspectiva desde la que el film encara el asunto es la del oficial Georges Picquart, que justamente presenció la degradación de Dreyfus y estaba convencido de su culpa de revelar secretos de estado a una potencia extranjera, para el caso, Alemania. Picquart, un oficial digno de confianza de sus superiores es nombrado jefe de una sección de la inteligencia del ejército y ahí se le empiezan a presentar cosas que claramente van apuntando a que Dreyfus fue injustamente incriminado, y en lenguaje coloquial argentino, le hicieron la cama.

Antes cuando presenció la ceremonia de la degradación, comentó que el ejército de había librado de algo pestilente, y como todos el antisemitismo por supuesto no le era extraño. Pero él es sobre todo un hombre de honor, alguien que cree en la superioridad de la verdad, íntegro, y a la larga no está dispuesto a participar en la trama que va revelando, caen en su poder en su nueva capacidad muchas cartas que va analizando con un experto, y aquí no faltan toques de humor.

Picquart no teme las consecuencias que le pueden afectar personalmente al ir revelando la conjura contra Dreyfus que les es fácil a los generales antisemitas, mientras el traidor es otro, un cierto Esterhazy que se descubre que fue quien les hiciera pasar los documentos a los alemanes.

Picquart es encarnado por el soberbio Jean Dujardin, ganador del Oscar por su actuación en El Artista. Aquí tiene un romance con  una mujer casada interpretada por Emmanuelle Seigner, la mujer en la vida real de Polanski a sus 86 años de edad.

Las recreaciones en un film de época pueden ser problemáticas, pero Polanski lo hace con seriedad y sin caer fáciles melodramas; es sobrio, ambientes, uniformes, gente, estamos a fin de siglo. Pero además hay muchas escenas de diálogos en interiores, a veces de dos o tres personajes, asì que hay un cierto equilibrio entre lo grandilocuente y lo íntimo.

Paralelamente a lo que pasa en la filmación, va la vida, y Polanski es acusado de agresiones sexuales nuevas, bueno, hace años, además de la cuenta que tiene en los Estados Unidos por violar a una menor, algo que no le permite pisar el suelo de ese país. Pero cuando uno viene a reseñar un film, una obra de arte, hay que poner esas observaciones a un costado y dedicarse a lo que ofrece la obra de arte como tal. Y en ese sentido Polanski ha hecho un excelente trabajo, ha armado un casting notable y ha tratado de ser en lo posible fiel a la historia.

Es un film inteligente y digno de ser apreciado. ■

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