Foto: Ministerio de Inmigración y Absorción vía Facebook

Mientras tanto, el Gobierno sigue sin consensuar una política clara de acogida de refugiados que escapan de la guerra y no tienen origen judío.

Unos cuatro centenares de ucranianos con ascendencia judía y que se acogieron a la “Ley del Retorno”, que les permite obtener ciudadanía israelí, llegaron esta tarde en tres vuelos distintos al Aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv, confirmó una portavoz del Ministerio de Absorción, encargado de gestionar la operación junto a la Agencia Judía y otras asociaciones benéficas judías.

El primer ministro, Naftali Bennett, asistió a la llegada del primer vuelo que aterrizó para dar la bienvenida a un centenar de niños.

Esto se produce justo después de que el jefe de Gobierno viajara ayer a Moscú para reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin. Benet se ofreció de nuevo a mediar entre Rusia y Ucrania, aunque hoy reconoció que la posibilidad de ello «no es alta».

La llegada hoy de este nuevo grupo de ucranianos, que pasarán a ser ciudadanos israelíes por su ascendencia judía, coincide en un momento en que el Ejecutivo debate qué política concreta aplica para otros refugiados de Ucrania que no son de religión ni origen judíos.

Israel no suele otorgar estatus de refugiado a personas no judías, pero permite su entrada temporal como turistas, aunque estos últimos días, según la Autoridad de Población e Inmigración, se ha negado el acceso a 112 ucranianos de entre 2.034 que llegaron al país.

A su vez, desde la semana pasada, Interior inició un sistema por el cual permite el acceso de ucranianos no judíos si estos tienen un «invitado» israelí y pagan un depósito por un importe de 10.000 shéqueles israelíes (unos 2.780 euros). Sin embargo, este requisito económico ha sido criticado por algunos ministros de la coalición.

Hay miembros del Ejecutivo favorables a ciertas restricciones a la llegada de refugiados, como la ministra del Interior, Ayelet Shaked, que hoy advirtió que el país no podrá seguir haciendo frente a la «alta tasa» de ucranianos que recibe, y aseveró que el 90% de los recién llegados desde el inicio de la guerra no son de origen judío.

Ante ello, alertó que Israel prevé acoger próximamente a unos 100.000 judíos procedentes de Ucrania y Rusia, y aseguró que esto «es un desafío muy grande» en «términos de vivienda, empleo y más».

Por otro lado, la ministra de Transporte, la laborista Merav Michaeli, instó a hacer un mayor esfuerzo y a retirar el requisito de que los ucranianos tengan que entregar dinero a su llegada. Esto «crea condiciones increíblemente difíciles que todos aquellos que huyen de una zona de guerra no deberían enfrentar», remarcó. EFE y Aurora

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