¿Hacia un consenso sobre cuestiones de Seguridad Nacional?

El jefe del Estado Mayor Aviv Kohavi visita la frontera con Gaza Foto: Portavoz militar

¿En qué medida la actual campaña electoral israelí está dominada por temas de seguridad nacional, como ha sido históricamente el caso? Jonathan Spyer sostiene que está surgiendo un nuevo consenso sobre temas de seguridad nacional en la política israelí que abarca todo el espectro político, conduciendo a los principales partidos a focalizarse en las diferentes personalidades y no las diferencias políticas, de los partidos.

Un viejo y gastado axioma sostiene que las elecciones y el debate político israelí en general, están dominados por temas relacionados con la seguridad nacional, centrado alrededor de la conveniencia de la fórmula de “tierra por paz” con los palestinos, así como preguntas similares sobre otros vecinos hostiles, sobre todo Siria, tras la conclusión de la paz con Egipto en 1979.

También se afirma comúnmente que Israel está dividido amargamente sobre estos asuntos en dos campos de aproximadamente el mismo tamaño.

¿Hasta qué punto tiene vigencia esta representación? ¿Está la  actual campaña electoral israelí dominada por cuestiones de seguridad nacional? ¿Es la cuestión palestina todavía prominente y central? Y si aún es dominante, ¿cuáles son los debates que dividen a los principales campos y partidos políticos?

NO ES LA ECONOMÍA ESTÚPIDO

Un par de puntos importantes deben destacarse desde un principio: en primer lugar, no hay duda que las cuestiones de seguridad y las relaciones exteriores de Israel siguen siendo prominentes en el debate político israelí.

Intentos (principalmente de la izquierda) de reenfocar el debate sobre temas socioeconómicos en los últimos años, por ejemplo, durante el período del liderazgo de la ex periodista Shelly Yachimovich, entre 2011 y 2013, y el ex líder de la Histadrut, Amir Peretz, entre 2005y 2007, en el Partido Laborista, no tuvieron el efecto electoral deseado.

El público israelí aún busca principalmente un liderazgo que perciba que es suficientemente capaz de proporcionar seguridad. El elemento interesante de la campaña de 2019 es que si bien la «seguridad» y la percepción de una postura de seguridad creíble siguen siendo el atributo clave, que las partes desean atribuirse; de hecho, existe una ausencia de diferencias profundas y sustanciales en las principales cuestiones que comprenden los desafíos de Israel en este campo entre los principales partidos políticos que compiten en las elecciones. Esta ausencia conduce a una falta de enfoque en los problemas sustantivos de seguridad y, en cambio, a los esfuerzos de cada partido político para presentar al otro como no confiable y sin integridad.

LOS DESAFÍOS DE IRÁN Y EL MOVIMIENTO NACIONAL PALESTINO

Las cuestiones claves que componen los desafíos de seguridad que enfrenta Israel hoy en día son dos:

En primer lugar, la estrategia de la República Islámica de Irán pretende provocar la disolución de Israel como estado. Esto se lograría a través de una combinación de una larga guerra híbrida librada en parte directamente por el Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) y en parte mediante el patrocinio de agentes (proxy) paramilitares irregulares y semi-regulares en las fronteras de Israel, como Hezbollah en el Líbano y Jihad Islámico entre los palestinos, los regímenes vecinos hostiles a Israel (como Assad en Siria) y los programas nucleares y de misiles iraníes.

En segundo lugar, el desafío de seguridad de Gaza, controlado por Hamas, y el conflicto no resuelto con el movimiento nacional árabe palestino.

Sin embargo, a pesar de la naturaleza seria, incluso potencialmente existencial de estas dos amenazas, la campaña electoral de 2019 no se ha caracterizado por ningún debate apasionado sobre cuestiones sustantivas dentro de ellas. Esto se debe a un consenso casi completo entre una amplia masa del público israelí (judío) sobre el primer tema y una disminución en el nivel de polarización dentro del público judío votante en las últimas dos décadas con respecto al segundo.

CERCA DE UN ACUERDO SOBRE CÓMO ENFRENTAR LA AMENAZA IRANÍ

Respecto a Irán, el ex Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Benny Gantz, líder de la Lista Azul y Blanca, que constituye el principal rival del partido Likud en la campaña de 2019, ha dejado en claro que no hay desacuerdos entre él y el primer ministro Benjamín Netanyahu, sobre la cuestión de Irán y la amenaza que plantea.

El consenso, sin embargo, va más allá del derechista Likud y del partido centrista Azul y Blanco. El Laborismo y Meretz, que representan los espacios de centro-izquierda e izquierda en el mapa político, apoyan de manera similar la postura del gobierno sobre Irán. Los partidos de derecha como Yisrael Beiteinu y HaYemin HaJadash (Nueva Derecha) también han evitado criticar al gobierno, así como se han abstenido de las demandas de mayor militancia que caracterizan sus críticas sobre el desempeño del gobierno en el tema palestino.

Incluso la Lista Conjunta, que representa a los ciudadanos árabes israelíes y las tendencias unidas de nacionalistas árabes, islamistas y la extrema izquierda, han tendido a guardar silencio sobre el tema de Irán, no expresando ni apoyo ni críticas a la postura de Israel (aunque hay elementos dentro de él, específicamente en el partido nacionalista árabe Balad que apoyan claramente al régimen de Bashar Assad en Siria). En el pasado, la Lista Conjunta se negó a ocupar dos asientos disponibles en el Comité de Exteriores y Defensa de la Kneset (Parlamento), lo que indica que prefería centrarse en los asuntos nacionales. Para las elecciones de 2019, la Lista Conjunta se ha dividido en sus partidos componentes, con Ahmed Tibi y la lista Ta’al para competir unida con Hadash (el partido comunista israelí) mientras que Balad y Ra’am (la ‘lista Árabe Unida’ islamista) también correrán juntos

 ASCENSO Y CAÍDA DE LA CUESTIÓN PALESTINA

Respecto a la cuestión palestina, la situación no es tan sencilla. Entre 1967 y 2000, pero particularmente en el período anterior a 1990, el debate político israelí se caracterizó por una polarización muy profunda centrada en este tema.

La posición de la izquierda, como lo ejemplificaba el Laborismo, Mapam, Ratz y más tarde Meretz, sostenía que las concesiones territoriales en Cisjordania y Gaza eran necesarias para el logro de la paz y un futuro seguro para Israel. El beneficiario preferido de estas concesiones pasó de Jordania a la Organización de Liberación de Palestina (OLP) a lo largo de los años ochenta. En la derecha, el Likud y los partidos nacionalistas de extrema derecha se oponían a tales concesiones por motivos de seguridad y etnonacionalistas, sobre la base de que las tierras capturadas durante la Guerra de los Seis Días de 1967 constituían parte del patrimonio judío, y por lo tanto no se puedían conceder. También argumentaban que la cesión de estas tierras supondría un riesgo inaceptable para la seguridad de los ciudadanos de Israel.

En el período posterior, sin embargo, este debate perdió gran parte de su pasión. En la izquierda, la creencia de que se había encontrado en la OLP un socio para un compromiso histórico perdió muchos adeptos tras el colapso del proceso de paz y el inicio de la insurgencia palestina a finales del 2000. En la derecha, el compromiso ferviente e ideológico para evitar cualquier concesión de tierras al oeste del río Jordán también se desvaneció.

Esto se ha reflejado en la campaña de 2019. Los principales contendientes, Likud y Azul y Blanco, están compitiendo claramente por el centro. Yair Lapid, segundo en la lista de Azul y Blanco para la Knéset, ofreció una entrevista al programa «Meet the Press» del Canal 2 de Israel, el 23 de febrero, donde comparó a su lista con el Likud tradicional, buscando encasillar al Likud actual como un partido de extrema derecha y al suyo propio como una lista ‘nacional, liberal’. Mientras tanto, Netanyahu y el Likud han descrito a Azul y Blanco como «débil» e «izquierdista» en su campaña electoral, dando a entender que sus rivales favorecen un retorno a una política de retiradas unilaterales al oeste del río Jordán. Esto, a su vez, es negado por Azul y Blanco, a pesar del hecho de que un plan de paz propuesto por Estados Unidos pareciera que se implementaría muy pronto, por lo que podría esperarse un debate público sustantivo sobre estos temas; sin embargo esto no se ha llevado a cabo.

 ¿HACIA UN CONSENSO SOBRE LA SEGURIDAD NACIONAL?

 El resultado emergente de todo esto es una campaña electoral un tanto vacía de contenido y sustancia política en el campo de la seguridad. El tema central, en cambio, es sobre las personalidades y la «aptitud para gobernar», con la oposición centrada en los problemas legales del primer ministro y la coalición que busca presentar a Gantz como débil e indeciso.

Pero la personalización del debate y la ausencia de una discusión sustantiva sobre asuntos de seguridad no son solo o principalmente síntomas de un empobrecimiento más general del discurso público. Más bien, se relacionan con el surgimiento de un gran consenso sobre asuntos claves de seguridad nacional en el centro israelí. La casi convergencia de los partidos principales en estos temas se disfraza luego de una falta de enfoque en ellos y, en cambio en el enfoque en las personalidades que lideran los partidos principales, junto con los intentos de cada uno de ellos en crear la impresión de que el otro es el que se desvía de este consenso, ya sea en la dirección de la ‘izquierda’ o la ‘extrema derecha’.

Por esta razón, cada lado ha enfocado mucho los esfuerzos en asociar a Netanyahu y al Likud con la extrema derecha (debido a los esfuerzos de Netanyahu para unir a las fuerzas radicales de la derecha para que el bloque de la derecha no desperdicie los votos), frente a las acusaciones de la derecha de que la lista de Gantz terminará apoyándose en las fuerzas de los partidos árabes, incluyendo a los diputados nacionalistas árabes e islamistas, para lograr una mayoría operativa en el parlamento. Las pasiones planteadas sobre tales temas sirven para ocultar el punto clave, es decir, la gran convergencia de políticas que existe entre los principales partidos políticos en Israel sobre asuntos clave de seguridad nacional.

Fuente: fathomjournal.org/

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