En Argentina todavía se demuelen sinagogas

Templo Libertad, Buenos Aires, Argentina. Foto: Alejandro Enquín- Wikipedia - CC BY-SA 3.0

En esa fecha se observa luto por la destrucción del Beit HaMikdash, el Templo de Jerusalén, en manos de los romanos en el 70 AD y el exilio de la Tierra de Israel.

por Michele Migliori

La destrucción del Templo es una de las más grandes tragedias del pueblo judío, y cada año en Tisha BeAv es costumbre abstenerse de comer, beber, bañarse y usar calzado de cuero, para recordar el templo, su destrucción, y las terribles consecuencias de este hecho.

En el exilio de la Tierra de Israel, el pueblo judío ha creado por siglos miles de pequeños Templos: las sinagogas. En estas, los feligreses rezan mirando al Aron HaKodesh, el armario sagrado que contiene los rollos de la Torá, que a su vez se encuentra siempre en la pared que da hacia Jerusalén. No importa en dónde se encuentre la sinagoga: el rezo siempre será hacia Jerusalén, y en las sinagogas de Jerusalén, el rezo siempre será hacia el Muro Occidental, el último vestigio de lo que fue el Beit haMikdash.

La relación entre los judíos y el Templo es algo íntimo, casi incomprensible para los que no pertenecen a este grupo. Como tan íntima y personal fue la relación entre aquellos inmigrantes judíos que llegaron a la Argentina a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, y sus sinagogas. Una vez que llegaron a esta tierra lejana, en las áreas urbanas los judíos se unieron en pequeñas comunidades, con el objetivo de recolectar fondos para la construcción de sus templos. Y así, nacieron majestuosos edificios como los que se pueden encontrar en Buenos Aires en las calles Libertad, Paso, Brandsen, etc., así como pequeñas y humildes casas de rezo y estudio. Así nacieron cientos de pequeños “Beit HaMikdash”, que reflejaban el número y poder adquisitivo de cada congregación judía.

Unos días antes de Tisha BeAv, el periódico “La Voz”, publicó un artículo en el cual daba a conocer que una sinagoga histórica de Córdoba fue demolida por la municipalidad, dejando debajo de los escombros algunas piezas sagradas. La sinagoga fue expropiada por la misma municipalidad hace más de un año, y su demolición se debe a la necesidad de esta de ensanchar una avenida local. El hecho de que objetos sagrados se encontraran entre los escombros creó indignación en parte de la comunidad judía cordobés, mientras que otros, los que hubieran tenido que ejercer su responsabilidad de proteger al edificio de este hecho, definieron al mismo como una “pequeña desinteligencia entre la empresa que hizo la destrucción”, según reporta el periódico La Voz.

Argentina está atravesando un periodo delicado. La crisis económica golpea a todos los sectores del país, y en situaciones como ésta, la cultura y el patrimonio son las últimas prioridades de cualquier gobierno, sea nacional o municipal. Pero, nunca se debería llegar a la deliberada destrucción del patrimonio cultural. Argentina es un país construido por inmigrantes, y el patrimonio de cualquier colectividad nacional es patrimonio de toda la nación. El hecho de ser testigos de que los bisnietos destruyan lo que los bisabuelos construyeron tras mil dificultades, hace reflejo del estado en el que vive esta nación. ¿Qué futuro nos espera, si en el silencio de todos, para ensanchar una calle, una municipalidad destruye un templo?, ¿Y cómo puede ser que los representantes locales de DAIA justifiquen un acto tan ignominioso como una “desinteligencia”?

Mientras que, en la Argentina que recibió y salvó la vida de miles de inmigrantes judíos, las instituciones expropian y derrumban una sinagoga histórica; en Europa, desde donde los mismos refugiados huyeron por las masacres, docenas de sinagogas son restauradas y conservadas cada año. Basta acceder al portal en inglés “Jewish Heritage Europe” para tener un ejemplo de esta práctica. Solamente en los últimos dos meses se han restaurado, o se están restaurando, sinagogas en Vitebsk (Bielorrusia), Barczewo y Lesko (Polonia), Čekiškė y Kurkliai (Lituania), Senta (Serbia), y Constanța (Romania). Y son, sobre todo, las municipalidades quienes buscan financiamiento para que estos edificios vuelvan a la vida, siendo centros de interés cultural y turístico inestimables.

Imágenes de sinagogas destruidas como la de Córdoba las hemos visto solamente en blanco y negro, en el contexto de una Europa en guerra, o, en tiempos más recientes, por las guerras en Siria e Irak, donde sinagogas centenarias han sido destruidas por las bombas, o el odio de los terroristas del ISIS.

En Tisha BeAv se lleva el dolor por la destrucción del Templo en mano de los romanos hace 1952 años. Quizás haya llegado la hora de que alcemos la voz para que ninguna otra sinagoga sea derrumbada, mucho menos en manos de los que deberían tutelar por su memoria y permanencia. 

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16 thoughts on “En Argentina todavía se demuelen sinagogas”
  1. No cabe duda.En Rosario hace años se perdió una enorme sinagoga de la calle Mitre con Mikve incluida por desidia de los dirigentes comunitarios de aquel momento.
    Un Beit Hamikdash en pequeño!

  2. En Argentina…
    Se dice que la destrucción del templo en el año 70 fue una las más grandes tragedias del pueblo judío. Yo diría que eso fue profetizado por Jesucristo en alrededor del año 33; y ocurrió porque los judíos de entonces entregaron a Jesús en manos de los romanos para ser crucificado. Israel recibirá como el Mesías esperado al anticristo. Este viabilizará la construcción del templo. Luego se repetirá lo que hizo Antioco Epífanes, porque el anticristo presentará inmundos sacrificios en el templo e iniciará una persecución contra los israelitas de la que Jesucristo les librará en su segunda venida.

  3. Argentino no salvo vidas de inmigrantes judios. Cerro la inmigracion judia en 1938 como casi toda America Latina. Los emigrantes huyendo del nazismo burlaron la prohibicion o esperaron en otros paises o sobrevivieron a la shoah y luego migraron. Ya en Argentina los inmigrantes trabajaron y se arreglaron como pudieron, como todas las olas migratorias.

    1. Argentina fue generosa. No cuestiones todo. Aparte, en Argentina la comunidad se enriqueció, o no? Mejor documentate y luego escribí. Aparte, recordá que tu amado EE UU recibió muchos miles más de nazis que Argentina y no te olvides que empresarios judíos de EE UU negociaron con la Alemania Nazi antes de la guerra.

  4. Error. El templo que destruyo Tito en el año 70 AC, fue el que construyo Herodes.
    El templo que construyo Salomón fue destruido por Nabucodonosor en el 587 BC. Convendría que lo corrijan ya que están difundiendo información falsa.

  5. Error. El templo de Salomón fue destruido en el año 587 BC por Nabucodonosor.
    El templo que destruyo Tito en el año 70 AC fue el que construyo Herodes. Convendría que lo corrijan ya que están dando una información falsa.

  6. En Rosario hace décadas atrás, se demolió el Shil de la calle Mitre pleno centro
    de la ciudad.Tenía un amplio terreno atrás con mikve incluida.
    La falta de interes, y la desidia de los dirigentes comunitarios de aquel entonces no ayudo a salvar la sinagoga que con tanto esfuerzo fué levantada por nuestros mayores.

  7. Soy de Còrdoba y desconozco que se haya destruido ningún templo, ni Alvear, ni Sarmiento, ni Maipú, ni Valle, ni Jabad, ni Duarte Quiròs
    De donde sacará la info la Sra Migliori ???

  8. Que nota tan básica, busque información como periodista, no copié y pegue de otra nota. Interrogue a los responsables
    Cero profesional.
    Según el shuljan aruj, la única opción para que un templo sea destruido o cerrado debe ser si se abre otro en su lugar y así fue. Investigue por favor.
    Haavat Israel. Amor al prójimo, no odio gratuito.

    1. Premisa fundamental a su comentario: lo publicado por Aurora no es un artículo periodístico, sino una carta abierta, un artículo de opinión, basado en cuánto publicado por el diario La Voz, como ya mencionado. No soy periodista, y el objetivo de lo que escribo no es dar una noticia, sino comentar un hecho.
      Eso dicho, mi crítica no se basa en la halajá (tampoco soy rabino), y lo que se hizo con los fondos de indemnización no es tema de discusión. El punto es si sea oportuno o no expropiar y demoler un edificio con potencial interés histórico para ensanchar una calle. La crítica principal es hacia la municipalidad, que me sorprende que no haya tomado en cuenta la sensibilidad histórica y patrimonial del edificio demolido. Como, al mismo tiempo, me ha sorprendido y entristecido que se hayan dejado objetos sagrados debajo de escombros. En los últimos cuarenta años se ha registrado un creciente y lamentable fenómeno, osea la deliberada destrucción de patrimonio cultural en todas las ciudades del país. En el ámbito del judaísmo argentino, solo menciono los casos de Rosario, Moisés Ville (sinagoga lituana), la misma Córdoba con el edificio de Blvd. Mitre, y muchos más en Buenos Aires y alrededores. Me alegra que con los fondos recibidos de la demolición de este edificio, se haya podido construir o adquirir otro, y que la vida comunitaria siga. Pero mi crítica va más allá de lo halájico, y espero que este comentario haya sido útil para entender más mi punto de vista. De mi parte no hay ni frustración, y menos de todo odio. Lo único que quiero subrayar es la falta de cuidado y sensibilidad hacia el patrimonio. Es posible que tengamos ideas distintas, pero al mismo tiempo estoy seguro que ambos queremos que el patrimonio cultural e histórico del judaísmo argentino siga en pié.

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