«Alegría», la película española que se proyectó en el Festival de Cine Judío de Nueva York

En este fotograma del nuevo largometraje 'Alegría', Yael (Laia Manzanares) está a la izquierda, con su madre Raquel (Adelfa Calvo) a la derecha. Foto: cortesía/ Julio Vergne

Melilla, ciudad portuaria española al norte de África, alberga el nuevo largometraje llamado “Alegría”. El mismo lo dirige la directora Violeta Salama y se estrenó ayer en el festival de cine judío en Nueva York.

La película se centra en su protagonista, Alegría, quien es interpretada por la actriz mexicana Cecilia SuárezAunque Alegría es de ascendencia judía, se resiste a abrazar su herencia, en contraste con la próxima generación de su familia, incluida su sobrina Yael (Laia Manzanares), que viene a Melilla para celebrar una boda ortodoxa. Cuando Alegría recibe a Yael para la próxima celebración, el tema de la identidad se vuelve ineludible.

“Alegría [el personaje] es mi padre y mi abuela, todos mezclados”, dijo Salama en delcaraciones mediáticas. Mientras tanto, dijo ella, Yael ejemplifica “la forma de ser judío a tu manera”. Encarna a aquellos que “tratan de moverse, viajar, conocer diferentes culturas, decidir cómo quieren vivir su vida”.

“Fue la primera vez que conocí a personas judías como yo”, agregó, que define como “judío a tu manera”. Exploró aún más su identidad al viajar a Israel con su abuela y conocer a otros miembros de la familia allí. “Empecé a conectar muchos puntos”, comentó Salama. “Para mí, fue fascinante. Quería imaginar más al respecto”.

Alegría modifica las costumbres de los miembros de la familia judíos observantes que visitan la boda. Ella instala una mezuzá en el marco de su puerta para ellos, pero se deleita en pegarla a la superficie, desafiando un tecnicismo de la ley judía.

“Es un actor muy famoso en el mundo latino”, manifestó Salama. «Fue un honor para él querer interpretar a ese personaje». La directora describe la historia de fondo de Alegría con Simón de la siguiente manera: “Si hubiera sido menos terca con la religión, tal vez habría admitido a la persona detrás del velo. Negó su judaísmo cuando era adolescente. Echaba de menos muchas cosas. Extrañaba [ver] a Simón como persona”.

La voluntad de Alegría de derribar las barreras por los demás presagia su aceptación de las barreras en su propia vida, algunas de ellas construidas por ella misma. Incluso si no puede responder del todo a la pregunta de si es judía o no, está en camino de sentirse más cómoda con las complejidades. “No me gustan los personajes que tienen todo entendido desde el principio”, concluyó Salama. “La gente necesita tener contradicciones”.

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.