La guerra entre Ucrania y Rusia obligó a muchas familias ucranianas, con hijos incluidos, a huir a otros países limítrofes o cercanos. Además del estrés y el miedo, los infantes pueden sufrir estrés postraumático en el futuro.
«En tiempos de guerra, crisis o desastre, los niños atraviesan una inmensa angustia emocional, ya que se ven aislados del entorno familiar. Se les quita el equilibrio de la vida cotidiana y, al mismo tiempo, absorben las presiones de su entorno», dijo Yael Livneh, una experta en atención traumatológica de niños y adolescentes y profesor del Oranim Academic College.
«Los niños que se encuentran en diferentes etapas de desarrollo no pueden procesar, regular o expresar sus sentimientos. Les resulta difícil compartir eventos o experiencias complicadas y, por lo tanto, pueden desarrollar una experiencia postraumática», explicó.
Por esta razón, el Centro Médico Sheba se asoció con el Colegio Académica Oranim para desarrollar una herramienta terapéutica que ayuda a niños ucranianos a lidiar con el trauma. El método se aplicó con éxito en el recinto y consiste en un juego terapéutico que permite al paciente procesar su nueva realidad y restaurar una sensación de normalidad con instrucciones de guía.
«Hay momentos y eventos que dejan huella durante muchos años y pueden cambiar toda una vida», dijo Itai Pessach, director del Hospital Infantil Safra. Y la Dra. Livneh agrego: «La mayoría de los padres desconocen el impacto que tienen en la visión del mundo de sus hijos durante una crisis».
El juego se diseñó y desarrolló voluntariamente por Inbal Bar-Meir. Ella es una diseñadora de productos y gerente de proyectos. Y también por Maya Bar Yehuda, diseñadora gráfica e ilustradora.
El mismo incluye una caja de fósforos que se convierte en una pequeña casa para las muñecas que viven en ella. El objetivo del kit es apoyar y alentar a los niños a abrirse sobre las experiencias por las que pasaron y mediar en la realidad para ellos mientras le brinda espacio a la autoexpresión.
El kit incluye «muñecos de preocupación» a los que el niño puede hablar y compartir su preocupación, trasladando así su ansiedad a los muñecos. Durante la terapia de juego, el niño crea su propio «lugar seguro», mientras que el padre o tutor refleja los sentimientos del niño y lo ayuda a describir, procesar y absorber sus miedos, sueños y pensamientos.
«Hemos creado una herramienta que les permite hablar en su idioma, el idioma de los niños», añadió Livneh. «Es importante poder mediar en las experiencias de los niños y brindarles herramientas personalizadas para procesar psicológicamente los cambios que se realizaron en sus vidas. Con el fin de reducir el nivel de estrés y ansiedad en los que se encuentran y reducir el daño futuro tanto como sea posible».