El dilema de los padres israelíes

23 agosto, 2022 ,
Fuente: Creative Commons

por Dr. Israel Jamitovsky

La reanudación de los viajes de la juventud israelí a Polonia que oportunamente se suspendieron a raíz de la pandemia, configura una excelente oportunidad para abordar un tópico mucho mas cuestionado de lo que se supone en el seno de  la sociedad israelí.

El viaje de jóvenes israelíes a Polonia conforma una de los emprendimientos   principales del sistema educativo israelí en torno a la enseñanza   y preservación de la memoria histórica del Holocausto. Los viajes se celebran durante todo el año . En la semana en la que se recuerda el día del Holocausto y Heroísmo, se celebra la Marcha por la Vida en la que toman parte jóvenes israelíes y judíos del exterior, así como representantes del Ejército  y el Estado de Israel. Cabe señalar que durante el año amén de las antedichas delegaciones juveniles, visitan igualmente Polonia     representante de distintos colectivos de la sociedad israelí:  ejército, estudiantes y  organizaciones obreras.

El viaje insume una semana e incluye la visita a los campos de exterminio y de trabajos forzados así como visita a los grandes centro judíos del pasado ubicados en ciudades como Varsovia, Cracovia y Lublín. A este emprendimiento lo precede una cuidadosa preparación de los guías y alumnos y cuando finaliza se extraen y analizan cuidadosamente las conclusiones del caso.

Las edades de los alumnos que conforman las delegaciones   oscilan entre 16 y 18 años de edad   y pertenecen a las clases superiores de la Enseñanza Secundaria. A ellos se acoplan entre otros, sobrevivientes del Holocausto quienes relatan sus vivencias personales en los espacios pertinentes.

Estos periplos comenzaron el 4 de abril de 1965 por iniciativa de Freida Mazia, integrante de la organización clandestina judía polaca durante en la Segunda Guerra   Mundial, quien lanzó la idea de los viajes a Polonia luego de participar   en Varsovia en un  acto  en el que se conmemoró  veinte años del Levantamiento del Gueto de Varsovia. Este emprendimiento se interrumpió inmediatamente después de   la Guerra de los Seis Días al cortar Polonia relaciones diplomáticas con Israel pero   se reanudó en los años 80 al culminar el período   soviético.  La estimación es que cada año  más de diez mil alumnos realizan este periplo. Según la Central de Estadísticas de Israel del año 1999, 56% de los colegios judíos de Israel participaron en este evento  en tanto que desde 1988 más de 300.000 alumnos hicieron otro tanto.

Pauta de la trascendencia de este tópico, es que desde un principio, estos periplos fueron seriamente cuestionados   desde una perspectiva educativa, psicológica,  sociológica y antropológica. Es precisamente en este espacio en quiero detenerme y abordar las dos posturas, es decir tanto de las que apoyan este emprendimiento así como   los que lo cuestionan   categóricamente.

Entre quienes lo respaldan, cabe señalar las siguientes consideraciones:

  • No hay otra opción para comprender la Holocausto en toda su dimensión, sino a través   de la vivencia directa, de la presencia in situ, en el lugar de los  acontecimientos. Imposible alcanzar este propósito a través de la enseñanza impartida desde Israel o   visitando referentes recordatorios en Israel
  • Contribuyen a   acrecentar la conciencia de la trascendencia de Israel en tanto estado judío independiente y democrático, su sensibilidad por los derechos humanos, todo ello previo al enrolamiento al ejército de los alumnos.
  • El periplo fortalece la identidad judía e israelí de los alumnos , su relación con el   Estado de Israel y sus valores, acrecentando   su vocación de servicio
  • Configura una oportunidad de acceder al conocimiento de mil años de vida judía en Polonia y de la rica creación diaspórica en este espacio.
  • Tanto los alumnos como sus guías   atraviesan un largo y sustancioso proceso de preparación  previo a los viajes bajo la égida del Ministerio de Educación de Israel y al finalizar estos periplos, se extraen las conclusiones pertinentes.

Los opositores a este emprendimiento   sostienen que:

  • Estos viajes conforman una evidente distorsión. En la tradición judía   se asciende de la Diáspora   a Israel, en tanto que en este caso se opta por la vía inversa.
  • El énfasis recae sobre el Holocausto y la destrucción generando en los alumnos  la cuestionable condición de víctimas   y   en cambio se desconoce o no se pone suficiente énfasis en el rico  bagaje de la tradición y culturas judías elaborado en la Diáspora. Precisamente, al conocer los alumnos este acervo,    tomarán conciencia de la enorme pérdida acaecida y no sólo de vidas humanas.
  • Estos periplos reconocen de hecho el fracaso del Sionismo  o ciertas corrientes del mismo que al no ofrecer una identidad asentada en  parámetros positivos y sólidas raíces, echa mano y recurre a facetas negativas de  la opción diaspórica y al Holocausto. La respuesta es Jerusalén y no Auschwitz.
  • La edad de los alumnos no se presta a este tipo de periplos, su preparación es superficial e insuficiente   y en algunos casos esta constante se refleja en su conducta durante los viajes.
  • Un estudio practicado evidenció la existencia de un trauma secundario en 13.5% de los alumnos del Colegio Secundario Tijón Jadash, originado  un mes después de efectuada la visita a los campos de exterminio. Evidencia complementaria    que este tipo de visitas debe efectuarse   en una etapa posterior en las vidas de estos jóvenes  e imbuidos de una  mayor madurez, por ejemplo cuando cursan su servicio militar o posteriormente.
  • En este  colectivo, afloraron otro tipo de reacciones. El Colegio Secundario  Herzlía decidió que sus alumnos en lugar de viajar a Polonia ,   recorran  Israel durante cinco días acompañados de representantes de  distintos sectores de la sociedad israelí. El Colegio Secundario de Artes y Ciencias de Jerusalén decidió cancelar los viajes a Polonia desde el año 2008.En la red social rotulada Facebook, surgió un grupo denominado «opositores a enviar los jóvenes a Polonia» y de respaldo a padres que se oponen a enviar a sus hijos   a los antedichos   periplos.

Cabe por cierto analizar la contribución de este emprendimiento al conocimiento del Holocausto. Una encuesta realizada entre 430 alumnos de los años superiores de la Enseñanza Secundaria por el Instituto Masuá  de Estudios del Holocausto del Kibutz Tel Itzjak, revela que los viajes a Polonia ocupan el tercer lugar en cuanto a fuente importante de conocimiento del Holocausto, lo anteceden el testimonio de sus sobrevivientes así  como películas que abordan este tópico. Estudios complementarios ratifican de un modo u otro estos guarismos y acreditan   que   si bien estos periplos contribuyen al conocimiento del Holocausto de los alumnos, no configuran su único referente y  fuente de conocimiento.

Finalmente, hay que considerar en este emprendimiento el matiz ideológico de cada corriente educativa de Israel   así como la de sus instructores y guías. Habrán   quienes acentuarán la singularidad judía de la tragedia, otros enfatizarán el signo universalista y finalmente estarán aquellos que señalarán   ambas facetas.

En cuanto a la participación de la juventud árabe de Israel, el cuadro es desalentador y los guarismos son elocuentes. En el año 2008 participaron en tareas educativas relativas al Holocausto 134.672 alumnos de los cuales sólo 1595 provinieron del colectivo árabe. En los viajes propiamente dichos, viajaron a Polonia 15.814 alumnos judíos en tanto que tan  sólo 150 eran árabes.No creo que desde ese entonces   y hasta nuestros días se hayan producido cambios significativos.

El tópico no sólo atañe a Israel, no sólo por tratarse del Holocausto, sino porque jóvenes judíos diaspóricos participan en la antedicha Marcha por la Vida y asimismo visitan Polonia frecuentemente cuando residen  en Israel en el marco de distintos programas educativos.

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3 thoughts on “El dilema de los padres israelíes”
  1. Las peliculas son eso, películas por lo que no son fuente histórica y hasta distorcionan o romantizan los hechos. La verdad, se hacen problema por cosas que considero debe hacer cada uno si quiere o no. Y lo de los DD HH…bueno, según como se mire en oleno siglo XXI en el Estado de Israel (no está bien parado frente al mundo y eso pesa).

  2. En definitiva, son unas vacaciones y hay una tendencia sobre todo en los jóvenes a divertirse, pero los lugares de luto no son lugares para divertirse .
    Conclusión, estos viajes son totalmente inapropiados.

  3. Los argumentos de los negadores del viaje a Polonia son débiles. Ningún daño puede producirle a un joven visitar los restos de la peor tragedia del pueblo judío. Los aportes de la cultura europea a los judíos no tienen nada que ver con este Proyecto. No entiendo a que se refieren con fracaso del sionismo .Ojalá sigan visitando los campos de exterminio nazis la juventud israelí y los jóvenes judíos del mundo.

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