El día siguiente cuarta edición

23 marzo, 2021
Benjamín Netanyahu - Foto: GPO Kobi Gideon vía Flickr

El miércoles 24 de marzo de 2021, será el cuarto día siguiente de las elecciones en menos de dos años en Israel. Casi se puede hacer un perfil estadístico y tener un panorama de lo que probablemente suceda.

El primer ministro Benjamín Netanyahu y el Likud se llevarán el mayor número de escaños. El contendiente más cercano, quedará lo suficientemente distanciado como para tener posibilidades de formar gobierno. Los votos del campo de la derecha serán la mayoría, sin que ello allane el camino de una coalición expedita.

Después de mutuas inculpaciones entre unos y otros, argumentando que se hubiera logrado la victoria de haberse hecho acuerdos preelectorales desprovistos de excesivos egos, se tendrá un período de razonamientos en cuanto a la necesidad de que Bibi no siga siendo primer ministro. El motivo de la campaña, Sí Bibi – No Bibi, copará la escena mientras todos se vayan volcando al tema postelectoral de mayor importancia: evitar unas quitas elecciones en unos seis meses.

En caso de no formarse coalición de gobierno, la transitoriedad de Netanyahu pasaría a convertirse en algo muy estable. Más de dos años funcionando como primer ministro a pesar y por encima de todo. La necesidad de una coalición que evite nuevas elecciones, podría forzar un equipo de gobierno constituido por partes que no comparten ideología, ni concepciones políticas ni de vida, en caso de prescindir de Netanyahu. En su defecto, de formarse una coalición bajo el liderazgo de Bibi, se han de tragar muchas palabras dichas en plenas campañas electorales, con propósitos de captación de votos, pero no de cumplimiento cabal. Son las consecuencias de varias campañas seguidas, frecuentes y sin decisión.

Al igual que en el pasado, desaparecerán aquellas iniciativas partidistas conformadas por desertores de partidos grandes o advenedizos que creyeron era el momento de saltar a la palestra.  Fue el destino anterior de Gaby Ashkenazi, de Moshe Yaalón y el riesgo calculado que corre Benny Gantz.

El presidente Rivlin hará llamados a la concordia y a poner el interés nacional por encima de todo. La pandemia en retroceso, dará un aire de optimismo. El mismo que empaña la crisis económica y aquellos problemas no resueltos que siempre amenazan: el plan nuclear de Irán, la administración Biden y su silencio, los siempre presentes palestinos con su drama eterno de no negociar y estar divididos en dos entes irreconciliables para algunos aspectos.

Un país más cansado de sus políticos, con problemas reales que no se resuelven en estudios de radio y televisión, ni columnas de prensa. La desconfianza en quienes deben dirigir el destino del país va en crescendo. El irrespeto y las descalificaciones entre unos y otros, ha de seguir por un buen tiempo.

El día siguiente a la cuarta elección no se perfila como muy distinto de los días siguientes anteriores, y ello es motivo de frustración.  Cuesta trabajo asimilar que las elecciones repetidas una y otra vez, no son necesariamente la solución. Que el sistema electoral, aun siendo transparente, participativo y justo, no es capaz de producir los cambios necesarios para conseguir cierta estabilidad de gobierno.

El miércoles 24 de marzo de 2021, la meta principal pareciera ser evitar un día siguiente … a una quinta elección.

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