Compañía de Pina Bausch vuelve a Israel con “Claveles”

1 septiembre, 2019 ,
Foto: Laszlo Szito

La Compañía de Danzas de la legendaria coreógrafa Pina Bausch (Pina Bausch Tanztheater Wuppertal), vuelve a Israel en el marco de la prestigiosa serie “Danzas en el Mishkán” que se lleva a cabo en el centro de las Artes Escénicas, Hogar de la Opera. La compañía vuelve despues que el año pasado abrió la temporada de dicha serie con la obra «Masurca Fogo».

Foto: Oliver Look

Este año nos trae una de sus piezas más conocidas,  “Claveles” (1982) una de las obras importantes de Pina, de aquellas que la convirtieron en una figura de culto en la escena internacional de la danza desde la década de 1970 hasta la actualidad. En la misma el escenario es una impresionante alfombra compuesta de miles de claveles sobre la cual los bailarines ejecutan la pieza y que se transforma en una inolvidable y única escena. Se presentará entre el 17 y el 23 de octubre en el Hogar de la Opera. Un show imperdible.

Miembros de la Compañía

Cada trabajo de la Bausch es una metáfora visual monumental. “Claveles” es un espectáculo maravilloso e intrigante con miles de flores que se colocan en pequeñas filas ordenadas según el diseño del espacio de Peter Fabest con el que colaboró. El trabajo trasmite una energía dramática que nunca antes se había visto, con referencia a las emociones más importantes de la humanidad como punto de partida: miedos y necesidades, deseos y anhelos. Todo esto acompañado de la música de Gershwin, Armstrong, extractos del Cuarteto de cuerdas de Schubert y más. Es de destacar que la distinción entre música “seria” y “popular” nunca tuvo sentido a los ojos de Pina Bausch. Cada música era importante para ella siempre que expresara emociones verdaderas, y decía: “No me importa cómo se mueven las personas, sino qué las impulsa”

“Claveles” revela una serie de ilustraciones que aparentemente no están relacionadas y se entrelazan lentamente con las emocionales. Como en las actividades rutinarias de la vida, los bailarines se presentan en escenas conectadas al azar pero que fluyen entre sí, agregando riqueza y realismo al trabajo. Ponen sus sillas, se sientan, escuchan música clásica, un hombre da un paso adelante y entona una canción de Gershwin, mientras la deletrea en el lenguaje de las señales junto con la banda sonora.

Los bailarines se visten con trajes exuberantes, hay hombres que visten trajes oscuros con perros alsacianos. La alfombra de flores en la que bailan está condenada a ser empujada y aplastada bajo sus pies de la misma manera que ellos serán aplastados cuando se los obligue a actuar en formas humillantes. En este trabajo, Bausch investiga el poder y la actitud de quienes lo usan y lo explotan, además de preguntar sobre la posibilidad del amor, toda clase de amor en este mundo donde vivimos.

Acerca de Pina Bausch. Nació en 1940 en Zolingen, terminó sus estudios de baile bajo la tutela de Kurt Jose. Inmediatamente después, el director del Teatro Wuppertal, la invitó a crear coreografías para la compañía de danzas. En 1973 Bausch cambió el nombre de la banda al por “Tanztheater Wuppertal”, más tarde, el nombre de la artista se agregó al nombre de la banda como nombre oficial.

Al principio, la obra de Bausch se mostraba controversal, pero pronto fue muy aceptada y mundialmente reconocida. Fue famosa por la maravillosa combinación de imágenes poéticas y el uso de los medios cotidianos por lo que dejó su influencia en el desarrollo de la danza internacional. Sus trabajos ubicaron a la banda como una de las más importantes del mundo, y le dieron a la Bausch el estatus de uno de las artistas más prominentes e influyentes en el panorama de la danza mundial. Por supuesto ganó muchos premios.

En 2009 Pina Bausch dejó este mundo, tras una  extensa carrera y haber creado 46 obras que se convirtieron en un hito internacional y se interpretan hasta el día de hoy. El mismo año, la Fundación Pina Bausch fue fundada en Wuppertal para preservar el patrimonio artístico de la coreógrafa. Los fundadores y miembros de la gerencia de la fundación son Ronald Kay, ultimo compañero de vida de Pina, y su hijo, Salomon Bausch, quien también se desempeña como presidente de la junta y de la fundación.

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