La delegación, encabezada por el director general adjunto de Asuntos Estratégicos del Ministerio, Joshua Zarka, mantuvo ayer una reunión con Mikhail Ulyanov, jefe de la delegación de Rusia que, junto con China, Alemania, Francia y Reino Unido, negocia directamente con Irán.
Además, la delegación se entrevistó el lunes con el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi.
Según los reportes, Zarka mantuvo también encuentros con los representantes de los otros países involucrados, incluyendo a Robert Malley, enviado especial de Estados Unidos, país que participa en las negociaciones de forma indirecta.
La visita de esta delegación se da pocos días después de que se retomara la octava ronda de negociaciones para salvar el pacto firmado en 2015, que el expresidente estadounidense Donald Trump abandonó en 2018, acción muy contestada por la comunidad internacional, que sí contó con el respaldo del anterior primer ministro, Benjamín Netanyahu.
Según el acuerdo, Irán se avino a reducir el tamaño y el alcance de su programa atómico para impedir que pudiera desarrollar armas a corto plazo, a cambio del progresivo levantamiento de las sanciones internacionales que ahogaban su economía.
Israel teme que un nuevo acuerdo nuclear con Irán, si es que se materializa, podría ser peor que el anterior dados los avances tecnológicos registrados en el programa atómico de la República Islámica.
En este sentido, el primer ministro, Neftalí Bennett, advirtió que el restablecimiento del pacto con Irán no traerá estabilidad a la región ni servirá como elemento disuasorio ante un posible ataque de Israel sobre las instalaciones nucleares de la República Islámica, que amenaza frecuentemente con aniquilar al Estado judío. Aurora y EFE.
Puede que mi percepción del actual momento sea fruto del pesimismo, al que me conduce la visión de este “Mundo Occidental”, “narcotizado” en base a la, en su día, proliferación de los “dólares inflacionarios” del “plan Marshall”. Queriendo olvidar el desastre humanitario que fue la 2nd Guerra Mundial y la inmediata postguerra, donde los horrendos crímenes nazis en algunos casos sirvieron para encubrir los subsiguientes perpetrados “contra los mismos”, los judíos, cuando trataron de retornar a sus orígenes en Hungría, Polonia o Rumania, etc. y se encontraron “con lo mismo”: la incautación de sus bienes y la agresión física por el simple hecho de reclamar lo que era suyo.
¿Cómo esperar a estas alturas que la “alegre cuchipanda” reunida en Viena, tenga la visión de futuro, mucho más inmediato de lo que sus cortas luces les permite ver, de que la teocracia Iraní, si quiere subsistir como tal, necesita destruir el “desorden” surgido de la ya aludida tragedia?
Más de lo mismo, a lo sucintamente indicado, unimos el “foro de Sao Paulo” y el “piscolabis de Puebla”, donde el comunismo dejó de ser internacionalista, para convertirse en el “divide y vencerás” y dio a luz (parió) la “agenda 2030”. Dándole pie a Putin para convertirse en Zar y al “Chino” en Emperador. Ambos con las correspondientes aspiraciones propias de sus altas dignidades auto concedidas.
Para que el panorama sea al completo, solamente cabe unir el “Deep State” y esa “partida de líderes de monópoly”, qué cual “ratas en buque hundiéndose” corren despavoridas y chillan, ante los dos citados dictadores y el Ayatola de turno.
Qué difícil lo tiene un país, que con “muchos amigos”, sabe, que llegado el caso y momento, tiene que contar consigo mismo y con su propia fuerza, su “Tzáhal”.
Como siempre y una vez más, me repito: no mucho más fácil es desempeñar la cartera de ministro de Finanzas, cuando de él directamente depende la existencia como nación. JG