Veinticinco años después, Reuven Rivlin

28 noviembre, 2017

De Compostela a Ierushalaim

Pedro Gómez-Valadés*

Corría el año de los milagros, el inolvidable 1992, el año de los Juegos Olímpicos de Barcelona, de la Exposición Universal de Sevilla, del Quinto centenario del descubrimiento de América y de una cuarta efeméride más, efeméride esta que, en contraposición de la gran carga positiva de las tres citadas, esta cuarta conmemoración fue un amargo recordatorio de uno de los más negros episodios de la larga historia de España. Sucedió en el año 1492 de infausto recuerdo para la comunidad judía por ser este el tiempo en el que los Reyes Católicos decretaron su edicto de expulsión de los judíos de las tierras de sus reinos.

Cinco siglos después el entonces presidente del Estado de Israel, Chaim Herzog viajó a España, a la nunca olvidada tierra de Sefarad,  en visita de Estado.  Hacía solo 6 años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre España e Israel siendo los jefes de gobierno respectivos Felipe González y Shimón Peres. A lo largo de los 31 años de diplomacia directa entre Madrid y Jerusalén, las relaciones fueron buenas aunque manifiestamente mejorables. Muchas tomas de posición de España en la política internacional no ayudaron, más bien al contrario, a la mejora de la confianza y al estrechamiento de las relaciones hispano-israelíes.

Ahora, 31 años después de la firma de intercambio de Embajadas y 25 años después de la hasta  hoy única visita de Estado de un presidente de Israel a España, el reciente viaje del actual presidente Reuven Rivlin viene a confirmar la mejora y fortalecimiento de las relaciones España-Israel. Avance muy notable en todos los campos: económico, cultural, turístico, científico, de seguridad, etcétera, pero aún con mucho margen de mejora. Recordemos que desde el establecimiento de relaciones diplomáticas en 1986 entre Madrid y Jerusalén, tanto Felipe González, como José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero viajaron en visita oficial a Israel. Faltando hasta ahora el deseable -y creo que necesario- viaje a Tierra Santa de Mariano Rajoy. Viaje este que sin duda supondrá un fuerte impulso al estrechamiento de las relaciones y amistad hispano-israelí. Porque no olvidemos que para el pueblo judío España siempre será la vieja Sefarad, parte fundamental de su largo viaje por la historia.

Espero y hago votos porque no tengamos que esperar otro cuarto de siglo para que un presidente israelí visite de nuevo España. Shalom presidente Rivlin.

*Presidente de la Asociación Galega de Amizade con Israel (AGAI).

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