Fathi Walid Harb, un funcionario palestino de 22 años de Gaza y padre de dos hijos, se prendió fuego mientras insultaba al Gobierno, que en la Franja está a controlado con puño de hierro por el grupo terrorista islámico Hamás.
En diversos vídeos difundidos en las redes sociales y las televisiones palestina e israelí, se ve al funcionario envuelto en llamas mientras grita: «¡Dios castigue al Gobierno! ¡Maldito jodido Gobierno!», en tanto que varios transeúntes corren a socorrerle.
Medios palestinos informaron de que el joven funcionario, que fue ingresado en un centro sanitario con pronóstico reservado, se prendió fuego porque hace meses que no recibe su sueldo, el único sustento de su familia, que aumentará en los próximos meses con el nacimiento de un tercer hijo.
El mes pasado se informó de que los funcionarios de la Autoridad Palestina (AP) en Cisjordania habían recibido sus salarios, cosa que no sucedía en Gaza, gobernada de facto por Hamás, lo que hace aumentar los temores de que el presidente palestino, Mahmud Abbás, los esté reteniendo para ejercer presión sobre el movimiento islamista.
La AP ha continuado pagando a sus decenas de miles de funcionarios en Gaza a pesar del hecho de que la mayoría no trabaja desde que Hamás se apoderó del territorio en 2007, mediante un sangriento golpe de Estado.
Desde entonces, para evitar el ingreso de armas y misiles, Israel mantiene al enclave costero bajo bloqueo, al tiempo que la frontera de Gaza con Egipto también está cerrada y solo se abre con cuentagotas, como está sucediendo durante este mes.
Los varios intentos de reconciliación entre Hamás y el partido liderado por Abbás, el nacionalista Al Fatah, no han prosperado, el último de los cuales tuvo lugar en octubre de 2017 con la mediación de Egipto.
En el esquema de la reconciliación, Hamás pretendía que Abbás se hiciera cargo de Gaza; pero el presidente palestino, que no tiene un pelo de tonto, se niega a hacerlo si los terroristas islámicos no entregan las armas y someten sus organizaciones armadas a la autoridad de la AP.
En las últimas siete semanas la tensión en la franja ha aumentado aún más, desde que comenzaron las protestas palestinas por la llamada “Gran Marcha del Retorno”, el pasado el 30 de marzo, y que se han saldado con más de un centenar de palestinos muertos en los violentos enfrentamientos con el Ejército de Defensa de Israel y alrededor de 10.000 heridos.
Las protestas no han sido del todo pacíficas, sino «disturbios orquestados» por Hamás para tratar de desviar la crisis hacia Israel, con el objetivo de asaltar la valla fronteriza con Gaza y entrar en su territorio para cometer ataques, según fuentes militares israelíes.
Un destacado miembro de Hamás destacó la semana pasada que la mayoría de los fallecidos pertenecen a su movimiento. Hamás reconoció que 50 de los 62 muertos del lunes pasado eran integrantes de su organización y la Jihad Islámica puso de relieve que otros tres fallecidos, de ese mismo día, eran combatientes de su grupo. Aurora y EFE
El trasfondo de las revueltas incendiarias en Gaza, como lo describen en este artículo, es archisabido en la ONU, en el Consejo de Seguridad, en la Unión Europea, y en tutti quanti.
También es archisabido que deberían investigar, por ejemplo, adónde van a parar los miles de millones de euros que la UE le regala año tras año a la UNRWA mientras que los ciudadanos de Gaza no tienen con qué sobrevivir.
Pero entendamos bien a la pobrecita ONU: si hace eso no podrá seguir acusando a Israel, porque necesita poder acusar a Israel para poder cargarnos con el bulto y para que nosotros les resolvamos los problemas pecuniarios, sanitarios y un largo etc a Gaza.
Asi los árabes de Gaza después podrán agradecérnoslo con más ataques terroristas.
Y bueno, mientras los ataques no sean en el corazón de la Unión Europea, no hay problema…
Con la inmolación de ese hombre, la com. int. se percatará de que el problema de Gaza no lo causa Israel sino la AP y Hamás, a menos que sean tan bru… que no entiendan algo tan fácil.
Cocurro contigo graciela, pero para que la UE y la ONU hagan caso con respecto al mal uso que la AP y Hamás le dan a las ayudas, Israel tiene que levantar la voz fuertemente e insistir hasta el cansancio para que la co. Int. reclame la investigación y una auditoría independiente.