La Autoridad Palestina viola los acuerdos de Oslo en Jerusalén Oriental

27 octubre, 2018 ,
Foto: Pixabay

En octubre de 2018 la venta de la casa de la familia Joudeh en el vecindario Saadiya en la Ciudad Vieja de Jerusalén a un grupo de judíos causó una tormenta entre los residentes de los territorios.
Los detalles de la venta fueron descubiertos por miembros de la familia después de haber vendido su casa de tres pisos a un empresario palestino llamado Khaled al-Atari. La familia se sorprendió al descubrir que poco tiempo después de la venta por $17 millones al-Atari transfirió la propiedad a un grupo de judíos, quienes de inmediato se mudaron a la casa.
Después se supo que la Autoridad Palestina había impedido previamente que la casa fuera vendida a uno de los partidarios de Mohammed Dahlan, llamado Fadi al-Salamin, que reside en los Estados Unidos [Dahlan es repudiado por el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas]. Las fuentes palestinas afirman que Khaled al-Atari es partidario de Abbas y del general Majid Faraj y que la transacción se realizó con su autorización. Al-Atari fue severamente interrogado por parte de agentes de Fatah en el Este de Jerusalén, y desde entonces se ha ocultado por temor por su vida.
Este episodio asestó un duro golpe a la Autoridad Palestina. Muchos residentes de los territorios la perciben como corrupta y piensan que sus líderes hacen tratos con Israel a través de empresas fachada para comprar inmuebles en la Ciudad Vieja, cerca del Monte del Templo, como parte del intento de Israel por obtener el control de la mezquita al-Aqsa.
A raíz de este incidente la administración palestina, encabezada por Rami Hamdallah, decidió el 10 de octubre de 2018 establecer un comité de investigación para examinar la venta de la casa de la familia Joudeh.
El 13 de octubre de 2018 Sheikh Akhram a-Sabri, predicador de la mezquita de al-Aqsa, emitió un fatwa (dictamen de la Ley islámica) que dice que cualquiera que venda propiedades en la Ciudad Vieja de Jerusalén a judíos ya no pertenece a la religión islámica.
«No aceptaremos su arrepentimiento, y no será enterrado en un cementerio musulmán», declaró Sabri.
Escalada de acciones contra aquellos que vendan tierras y propiedades a los judíos
Funcionarios de alto rango de Fatah dicen que, como resultado del incidente, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, instruyó a los servicios de seguridad palestinos a que trataran a los vendedores de tierras y bienes a los judíos con mayor severidad, en un esfuerzo por distanciarse del escándalo de la venta de la casa de la familia Joudeh en la Ciudad Vieja, a la que se ha vinculado su nombre.
Esta tarea fue asignada al general Majid Faraj, quien dio instrucciones a sus hombres en el Este de Jerusalén.
El 20 de octubre de 2018 la policía de Jerusalén y la Agencia de Seguridad de Israel (ASI) detuvieron a Adnan Gheith, Gobernador de Jerusalén de la Autoridad Palestina, y a Jihad al-Faqih, director de la Oficina de Inteligencia de la Autoridad Palestina en Jerusalén Oriental, quienes son partidarios del general Majid Faraj. Fueron arrestados bajo sospecha de haber secuestrado a un residente de Beit Hanina (cuyo nombre es conocido por el autor), un conocido agente de bienes raíces que se dedica a la venta de tierras y propiedades, de quien sospechaban había vendido una propiedad en el área de la Puerta de Herodes en la Ciudad Vieja.
El agente inmobiliario es un ciudadano israelí que también posee pasaporte de los Estados Unidos.
Una grave violación de los acuerdos de Oslo
Según los Acuerdos de Oslo las fuerzas de seguridad palestinas no pueden operar en el Este de Jerusalén. Sin embargo, la Autoridad Palestina ha estado violando abiertamente estos acuerdos.
En consecuencia, las Fuerzas de Seguridad de la Autoridad Palestina han estado jugando el juego del gato y el ratón con la policía de Israel y la ASI.
Los residentes de Jerusalén Oriental relatan que durante 2018, después de que el presidente Trump reconociera oficialmente a Jerusalén como la capital de Israel, las Fuerzas de Seguridad de la Autoridad Palestina intensificaron sus operaciones en el área. A diario amenazan a los residentes y los convocan a interrogatorios en las oficinas del Gobernador del Distrito de Jerusalén en el ayuntamiento de A-Ram, en la parte norte de la ciudad.
Los oficiales de seguridad también están dando dinero a los comerciantes y activistas de Fatah para fortalecer la posición de Abbas en el Este de Jerusalén.
Sin embargo, el secuestro de un ciudadano israelí con ciudadanía estadounidense es extremadamente grave. Según los términos de los acuerdos de Oslo la Autoridad Palestina está obligada a liberarlo de inmediato.
Este tipo de incidentes no había ocurrido en el Este de Jerusalén desde hace muchos años.
Dieciocho años antes, en el año 2000, Yasser Arafat ordenó a Jibril Rajoub, entonces jefe de los Servicios de Seguridad, que secuestrara al comerciante Abd al-Salam Hirbawi en el Este de Jerusalén. Hirbawi se negó a obedecer la orden de Arafat de transferir un pedazo de tierra que poseía en la Ciudad Vieja de Jerusalén a la iglesia copta. Hirbawi, quien era ciudadano israelí, fue llevado por la fuerza a Ramallah, pero Israel no permitió que esto pasara inadvertido.
El entonces comandante de la División de Judea y Samaria, general Gabi Ofir, impuso el cierre de Ramallah y ordenó que fuera rodeado por tanques para evitar que los hombres de Rajoub trasladaran a Hirbawi a Nablus (Shechem).
La presión israelí funcionó y Hirbawi fue puesto en libertad poco después.
Es hora de que Israel tome una posición firme contra los servicios de seguridad palestinos, que están violando los acuerdos de Oslo en el Este de Jerusalén para fortalecer la posición de Abbas y atacar la política israelí.
Mahmoud Abbas está tratando de intimidar y disuadir a los residentes de la parte oriental de la ciudad de vender tierras y propiedades a residentes israelíes y organizaciones sin fines de lucro, para debilitar el control israelí en Jerusalén Oriental. Israel tiene muchas formas de actuar contra los agentes de Abbas en Jerusalén Oriental, como emitir órdenes administrativas o legalmente retirarlos de la ciudad.
La batalla por Jerusalén está en marcha y ha llegado el momento de tomar una posición firme.
Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs. Yoni Ben Menachem

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