El judaísmo es dinámico y adaptable

19 febrero, 2017
Foto Wikimedia

Gustavo Barck

Buenos Aires

 

El pueblo judío se puede dividir de muchas maneras, por las ramas que tenemos (Reformistas, ortodoxos, conservadores), por las regiones de donde cada grupo viene (Ashkenaz o Sefarad), por las costumbres que cada grupo y familia trajo de estas diferentes regiones, etc. Pero hay algo inherente en todo esto, nuestro lugar de procedencia y nuestra alianza con nuestro UNICO Di-s, el Di-s de Israel, de nuestros antepasados, de Abraham, de Isaac y de Jacob.

Pero hay otra característica que todos tenemos en común, que todos en conjunto como pueblo tenemos, la dinámica, la instintiva forma de nuestro pueblo de poder adaptarnos a las circunstancias y a los diferentes cambios, expulsiones e invasiones que tuvimos a lo largo de la historia. Ya que a pesar de que pudimos adaptarnos, tuvimos la fuerza y el coraje de no asimilarnos y conservar nuestras costumbres y mandatos más básicos. Una característica que me atrevo a decir supera incluso a las leyes evolutivas del gran naturalista Charles Darwin.

Pero nuestro pueblo va más allá de una simple evolución natural, somos el pueblo elegido y somos dinámicos, el judaísmo está en constante cambio. No éramos los mismos en el “Génesis” que los mismos durante el “Éxodo” y tampoco somos los mismos ahora. Es por eso que los términos que utilizamos para autonombrarnos fueron cambiando a lo largo del tiempo. Hebreos, israelitas, judíos, fueron términos que a pesar de que hacen referencia todos a nuestro mismo pueblo muestran una fase distinta en nuestra historia. Desde Abraham, hasta Jacob, desde la esclavitud en Egipto, hasta los Reinos de Israel y el de Judá, la diáspora, y la edad media tanto como el renacimiento fueron tiempos que no solo determinaron el nombre de nuestro pueblo sino también nuestras costumbres, creencias y códigos de conducta, la moral y la ética se debatieron muchas veces y surgieron nuevas clases de pensamiento tan criticados como amados y muy controversiales como la cábala en la ciudad montañosa de Tzfat.

Desde hace 2000 años fuimos recorriendo el mundo, adaptando costumbres e imponiéndonos leyes diferentes en cada comunidad para poder mantener intacta nuestra identidad como judíos. Leyes que fueron variando y cambiando, depende el lugar y de los rabinos que lideraron dichas comarcas. Estábamos en terreno extranjero, extraño y hostil, debíamos cuidarnos.

A pesar de existir una ley halájica que figura en la Torá escrita de “No agregarás ni quitarás a mi ley (Deut. 13:1)”, muchos rabinos, en especial de los sectores más ortodoxos, se tomaron el atrevimiento y el coraje de imponer leyes para protegernos de los cambios turbulentos que estaban azotando a nuestro pueblo y al mundo. Como por ejemplo la “ley del vientre” para asegurarse del futro judío del niño por nacer si una mujer judía era lamentablemente violada. Una ley creada hace 2000 años ¿Qué objeto productivo tiene o podría tener ahora? Ninguno en estos tiempos, solo crea división y un elitista comportamiento sin sentido por parte de sectores que se rehúsan a avanzar.

¿Qué sentido tiene la mitzvá de ofrecer un sacrificio sin un templo? ¿Qué sentido tiene juzgar y destruir el futuro de un niño judío por no tener una madre judía, si ya no estamos bajo el potencial riesgo de violaciones en masas de un imperio opresor? ¿La ley del vientre en esta época puede tener alguna utilidad? Está claro que no y que solo genera un estancamiento en nuestra evolución tanto como pueblo y como individuos.

Pero muchas de estas leyes (que un su momento sirvieron y ayudaron en casos excepcionales) impuestas por rabinos fuera de toda jurisdicción halájica, ya que está prohibido instaurar o quitar nuevas leyes (Leyes que ayudaron a conservar nuestra integridad en tierras extranjeras como en la nuestra bajo el yugo romano) hoy en día nos está dividiendo y destruyendo. Leyes que antes nos ayudaron hoy en día quedaron obsoletas y nos destruyen desde adentro.

El famoso Gaón De Vilna mostraba ya características reformistas en sus enseñanzas y opiniones sobre nuestra integridad como pueblo defendiendo la autonomía de cada judío a la interpretación de las leyes.

Hace más de 2000 años cuando nuestro querido templo aún estaba erguido en la maravillosa y bendita ciudad de Jerusalén todos los judíos podíamos y debíamos cumplir con las 613 mitzvot. Pero cuando lamentablemente el templo fue destruido, a causa de la gran desunión que imperaba en nuestro pueblo y que hoy aun impera, más de la mitad de esos 613 preceptos fueron revocados. (Claro está que solo hasta el día en el que el templo vuelva a estar de pie).

Cosa que solo ocurrirá si decidimos dejar atrás el pasado las divisiones y unirnos nuevamente con respeto, sin insultos, sin agravios, sin soberbia ni prejuicios, cosas que lamentablemente hoy en día está ocurriendo.

El judaísmo va avanzando y cambiando acorde al tiempo que nos toca vivir. Cabe recordar que el judaísmo no es una religión (El término religión como tal fue acuñado en los inicios del catolicismo) El judaísmo es un pueblo, con tradiciones, valores, costumbres y creencias y un territorio.

El judaísmo no es un club vip, no es una absurda cuestión racial de sangre, no es un estado o nación con jurisdicciones al que se entra con un pasaporte o con el permiso de unos pocos rabinos. Pensar y creer eso es tan absurdo, discriminatorio, intolerante e ignorante que me apena y enfurece la falta de valores, de conocimiento y humildad del verdadero judaísmo de las personas que así lo creen y que así lo aplican. Estos no son más que comportamientos y costumbres retrógradas que distorsionan y estancan nuestro constante crecimiento.

 

El judaísmo es tanto patrilineal como matrilineal

 

Y con las tradiciones orales hay que tener un enorme cuidado, ya que después de 5777 años no podemos pretender que hay temas muy importantes y delicados que no se hayan distorsionado conforme a quien las relataba y enseñaba.

Cada uno acorde a su rama tiene el absoluto derecho inherente de elegir seguir las tradiciones, costumbres, leyes y normas tanto orales como escritas. Pero no podemos ni tenemos el derecho sin importar quien sea (Rabino o no, ortodoxo, reformista o conservador), ya que es una gran falta de respeto y una gran muestra de desprecio y desunión obligar o someter a otro judío a las tradiciones en las que él no fue criado. Cada judío tiene el pleno derecho de implementar completa autonomía a la interpretación de la halajá siempre y cuando estas interpretaciones no interfieran a su vez con el cambio y crecimiento de otro judío así también como de nuestro pueblo entero.

Podemos estar o no de acuerdo entre nosotros, sobre las costumbres que cada uno trajo desde las tierras en las que nos vimos obligados a establecernos, pero no podemos negarnos como pueblo, como un pueblo cambiante. Y fueron estos mismos cambios los que ayudaron irónicamente a que no cambiemos nuestra esencia, a que no nos asimiláramos.

Seamos de la rama que seamos, vengamos de la tierra que vengamos, hablemos ladino o ídish no podemos como judíos atacarnos. Podemos debatir, discutir, no estar de acuerdo con nuestro hermano pero somos justamente eso, una gran familia. Yo dudo que hoy en día no haya un solo judío que no esté emparentado con otro, y también dudo que no tengamos un poco de sangre gentil dentro de nosotros.

La Torá no está solo para ser leída, está pera ser discutida, para ser debatida. La Torá es mucho más que la historia de nuestro pueblo, es nuestra esencia. Somos un pueblo cambiante, dinámico.

Y como somos un pueblo históricamente sabio no se puede omitir que los constantes debates que llevamos a cabo son para cambiar y mejorar, ya que como se dice “Los celos entre los sabios llevan a una mayor sabiduría” (Baba Batra 21a). Lo que esta frase nos quiere decir es que hay que estar en constante cambio para auto descubrirnos.

La Torá se comienza a leer a principios de nuestro año, en el mes de Tishrei. Lo dividimos en parashiot, en porciones para que nos sea más fácil ver y aprender de cada acontecimiento surgido, y al finalizar el año y terminar la Torá lo volvemos a releer. ¿Porque hacemos esto? Porque siempre hay algo nuevo que aprender, no todo lo que se podía aprender de la Torá fue dicho. Todos los años, todas las décadas, todos los siglos, en cada parashá, en cada porción de Torá hay algo nuevo, nuevas enseñanzas y costumbres que tenemos para aprender. Por eso los cinco libros de la Torá son rollos, porque al cerrarlo se tiene y debe que volver a abrir.

El judaísmo siempre tiene nuevas cosas que aprender, y cosas que cambiar o mejorar, creer que estamos es un estado de perfección constante y creer que todo lo leído o dicho ya fue aprendido es la mayor imperfección que como pueblo podemos tener solo después de la desunión que impera en estos tiempos.

Es por eso que en mi humilde opinión el judaísmo vive en una constante dinámica, el judaísmo es en su más puro estado un pueblo reformista. Y se quiera o no vivimos en constante cambio.

Yo respeto con una enorme admiración la sabiduría de todas las ramas ya que creo que hay gran sabiduría en todas.

Se nos enseña desde niños que somos “Una luz para las naciones” y es cierto, hemos cambiado y moldeado las bases de la civilización tanto occidental como gran parte de la oriental. Pero si vamos a ser una luz para las naciones tenemos que empezar por iluminarnos a nosotros mismos.

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13 thoughts on “El judaísmo es dinámico y adaptable”
  1. Obviamente que el Judaismo es «adaptable» y mas vale que lo sea. Todas las religiones deberían ser adaptables tambien. ¿Se imaginan HOY EN DIA a un sumo sacerdote cortandole el cogote a un chivo y regando con su sangre el altar? Que tremenda pavada sería esto en una epoca donde se envían naves espaciales a Marte y a todo el sistema solar, en una epoca donde se construyen computadoras que caben en la palma de una mano y donde se modifica el contenido genético de una célula.
    Asi que mas vale que seamos adaptables si no queremos ser ridículos, cosa que los Ortodoxos se siguen empeñando en conseguir.

  2. “Entre los israelitas vivía un hombre, hijo de madre israelita y de padre egipcio. Y sucedió que un día este hombre y un israelita iniciaron un pleito en el campamento. Pero el hijo de la mujer israelita, al lanzar una maldición, pronunció el nombre del Señor; así que se lo llevaron a Moisés. El nombre de su madre era Shelomit hija de Dibrí, de la tribu de Dan. Y lo pusieron bajo arresto hasta que el Señor les dijera qué hacer con él.” La historia continua y aquel hombre que blasfemó e insultó a Dios fue condenado a muerte.

    La Torá es oscura y no revela muchos detalles de este episodio. Sólo se nos dice que un hombre, nacido de una mujer judía y de un hombre egipcio, blasfemó a Dios. ¿Por qué blasfemó y maldijo este hombre al Eterno? ¿Cuál fue la causa de su angustia y enojo? La Torá calla pero el Midrash nos revela que pudo haber pasado. En el Midrash Sifrá (Parashat Emor, capitulo 14) se nos dice: “Y salió el hijo de la mujer israelita” ¿De dónde salió? Del tribunal rabínico de Moshé, ya que él pensó en poner su carpa dentro del campamento de la tribu de Dan. Ellos le dijeron a él: ¿Cuál es tu naturaleza [y tu motivo] por el cual crees que pueden establecerte dentro del campamento de Dan? Él les dijo: “Yo soy [simiente] de las hijas de Dan”. Le dijeron a él: las escrituras dicen (Bemidbar 2:2): “Cada hombre de acuerdo a la bandera de las casas de su padre acamparán los hijos de Israel”. Entró al tribunal rabínico de Moshé y salió culpable, por lo cual se paró y maldijo a Dios.”

    Aquel hombre, hijo de una mujer judía y de un padre egipcio, blasfemó a Dios. Maldijo a Dios por cuanto el pueblo de Israel, del cual él se sentía parte, no lo dejó habitar en su suelo y con su gente. Los Tosafistas, rabinos franceses del siglo XI, enseñaban que de antes de la entrega de la Torá el judaísmo era patrilineal mas con la entrega de la Torá el judaísmo pasó a ser un legado que se obtiene por el lado materno. Los académicos bíblicos modernos indican que la consolidación de la matrilinealidad no se dio sino hasta el periodo romano. Aquel hijo de madre judía y de padre no judío que nos narra nuestra parashá, a los ojos de su generación no era judío.

  3. el judaismo no hace proselitismo,mi misionerismo,aquellos que se juntan con una no judia,no pueden pretender cambiar la religion,solo buscan un interes personal

    1. Proselitismo es que los ortodoxos se crean los dueños del judaismo y se crean que tienen el derecho de cambiar una ley que en la tora figura desde hace 57772 años

      1. el judaismo es una religion..el judaismo es la religion del pueblo hebreo..el judaismo no esta abierto a nadie ..el judaismo no hace conversiones ni proselitismo ..israel es un estado judio y hebreo..el pueblo hebreo es una raza y el judaismo su religion e israel…es un judio su religion y cultura como hebreo y una tierra samaria y judea y jerusalem como capital ..todo el que se halla mezclado dejo de ser judio ..el Libro solo habla a los judios a los hebreos a su pueblo ..no hay mas israel que el pueblo hebreo…la relacion de un judio con su D-os es unica y directa

        1. Vos «Sfaradit» rata asquerosa de nuevo venís a hablar con tu ignorancia del «Libro» ni siquiera sabes su nombre ¡Se llama Tora bruto! Y en la Tora está bien claro que el judaísmo se hereda por padre es patriarcal y es un pueblo no un raza. Tanto que leíste “ese libro” deberías saberlo ¿no? ¡Mentiroso! sos un pro palestino, sos un nazi, un racista una basura y una lacra humana perdiste tu derecho de ser parte del pueblo judío cuando lo maldijiste en uno de tus comentarios. Sos un ignorante que se cree el único judío pero sos un nazi traidor. Sos un resentido de la vida que se pasea por páginas judías gritando e insultando “Yo soy el único judío” sos un pobre patético, das pena.
          Decís que los judíos vienen de España ignorante no tenes ni dos dedos de frente jamás agarraste un libro de historia ni judío en tu vida, no sabes redactar, escribís mal, sos un torpe y un completo maleducado. ¡NO SOS UN JUDÍO ASQUEROSO TRAIDOR!

          1. hasefer…es el libro….osea la torah…yo no he maldecido al pueblo judio..el pueblo judio es el pueblo hebreo y vosotros no los sois…soy un hebreo y desprecio al que no sea hebreo..y lo de los semitas con origen en españa en europa ..dije que lo he visto en un video..y sigo diciendo que el pueblo judio ..es exclusivamente el pueblo hebreo ..osea ..israel..vosotros sois traidores al pueblo de israel y a la torah..sois todos mezclados no judios.de todas las razas.

        2. Sfaradit maldijiste al pueblo judío y te haces llamar el único judío salí de aca traidor mentiroso ya nadie te banca perro sarnoso.
          PD. Aprende a escribir y anda a terapia, estas muy resentido

        3. Sfaradit el termino religión lo inventaron los católicos lo dice la nota y lo dicen los libros de historia que seguro nunca leíste. El judaísmo no es ni religión ni raza bruto cobarde traidor

        4. Odias a todo el que no es judio y decis que no sos discriminador? De todas formas eso demuestra que te odias a vos mismo porque de judio no tenes nada. Lo unico que tenes es un complejo de inferioridad.

  4. Vos «Sfaradit» rata asquerosa de nuevo venís a hablar con tu ignorancia del «Libro» ni siquiera sabes su nombre ¡Se llama Tora bruto! Y en la Tora está bien claro que el judaísmo se hereda por padre es patriarcal y es un pueblo no un raza. Tanto que leíste “ese libro” deberías saberlo ¿no? ¡Mentiroso! sos un pro palestino, sos un nazi, un racista una basura y una lacra humana perdiste tu derecho de ser parte del pueblo judío cuando lo maldijiste en uno de tus comentarios. Sos un ignorante que se cree el único judío pero sos un nazi traidor. Sos un resentido de la vida que se pasea por páginas judías gritando e insultando “Yo soy el único judío” sos un pobre patético, das pena.
    Decís que los judíos vienen de España ignorante no tenes ni dos dedos de frente jamás agarraste un libro de historia ni judío en tu vida, no sabes redactar, escribís mal, sos un torpe y un completo maleducado. ¡NO SOS UN JUDÍO ASQUEROSO TRAIDOR!

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