Pablo Sklarevich
Reportes provenientes de la región sugieren que los repetidos ataques israelíes en Siria podrían haber creado una cuña entre Rusia e Irán; debido que se escucha a Moscú decir a viva voz que no quiere a las fuerzas de la Guardia Revolucionaria iraní y sus aliados chiís cerca de la frontera con Israel. Otros analistas se imaginan a Moscú y Teherán como dos ladrones que tras robar un banco se pelean por el botín. Sin dudas, si tiene que elegir, Jerusalén preferirá que Siria se convierta, como Crimea, en una provincia rusa.
Entre tanto, el jefe de la Fuerza Aérea siria, general Ahmad Balloul, ordenó, según un reporte del sitio web investigativo Zaman al Wasl -generalmente favorable a la oposición siria-, que las bases aéreas del país sean usadas exclusivamente por las tropas sirias. El comandante sirio prohibió que sus hangares y otras instalaciones sean utilizados por las fuerzas iraníes y sus acólitos (Hezbollah y otras milicias chiís), para evitar que la aviación israelí siga bombardeando sus bases militares.
En este sentido, un reporte del canal Sky News en árabe sostiene que un alto comandante de Hezbollah junto con otros miembros del grupo terrorista chií libanés murieron en un reciente ataque aéreo israelí, cerca de la ciudad de al Qausayr en la provincia siria de Homs, no lejos de la frontera libanesa.
Mientras tanto, bajo el telón de fondo de la escalada de violencia en el sur, el Ejército de Defensa de Israel destruyó cerca de Rafiah, un “extraordinario” túnel de Hamás de dos kilómetros de largo que penetraba en territorio egipcio y luego 900 metros debajo del suelo israelí.
La escalada se agravó cuando un grupo de terroristas palestinos colocó un artefacto explosivo cazabobos, disfrazado de cortacadenas (cortapernos o napoleón), en la valla fronteriza con Gaza. Un tanque israelí atacó en represalia una posición de la Jihad Islámica cercana. Al menos tres miembros del grupo terrorista murieron. La Jihad Islámica juró venganza y trató de consumarla con el disparo de varias andanadas de proyectiles de mortero contra las comunidades israelíes aledañas a la frontera, desatando un nuevo ciclo de violencia en el sur.