Y después del torneo electoral – qué?

13 abril, 2019 , ,
Avigdor Liberman - Foto: Kneset

Si por algún momento me permito ceder a equilibradas reflexiones, la pregunta en el título no admite otras respuesta: un gobierno de unidad nacional. Parece obvio: Netanyahu y Gantz presentan perfiles similares e intenciones convergentes. Ambos han sido modelados por difíciles experiencias civiles y militares; comparten convicciones seculares y democráticas; y no están comprometidos con rígidas plataformas políticas. Pueden dialogar y negociar hasta suscribir acuerdos que garantizarán la vivaz continuidad de la democracia israelí.

Un escenario que lamentablemente apenas parece viable en estos días que siguen al áspero y vocinglero pugilato que la ciudadanía conoció en los días pasados.

Una agresiva coalición gubernamental se perfila. El entendimiento con las fracciones religiosas y con la agrupación neokahanista parece irrefrenable. Sólo un actor -Avigdor Liberman- con el recurso de sus cinco escaños en la Knesset es capaz detener -o moderar al menos- tendencias que, si se materializan, el carácter humanista del régimen israelí, la legitimidad y la tolerancia que merecen  las diásporas judías, el dinamismo y la creatividad de los israelíes que trabajan en múltiples países conocerán una quiebra radical.

No falta aquí el rasgo irónico. Desligándose de su original formación en un régimen totalitario, Liberman exige a la ortodoxia religiosa no sionista defender militarmente al país como el resto de la ciudadanía, flexibilizar las normas sobre quién y cómo es un «verdadero» judío, permitir el matrimonio civil a quienes así lo deseen.  Y también predica un brazo duro contra las acciones agresivas en Gaza, aunque sin desoir las advertencias de los altos mandos militares.

En suma: si Liberman acierta a concertar un entendimiento con Kahalón- incluyendo la necesidad de que Netanyahu aclare sus sombríos asuntos en los tribunales –  las aspiraciones de la extrema derecha ortodoxa y kahanista conocerán algún freno. Si se rinden, los horizontes del país y de las diásporas conocerán abrumadoras sombras.

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