Por Dr. Yoel Guzansky
Desde el punto de vista saudita, la visita del presidente y la convocatoria de los líderes árabes en su territorio le dan un logro político significativo que buscará aprovechar para mejorar su estatus y el estatus de su líder de facto, el príncipe heredero Mohammed bin Salman, quien está volviendo al centro del escenario.
Esto tiene un aspecto simbólico pero también práctico.
El principal mensaje que buscó transmitir el presidente Biden en la cumbre de líderes (CCG+3) fue que Estados Unidos está recuperando su rol de liderazgo e incluso su rol de mediación regional.
El mensaje fortalece la asociación árabe-estadounidense a expensas de China y Rusia, que han buscado fortalecer su control sobre la región en los últimos años.
Este mensaje estadounidense fue recibido con escepticismo por parte de los regímenes árabes que no están convencidos del cambio estratégico que Estados Unidos busca presentar.
No está claro que estén convencidos de que Washington ha interiorizado su angustia estratégica, especialmente con respecto a Irán, y que está dispuesto a invertir en ello.
Tal como lo ven, se trata de un interés estadounidense inmediato en la forma de la necesidad de moderar el precio del petróleo.
También en este contexto, la respuesta que recibió el presidente de los líderes de los países del Golfo fue parcial y vaga: aumentaremos la producción de petróleo de acuerdo con la situación de los mercados y las decisiones de la OPEP+, con las que estamos comprometidos.
En general, los estados del Golfo no tienen interés en aumentar su producción de petróleo: han aumentado drásticamente los ingresos petroleros, lo que se traduce en menores déficits y prosperidad económica en sus países.
Los saudíes buscaron impulsar y reconstruir sus relaciones con Estados Unidos, mientras aumentaban la cooperación en seguridad y aceptaban las garantías estadounidenses en el contexto iraní, como condición para su cooperación en la restricción de China y posiblemente en el aumento de la cooperación con Israel.
En cualquier caso, se aferran a una sensación de activos crecientes frente a los Estados Unidos y una percepción, aunque equivocada, de que este último los necesita más de lo que ellos lo necesitan.
Fuente: INSS The Institute for National Security Studies
Visita de Biden…
Ninguno de los dos últimos gobiernos demócratas se han interesado deveras en la seguridad de los países del MO ante las amenazas de los fanáticos terroristas ayatolás. Biden ha mostrado inseguridad hasta en su porpio suelo. Indirectamente es culpable de la guerra en Ucrania, pues Rusia se aprovechó del cierre que Biden hizo del Keystone Pipeline para atacar a Ucrania pensando que tenía como rehenes con petróleo y gas a los países de Europa. Ahora está apurando el resultado de sus malas decisiones al causarnos una intolerable inflación en EUA y en el resto del mundo. En lo único que Biden ha estado seguro es en defender al corrupto hijo suyo Hunter y al resto de su familia que se enriqueció a costa de las influencias obtenidas por Vicepresidencia que ocupaba Biden.