Moshe y Diana Rosen viven en el kibutz Nir Yitzhak, cerca de la frontera entre Israel y la Franja de Gaza, hace 50 años. Como miles de israelíes, ambos fueron heridos y capturados por un grupo de terroristas de Hamás durante los ataques del sábado. Con una diferencia: ellos se negaron a ser llevados del otro lado de la frontera.
Durante la madrugada del sábado, los Rosen se despertaron con el sonido de las alarmas, y tuvieron que correr hasta el refugio en su hogar. La pareja recibió disparos en las manos, y fueron obligados a dejar sus casas por los terroristas. Sin embargo, mientras iban siendo arrastrados hacia Gaza, en un momento, les dijeron que no iban a seguir avanzando. Milagrosamente lograron volver.
Después de ser llevados al Centro Médico Hadassah en Jerusalén, Moshe y Diana contaron su experiencia al Canal 12 de Israel. Contaron que se dieron cuenta que los terroristas estaban dentro de la casa. “Nos lastimamos en las manos cuando nos alcanzó una ráfaga de balas mientras intentábamos impedir que entraran”, relató Moshe.
“Nos dijeron que nos calláramos y nos indicaron con una mano en la garganta que si hablábamos sería nuestro fin”, explicó Diana, y agregó que, en un momento, los dejaron ir. «Dimos media vuelta y caminamos. Durante esos largos momentos temíamos que nos dispararan. No nos volteamos para ver qué estaba haciendo”, contó Moshe.
Ellos volvieron caminando a su casa, que ya no existía como tal. Ahora, Diana espera junto a su marido, que aún tiene que quedarse internado. No quieren separarse.
Felicitaciones por su valentía
Siempre hay ejemplos de valor entre las víctimas de la barbarie. Bajo el amparo de Hashem.