Un diplomático chino en medio del Holocausto y la Guerra: Ho Feng-Shan

Monumento a las víctimas del Holocausto en Viena

Seguramente, como tantos otros, Ho Feng-Shan esperaba una existencia tranquila y ajena a los vaivenes de la vida. Nunca se le hubiera pasado por la cabeza a este humilde chino, que había nacido el 10 de septiembre de 1901 en la localidad rural de Yiyang, provincia de Hunan, el destino que le esperaba, entre terrible y heroico, turbulento y brutal. Su padre murió cuando él tenía siete años y el joven Ho fue educado junto a sus tres hermanas en un asilo misionero para pobres.

Hombre aplicado, estudioso y trabajador, consiguió estudiar en la universidad, llegándose a formar en la Universidad de Yalein. Más tarde, en 1932, obtuvo el doctorado “Magna Cum Laude” en Economía Política, en la Universidad de Múnich, un honor que ganó a merced de su tesón y voluntad por salir adelante ya que era un hombre de origen humilde. Tres años más tarde, en 1935, se unió al servicio exterior de la China nacionalista.

Ho Feng-Shan. Foto: Wikipedia – Dominio Público

Debido a su excelente dominio del idioma alemán fue destinado a la capital austríaca, Viena, en 1937. Allí se desempeñó como cónsul general entre 1938 y 1940. Eran tiempos realmente difíciles, en que la Alemania nazi se acaba de anexionar a la pequeña Austria por la vía militar y en que habían comenzado las primeras persecuciones contra los judíos, los comunistas, los disidentes, los homosexuales y los gitanos, principalmente. La Austria de 1938 ya era una gran ergástula de la que era imposible escapar.

DIFICIL SITUACION EN LA AUSTRIA OCUPADA POR LOS NAZIS

Relata muy bien Yad Vashem en sus páginas el ambiente que se vivía en Viena : “Después de la anexión de Austria a la Alemania nazi en marzo de 1938, los 185.000 judíos allí fueron sometidos a un severo régimen de terror, lo que resultó en una intensa presión para abandonar el país. Para hacerlo, los nazis requerían que los judíos tuvieran visas de entrada o boletos de barco a otro país. Sin embargo, la mayoría de las naciones del mundo se negaron a ceder en sus políticas de inmigración restrictivas, una postura reafirmada en la Conferencia de Evian, en julio de 1938”.

Desde muy pronto, Ho entendió la gravedad de la situación y comenzó a emitir visas a diestro y siniestro para los judíos que querían escapar de Austria. Como señalaba el escritor Baruj Tenembaum, “A diferencia de otros diplomáticos, Ho emitía visas a Shanghai a todos los que se acercaban tratando de escapar del nuevo régimen terrorista, a pesar de la prohibición expresa del embajador chino en Berlín, Chen Jia, quien planeaba estrechar el vínculo entre su país y Alemania. Ho le respondió que el Ministerio del Exterior había ordenado mantener una política liberal”.

Aunque las Visas no eran indispensables para entrar a Shanghai (entonces bajo la ocupación japonesa), estos documentos eran fundamentales para los judíos que deseaban huir de los nazis. Muchos, de los ayudados por Ho, viajaban a Shanghái en barco desde Italia o por avión desde la Unión Soviética. Otros utilizaban sus visas para escapar a los más diversos destinos, como Palestina, las Filipinas, Inglaterra, los Estados Unidos e incluso Cuba. Las visas solamente servían para salir de ese gran infierno en que se había convertido la Austria ocupada por los nazis, pero, obviamente, salvaban las vidas de sus agraciados portadores. 

Así nos relata Yad Vashem uno de los casos de un judío que pudo huir de Viena: Eric Goldstaub, quien había emigrado a Canadá, relató cómo, en julio de 1938, recibió visas chinas para toda su familia después de pasar “días, semanas y meses visitando un consulado o embajada extranjera tras otra tratando de obtener visas para él mismo, sus padres y sus parientes cercanos, que suman unas 20 personas”.

Hay que reseñar que Ho, además, actuó contra los órdenes de su superior Chen Jie, el embajador chino a Berlín, quien incluso le espiaba y le mandaba emisarios para comprobar que cumplía fielmente su labor. Pese a todo en su contra, Ho empezó a emitir visados, por razones humanitarias, con destino a Shanghái, que en ese tiempo estaba todavía parcialmente bajo el control de la República de China. Mil doscientos visados fueron emitidos por Ho solamente en los primeros tres meses de ocupar la oficina de Cónsul-General. El número exacto de los visados dados por Ho a los refugiados judíos es desconocido. Es sabido que Ho emitió el 200º visado en junio de 1938, y firmó el 1906º visado el 27 de octubre de 1938. Cuántos judíos salvó por medio de sus acciones se desconoce, pero dado que Ho emitió casi 2,000 visados sólo durante su primer año y medio en su puesto, el número puede ser evaluado en varios miles. Hay constancia también de que, en diciembre de 1938, 7.000 judíos austriacos cruzaron la frontera hacia Italia y Suiza. Muchos de ellos portaban visas chinas.

NINGUN RECONOCIMIENTO EN VIDA

Pese a este actuar humanitario de Ho, su gobierno nunca le reconoció sus actos ni le premió por los mismos, sino todo lo contrario: le abrió un expediente disciplinario y nunca le reconoció su labor durante estos tiempos en que la vida de un judío apenas valía nada. Luego, durante la Segunda Guerra Mundial, Ho se empeñó en la defensa de China, invadida por los japoneses entonces, y le tocó vivir a él mismo en primera persona los perversos efectos de la guerra.

Después de la victoria comunista en China, en 1949, Ho siguió trabajando con el gobierno Nacionalista en Taiwán. Luego sirvió como embajador de la República de China (Taiwán) en otros países, incluyendo a Egipto, México, Bolivia, y Colombia. Después de su jubilación, en 1973, Ho se asentó en San Francisco, California, donde escribió sus memorias, Mis cuarenta años como diplomático, publicado en 1990 y nunca traducido al español. Su hijo Monto Ho hizo la traducción al inglés abreviada en 2010 pero tampoco fue óbice para que su labor humanitaria fuera reconocida por alguna institución.

Ho Feng-Shan murió el 28 de septiembre de 1997 en San Francisco, California, a la edad de 96 años sin haber sido reconocido de alguna forma por haber salvado a miles judíos. Según la periodista Wayne Chang, de la CNN, “Ho era un hombre sencillo que creció pobre y sin padre en China y se volvió diplomático. Como Ho casi nunca hablaba de lo ocurrido en Viena, el público supo poco de su participación mientras vivió. Su historia salió a la luz por accidente, cuando su hija, que en ese entonces era reportera, escribió su obituario, en el que incluyó una historia en la que se enfrentó a la Gestapo para salvar a sus amigos judíos; esa fue la única historia de la guerra que él le contó”. 

Muy tardíamente, en el año 2000, Israel le concedió el título póstumo de Justo entre las Naciones, uno de sus honores civiles más prestigiosos que Ho nunca pudo gozar en vida. Él es uno de los dos chinos a los que se confirió ese galardón. El otro es Pan Yun-shun, quien lo recibió en 1995 por haber albergado a una niña judía durante la ocupación de parte de su país por la Unión Soviética. Por parte de Taiwán, el reconocimiento fue aún más tardío: el 10 de septiembre de 2015, el presidente del país, Ma Ying-jeou, en Taipéi, felicitó de manera póstuma al Dr. Ho por su servicio y presentó a su hija un certificado de agradecimiento junto a representantes del gobierno israelí.

Termino con unas palabras del propio Ho de su libro de memorias, en las que explica que es lo que le llevó a a ayudar a los judíos: “Al ver que los judíos estaban tan condenados, lo natural fue sentir una compasión profunda y, desde un punto de vista humanitario, sentir el impulso de ayudarles”. Así fue. 

Fuentes citadas y consultadas:
Expansión:
https://expansion.mx/mundo/2015/07/22/ho-feng-shan-el-schindler-chino-que-salvo-a-miles-de-judios
Yad Vashem:
https://www.yadvashem.org/righteous/stories/ho.html
CNN:
https://edition.cnn.com/2015/07/19/asia/china-jews-schindler-ho-feng-shan/index.html
The International Raoul Wallenberg Foundation:
https://www.raoulwallenberg.net/es/salvadores/diplomat/feng-shan-ho-salvador-chino/
Wikipedia:
https://es.wikipedia.org/wiki/Ho_Feng-Shan

Fotos de los monumentos del autor de la nota

por Ricardo Angoso

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3 thoughts on “Un diplomático chino en medio del Holocausto y la Guerra: Ho Feng-Shan”
  1. un heroe para tantas personas que salvo y sus descendientes y sobretodo una buena persona….Honra a Israel el reconoimiento que le hizo por su valentia y su bondad aunque ese reconocimiento se hiciese un poco tarde

  2. Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
    23 
    Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
    24 
    Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.
    25 
    Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca.
    26 
    Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová.
    27 
    Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud.
    28 
    Que se siente solo y calle, porque es Dios quien se lo impuso;
    29 
    Ponga su boca en el polvo, por si aún hay esperanza;
    30 
    Dé la mejilla al que le hiere, y sea colmado de afrentas.
    31 
    Porque el Señor no desecha para siempre;
    32 
    Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias;
    33 
    Porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres.

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