Tragedia palestina: Israel no tiene con quien dialogar

Plaza Lubyanka en Moscú. (Plaza Dzerzhinsky de 1926 a 1990). En el centro -- el monumento a Felix Dzerzhinsky (escultor Vuchetich). Al fondo, el edificio del Comité de Seguridad del Estado de la URSS. Foto: Wikipedia - CC BY-SA 3.0

Beatriz W. de Rittigstein

Son muchas las muestras públicas de su odio contra el judaísmo y contra el Estado de Israel.

Ese sentimiento antijudío de Abbás es de larga data. En 1982, siendo encargado de las relaciones exteriores de la OLP, recibió un doctorado del Instituto de Orientalismo de Moscú; en aquella ocasión, su disertación no sólo negó el Holocausto, sino que también fantaseó sobre un inexistente nexo entre nazismo y sionismo, lo que supuestamente repercutió en la masacre de millones de judíos. Además, adaptó los prejuicios antisemitas gestados durante el oscurantismo medieval y las teorías conspirativas zaristas con el fin de demonizar al pueblo judío. Abbás utilizó materiales propagandísticos nazis para desarrollar excéntricas fábulas. En 1984, su tesis doctoral se imprimió en Jordania. Esas quimeras son una proyección de su realidad histórica, pues está comprobado que vastos sectores árabes colaboraron con el eje; fue obvia la relación del Mufti de Jerusalén, Haj Amin al-Husseini con jerarcas nazis.

Por otro lado, hay serios indicios que señalan a Abbás como agente de la KGB, organismo que proveyó y falsificó materiales para la tesis doctoral de Abbás e incluso, se sospecha que también la redactó; la propia OLP fue creación de la KGB. Precisamente, la KGB supervisaba al Comité Antisionista del Público Soviético, que se conoció por su acrónimo ruso AKSO, que promovió los mismos falaces argumentos que le suministró a Abbás para otorgarle un doctorado. Resulta claro que las narrativas antisemitas del siglo XX fueron urdidas por el imperio soviético y persisten en el presente.

La semana pasada, Abbás protagonizó un escándalo en Berlín, durante una rueda de prensa junto al canciller Olaf Scholz. Abbás culpó a Israel de cometer “50 Holocaustos” contra los palestinos, lo cual no sólo es una brutal banalización de la Shoá, pues comparar seis millones de judíos masacrados, incluyendo un millón y medio de niños, con las complejidades de los palestinos que ya han rechazado varias ofertas de independencia es una enorme mentira al estilo del que podría ser su mentor, Joseph Goebbels, ya que, para colmo, lo dijo en el propio suelo alemán. Cabe destacar que, esa fue la respuesta que Abbás encontró a la pregunta de un periodista sobre si pediría disculpas o mostraría arrepentimiento por el ataque terrorista perpetrado por un comando vinculado a Fatah en los Juegos Olímpicos de Múnich, en septiembre de 1972.

Al respecto, Muhammad Odeh, alias Abu Daud, uno de los fundadores del movimiento Septiembre Negro, reveló en su libro que Mahmoud Abbás estuvo entre los que financiaron la masacre de los atletas israelíes en Munich; de hecho, Abbás era el encargado de las finanzas de la OLP, allegada a Fatah.

Por todos estos abusos, trampas y farsas, resulta evidente que los esfuerzos para alcanzar una vecindad armoniosa entre Israel y los palestinos no han sido exitosos. La dirigencia palestina, ya sea de Fatah, Hamás, Jihad Islámica, FPLP (todos estos grupos con demostradas actividades terroristas), no ha sido capaz y muy probable, no ha querido, llegar a un acuerdo de paz a largo plazo. Lo que permanentemente exhibió Arafat en su momento y luego Abbás, es que Israel no tiene una contraparte honesta con quien negociar.

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2 thoughts on “Tragedia palestina: Israel no tiene con quien dialogar”
  1. Como se llama al q asesina niños jóvenes torturan a los palestinos sin ninguna justificación eso lo aprendieron de sus verdugos fascistas criminales q golpearon al pueblo judío el pueblo palestino sufre cada día un holocausto de parte de los sionistas criminales saludos desde Perú

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