Siria: dos escenarios

29 enero, 2017
Sukhoi Su-30 en Latakia Siria Foto: Mil.ru CC BY 4.0

Jonathan Spyer

Los últimos informes de Siria indican que ya está en problemas el alto el fuego negociado por Rusia y Turquía en Siria. Los combates han continuado en el área de Wadi Barada, al noroeste de Damasco, mientras las fuerzas del régimen y Hezbollah expulsan a los rebeldes de esta área. También se han producido enfrentamientos en las zonas del sur de Alepo y Deraa.

Más fundamentalmente, sin embargo, la dirección de los acontecimientos en Siria plantea una serie de interrogantes sobre la actual diplomacia de la guerra siria que tienen implicaciones potenciales mucho más allá de Siria en sí. Éstas se refieren principalmente a las intenciones de Rusia en el conflicto sirio, y también a la postura que el nuevo Gobierno de EE.UU. tomará después del 20 de enero.

Con respecto a Rusia, la pregunta es ¿qué busca Putin en Siria?, es decir ¿cómo ven los rusos el final?

Una nube de desinformación y contradicción rodea este punto.

Hay de hecho dos posibilidades: la primera es que preservando la existencia del régimen de Assad, salvaguardando los recursos navales de Rusia en Tartus y Latakia, y mostrando la letal eficacia del poder aéreo ruso, Putin se ve ahora a sí mismo como tras haber probado su punto de vista.

En este escenario, el reciente alto el fuego pretende ser el preludio de un acuerdo que dejará en gran parte el actual equilibrio de fuerzas en Siria en el terreno. Tras negociar algo de “limpieza” de los bolsones de los rebeldes cerca de Damasco y en el noroeste, cualquier acuerdo que siga al alto el fuego daría paso a un acuerdo federal para una Siria esencialmente dividida, dejando a alauitas, árabes sunitas y kurdos con sus propias entidades de facto.

El comportamiento de Putin en Ucrania y en otros países de Europa del Este indica que no tiene ningún problema con los conflictos en curso y semi congelados, en los cuales el cliente ruso sigue vivo y sobre el tablero. De hecho, parece comprender bien el valor de tales situaciones como instrumentos de presión sobre el desventurado Occidente, convirtiéndose a sí mismo en parte indispensable de cualquier discusión. Las declaraciones rusas sobre una inminente reducción de fuerzas en Siria y las sugerencias del viceministro de Relaciones Exteriores, Sergei Ryabkov, el pasado mes de febrero, de que Moscú podría favorecer una solución federal en Siria, son evidencias a favor de este escenario.

En el contexto sirio, tal resultado estaría totalmente en contra de los deseos de los otros miembros de la alianza pro-rusa. El deseo decidido del régimen de Assad, expresado tanto por el propio dictador como por varios de sus portavoces en los medios occidentales, es volver a unir a Siria bajo su propio régimen exclusivo.

Irán obviamente también quiere que todos los opositores al régimen sean destruidos; aunque Teherán se diferencia de Assad porque prefiere un régimen débil en el que el interés iraní controlado independientemente pueda seguir operando según su deseo.

Pero estas fuerzas son demasiado débiles para alcanzar el objetivo de una victoria total sin la participación del poder aéreo y las fuerzas especiales rusas. Así que los rusos tienen efectivamente un veto sobre cualquier esfuerzo de ese tipo. Esta es la razón por la que la decisión rusa es crucial.

Misiles antiaéreos S-400 en la base Hmeymim en Siria Foto: Mil.ru CC BY 4.0
Misiles antiaéreos S-400 en la base Hmeymim en Siria Foto: Mil.ru CC BY 4.0

La segunda posibilidad es que los rusos hayan adoptado el objetivo de la victoria completa del régimen. Si este es el caso, la diplomacia actual es simplemente un charloteo debajo del cual el esfuerzo de la conquista militar continuará, etapa por etapa.

Una manera en que esto podría ocurrir sería continuar los esfuerzos en curso por parte del régimen contra los restos de la rebelión en las provincias de Idleb y Deraa. Al mismo tiempo, se permitiría que la Fuerza Democrática Siria (FDS) apoyado por Estados Unidos continúe triturando al Estado Islámico en el este del país. Una vez que estos procesos estén completos (es decir, la rebelión y el Estado Islámico destruidos o empujados hacia los márgenes); Moscú presentaría a Estados Unidos y a Occidente el hecho consumado de la rebelión derrotada, y sugeriría que con la guerra contra el Estado Islámico ahora completada, el poder aéreo de la coalición podría ser retirado.

Una vez que esto haya ocurrido, a la FDS, una alianza dominada por las milicias kurdos, se les presentaría la opción de cooperar con el régimen y sus aliados o ser destruidos por ellos.

Vitaly Naumkin, un experto ruso en Siria que considerado cercano al gobierno, insinuó una preferencia rusa por la reunificación de Siria bajo Assad en un comunicado esta semana. Naumkin dijo al pro-Putin Sputniknews que “Moscú ha hecho algunas concesiones a Ankara reaccionando muy suavemente al establecimiento de facto de una zona de amortiguación en el norte de Siria. No hubo reacción dura de Rusia; pero esto no significa que Moscú… acepte que alguna parte de Siria sea ocupada por un estado extranjero durante mucho tiempo, sin importar de qué estado se trate».

En el caso de que el primer escenario refleje con exactitud la realidad, estamos en el campo de la negociación que el presidente de Estados Unidos, evidentemente, favorece, y existe la posibilidad de que la guerra siria disminuya o al menos decline bruscamente en intensidad e importancia.

Sin embargo si resulta que el segundo escenario refleja más eficazmente el pensamiento y las intenciones rusas; hay problemas por delante. Una victoria completa para el lado Assad-iraní en la guerra siria, bajo la tutela rusa, daría verdaderamente nacimiento a un nuevo orden estratégico en la región. Dejaría a los iraníes en control de una gran franja de territorio contiguo desde la frontera entre Irak e Irán hasta el Mediterráneo, todo ello posible gracias al patrocinio ruso, y frente a un EE.UU. bamboleante, condescendiente y en retirada.

En este escenario, no puede haber dos ganadores, y no habría acuerdos por hacer. La nueva Administración de Estados Unidos tendría la opción de acomodarse a la estrategia ruso-iraní, a costa de la humillación de EE.UU. y de su creciente irrelevancia, o resistirla duramente. Sea como sea, las implicaciones serían graves. O bien el nacimiento de un nuevo orden dominado por el Irán en el Levante septentrional, o la posibilidad de un enfrentamiento entre las principales potencias mundiales.

En cuanto a la opción que el presidente Trump elegiría en tal situación, es imposible de saber. El nuevo presidente combina un enfoque conciliatorio con Rusia, con un fuerte deseo de frenar la influencia iraní, y una vena aislacionista con un conocimiento callejero aparentemente fuerte e instintivo que lanzado a rodar y luego justificado hábilmente no es la forma de cómo una superpotencia debería comportarse. ¿Quién sabe qué elemento ganaría en un momento dado?

Bien puede ser que Putin favorezca el primer escenario. Él está interesado en la proyección del poder y la construcción de influencias, pero de ninguna manera en el triunfo del Islam político chií. Por otro lado, se ha acostumbrado a la ausencia de graves consecuencias por sus actos. Este es un proceso que se ha aprendido y que necesitará desaprender si Estados Unidos desea regresar como una fuerza de consecuencia en los asuntos del Oriente Medio. ¿Demostrará Siria ser el escenario en el que se desarrolle esto? Los meses venideros lo dirán.

Fuente: Jpost.com

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7 thoughts on “Siria: dos escenarios”
  1. voto por el primer escenario,el segundo seria muy malo para israel…mejor que bibi se lo explique con detalle a trump..con permiso de la policia anticorrupcion por supuesto.

  2. los rusos nunca se quedan a medias estan ganando tiempo para apuntalar a assad y derrotar la rebelion en su totalidad . este escenario es peligroso porque abre un frente que parecia definitivamente derrotado . el mejor escenario es que el combate continue la rebelion resista en sus baluartes y siria se fraccione , pero sin armas la rebelion esta liquidada , obama es el culpable

  3. La máquina de la aniquilación iraní se esta acelerando no hay duda alguna que ese régimen criminal ya le ha puesto fecha a la sentencia de muerte a Israel, trabajan día y noche para llegar con todo al día de la ejecución de la sentencia, Israel tendrá que actuar antes como lo hizo en la guerra de los Seis días, o mejor ni pensarlo.

  4. Al margen del único punto en común de la necesidad de acabar con el Estado Islámico, cualquier escenario no parece que sea positivo ni definitivo, el primero es el que más favorece a Israel pero sería un desgaste absurdo para la comunidad internacional y para Rusia, lo positivo para Rusia es su proyección como superpotencia, no hay más que mirar comentarios en internet de usuarios de todo tipos de países apoyando a Rusia y alabando su supuesta supremacía militar, tanto de extrema derecha como de extrema izquierda, puede que incluso inconscientemente de los que añoran la época de la Guerra Fría como solución al estatus quo actual, con la fallida globalización y la crisis. En cuanto al segundo escenario supone un arreglo entre las partes para que Rusia no sufra daños importantes, dejar indefensos a rebeldes, la cuestión kurda también es muy complicada, y probablemente todo esto a costa de muchos abusos contra la población civil. De no menos importancia sería el control que ganarían Irán y Rusia en la región y Siria continuando su beligerancia con Israel, más los miles de potenciales terroristas con experiencia que quedarían ociosos.

    1. Perdón, el primer escenario que menciono sería continuar la guerra civil siria como hasta ahora, el artículo habla de un acuerdo de paz con Siria dividida en estados federales, pero veo complicado que perdure en el tiempo porque no existe la cultura de una democracia occidental.

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