Samuel Bak, de niño del Holocausto a pintor genial

17 diciembre, 2023 ,

Siempre inspirada en una suerte de desarraigo vital que le marcó durante toda su existencia. 

por Ricardo Angoso

Samuel Bak nació en Vilna, Lituania, el 12 de agosto de 1933, y muy pronto, a la temprana edad de los seis años, comenzaría a vivir los tiempos terribles en los que se vería envuelta casi toda Europa. Su país, además, cambió varias veces de manos y los lituanos fueron siempre maltratados por todos sus ocupantes, tanto alemanes como soviéticos.

Lituania fue un país independiente desde el final de la Primera Guerra Mundial hasta 1940 y después cambiaría de manos en varias ocasiones, tal como nos cuenta la Enciclopedia del Holocausto del United States Holocaust Memorial Museum: “El 16 de enero de 1939, Lituania y Alemania firmaron un pacto de no agresión. No obstante, en marzo de ese año Alemania anexó el territorio lituano de Memel-Klaipeda, una región con mayoría étnica alemana. La Unión Soviética ocupó Lituania en junio de 1940 y anexó el país en agosto del mismo año. En 1941, la población judía de Lituania creció por una afluencia de refugiados de la Polonia bajo ocupación alemana, y llegó a 250.000 habitantes, o el 10 por ciento de la población total”.

Entre junio y julio de 1941, los alemanes ocuparon Lituania después de que Alemania invadiera la Unión Soviética. Durante la ocupación alemana, se incluyó a Lituania en el Comisariato del Reich para el Ostland (Reichskommissariat Ostland), una administración civil alemana que abarcaba a los estados bálticos y Bielorrusia occidental. Comenzaban las primeras medidas antisemitas en Lituania al igual que había ocurrido en otras partes de Europa ocupadas por los alemanes

Bak, con tan sólo ocho años de edad, fue obligado a llevar el distintivo amarillo que le identificaba como judío y también obligado, junto con toda su familia, a trasladarse al gueto de la capital lituana, Vilna, abierto por los nazis. Con solo nueve años, realizó en dicho gueto su primera exposición; durante esos días fue testigo de incontables ejecuciones por parte de los alemanes y sus simpatizantes lituanos, a veces mucho más crueles con los judíos que los propios alemanes.

Bak era un niño del Holocausto perdido en un rincón de una historia cruel que se abate sobre un destino injusto, insondable e incierto. En muchas de sus pinturas, de un gran colorismo y fuerza, podemos ver a un niño solitario, en él quiere plasmar a su mejor amigo de la infancia Epstein Samek, asesinado durante el terror nazi e inocente víctima, como él mismo, de la Shoá.

En 1943, su padre fue enviado a un campo de trabajos forzados controlado por el ejército alemán. Más tarde, Samuel y su madre fueron enviados al mismo campo, en la liquidación del gueto de Vilna, el 24 de septiembre de 1944. Así nos cuenta Yad Vashem las peripecias y avatares de Bak y su madre durante la guerra: “En 1943 fue enviado junto con su familia a un campo de trabajo, pero el padre consiguió sacarlos de allí antes de ser asesinado. Bak y su madre regresaron a un monasterio benedictino, donde permanecieron escondidos hasta el fin de la guerra. Después de muchas peripecias llegaron al campo de personas desplazadas de Landsberg, en Alemania. A pesar de las dificultades su madre se preocupó porque siguiese su educación artística durante todo ese periodo”.

Tras la guerra, él y su madre fueron los únicos miembros de su enorme familia que lograron sobrevivir. Su padre había sido fusilado por los alemanes en julio de 1944. Pocos días antes de su liberación, el propio Samuel describía así la situación: “En 1944 los soviéticos nos liberaron, éramos dos de los 200 sobrevivientes de Vilna, lo que quedaba de una comunidad que había contado 70 u 80 mil”. Las tropas soviéticas volvieron a ocupar Lituania en el verano de 1944, ya con una Alemania casi totalmente derrotada. En los tres años anteriores, los alemanes habían asesinado a alrededor del 90 por ciento de los judíos de Lituania, una de las tasas más altas de víctimas en Europa. Muchos de los sobrevivientes del Holocausto después serían deportados por los soviéticos hacia Siberia, en una historia en la que se revela una fatalidad sin fin, casi eterna para estos desdichados judíos. 

UNA VIDA INTENSA, VIAJERA Y DEDICADA AL ARTE

De 1945 a 1948, él y su madre vivieron con las personas desplazadas de los campos de Alemania, pasando la mayor parte de este período en el campamento Landsberg y fue allí donde pintó su famoso autorretrato. El joven Bak, residiendo con su madre en un campo de desplazados, expresa empatía con el destino de niños huérfanos abandonados en un mundo alienado. En una de sus obras, donde se ven dos niños, la posición del muchacho y la niña en el centro, con sus huellas en la nieve por detrás y ante ellos las montañas distantes, aluden al largo camino recorrido y a las numerosas dificultades que todavía les espera. A partir de ese momento de cierta tranquilidad y libertad creativa tras la guerra, Bak comenzó a desarrollar su carrera como un verdadero artista.

En 1948, a él y a su madre se les permitió emigrar a Israel, y cuatro años más tarde ingresó en la Academia Bezalel de Arte y Diseño, de Jerusalén. Entre 1948 y 1956 vivió en Israel y este último año viajó hasta París, donde acabó matriculándose en la Escuela Nacional de Bellas Artes. En 1959 recibió el Primer Premio de la “Fundación Cultural América-Israel” y comenzó a pintar de una forma más intensa. Después pasaría por Roma, en 1964, y expondría en la famosa Bienal de esa ciudad. 

La vida de Bak sería densa en experiencias e intensamente viajera. En 1966 volvió a Israel, donde residió hasta 1974. De 1974 a 1977 vivió y trabajó en Nueva York. De 1977 a 1980, en Israel; de 1980 a 1984, en París y de 1984 a 1993, en Lausana, Suiza. En la actualidad, a sus 90 años, continúa trabajando en la “expresión artística de la destrucción y la deshumanización que constituyen recuerdos de su infancia”, hablando en ella de las atrocidades del Holocausto, aunque rechaza limitar su arte como el género “post-Holocausto”.

Una importante muestra de su obra se exhibe en la permanente de la Galería de Frunza en Boston, Massachusetts, y numerosas exposiciones de sus obras se llevan a cabo en los principales museos y galerías internacionales. Otra buena muestra de sus pinturas la encontramos en el denominado Museo Samuel Bak en el interior del complejo Museo Judío de Historia Vilna Gaón, donde se encuentran algunas de sus obras más famosas y conocidas, como las que adjuntamos en esta nota.

Fuentes consultadas y citadas:
Samuel Bak Museum: https://www.jmuseum.lt/en/samuel-bak-museum-2/

Museo Yad Vashem:
https://www.yadvashem.org/yv/es/exhibitions/art-liberation/bak.asp

Enciclopedia del Holocausto del United States Holocaust Memorial Museum:
https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/lithuania

Blog de Concha Rodríguez de la Torre:
www.trianarts.com/samuel-bak-expresion-y-surrealismo-tras-el-holocausto/#sthash.odaS3XiZ.u4rO5fUC.dpbs

Fotos del autor de la nota: Cuadros de Bak en el Museo Samuel Bak de Vilna

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