por Mauricio Aliskevicius
A veces es una película, ya que muchas de ellas están basadas en importantes novelas, o guiones cuyos diálogos fueron hechos por escritores famosos.
A raíz de la -al parecer- interminable guerra de Rusia contra Ucrania, nos vino a la memoria la película On The Beach, que en español la titularon La Hora Final, del año 1959, dirigida por el gran Stanley Kramer, con actores de nivel como Gregory Peck, Fred Astaire, Ava Garner y Anthony Perkins, y un guion de John Paxton basado en una novela de Nevil Shute.
Trata la historia de un grupo de seres humanos que por casualidad quedaron vivos después de una guerra atómica mundial, y creemos oportuno transcribir un trozo del diálogo entre marineros de un submarino, que saben que a la larga todos morirán por la radiación dejada por el bombardeo atómico.
- Alguien debería escribir una historia de la guerra.
- ¿Qué pretendes, un capítulo para ti solo?
- Dudo que alguien pudiera contarlo todo.
- Pues si lo hacen, me gustaría leerla.
Porque yo he estado en esto y no se absolutamente nada. - Yo ni siquiera sé quién la empezó, si alguien la hubiera parado.
- La gente de Marte habrá visto lo que ha pasado.
Cuando todo se enfríe, probablemente bajen a adueñarse de la tierra. - ¿Qué dice, profesor?
- ¿Usted que cree?
- Tal vez tengan medios para venir a ver nuestros cadáveres, pero yo les aconsejaría que tardaran mucho tiempo.
- ¿Quién empezó la guerra, según usted?
- Albert Einstein.
- Está bromeando.
¿De veras quiere saber quién creo yo que la empezó? - Sí.
- ¿Por qué? Usted es un intelectual, ¿no es verdad?
- Quién hubiera pensado que los seres humanos serían tan estúpidos…
Como para borrarse ellos mismos de la faz de la tierra - Yo no lo creo ni ahora. No queríamos la guerra. Y no la empezamos.
- ¿Entonces quien la empezó?
- Lo que pasa es que quieren una respuesta simple, y no la hay.
- La guerra empezó cuando la gente aceptó el principio estúpido… de que la paz se mantendría…
montando la defensa a base de unas armas que no podrían emplearse… sin cometer un suicidio.
Todo el mundo tenía una bomba atómica. Una contra bomba, y una contra contra-bomba. Los inventos nos dominaron perdimos su control. - Yo lo sé. Intervine en ellos.
- Dios me ayude.
- En algún sitio un pobre hombre…
Probablemente vigilando una pantalla de radar se figuró que veía algo. Sabía que si dudaba una milésima de segundo su país sería borrado del mapa, así que …
apretó un botón… - y.. y…
– El mundo entonces… enloqueció… - y … y …
¿Los seres humanos aprendimos algo?
Los Psicopatas desde ha ce milenios existen. Se consideran el ombligo del mundo. Quien los contradiga en una coma es su enemigo al que hay que eliminar. Y cuando en esa ecuacion entra el fanatismo ultra religioso a cortar cabezas. Es un milagro que Israel haya podido sobrevivir rodeado casi siempre de enemigos poderosos.
Genial y muy sabio ese dialogo. Y espantoso por su vigencia en nuestros dias. ?Permitira Jehova Todopoderoso que ese loco genocida ruso apriete ese boton? Segun las Sagradas escrituras NO.