Armas confiscadas a Hamás Foto: Fuerzas de Defensa de Israel
Por el Dr. Yehoshua Kalisky
Hamás es una organización terrorista paramilitar que cuenta con un arsenal grande y avanzado de armas provenientes de diversas fuentes.
Hamás ingresa de contrabando armas improvisadas desde Irán a través de la península del Sinaí o del Mar Mediterráneo a la Franja de Gaza, y también produce municiones en sus propios laboratorios y talleres locales bajo la dirección iraní.
Al comienzo de la guerra, Hamás estaba organizado como una fuerza de combate tanto en el mar como en tierra, en batallones y divisiones de alrededor de 20.000 a 25.000 combatientes, algunos de ellos entrenados (incluso en Irán), bien equipados e integrados en una red de combate, y túneles de mando y control a distintas profundidades y de aproximadamente 500 a 700 km de longitud.
Esta fuerza estaba equipada con decenas de miles de armas ligeras, como fusiles de asalto Kalashnikov, rifles de francotirador, ametralladoras y grandes cantidades de granadas, artefactos explosivos improvisados y artefactos explosivos.
Una fuente para producir esos artefactos explosivos son las municiones de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) que no logran detonar, como reveló recientemente un artículo de investigación en el New York Times.
Se sabe que algunas de las municiones de las FDI son viejas o caducadas, con una tasa de falla de alrededor del 15%.
Estas fuentes también incluyen grandes cantidades de bombas «tontas» que están esparcidas por las zonas bombardeadas de Gaza.
Por ejemplo, una bomba de 750 libras (unos 340 kg) que no haya explotado puede armar una cantidad considerable de cohetes.
Según el artículo, la mayoría de los artefactos explosivos de Hamás en la guerra denominada «Espadas de Hierro» fueron creados a partir de municiones de las FDI que no lograron detonar, como en el incidente en el que Hamás detonó un artefacto explosivo, asesinando a diez soldados de las FDI en diciembre.
El 7 de octubre, los batallones de Hamás fueron equipados con armas antitanques en gran escala.
Estas armas incluían una variedad de lanzacohetes RPG y diferentes tipos de mortíferos misiles Kornet, que representan una amenaza para los tanques y otros vehículos blindados, así como para los edificios donde están desplegadas las fuerzas de las FDI.
En términos de amenazas aéreas, se estima que al comienzo de la guerra, Hamás tenía entre 18.000 y 30.000 cohetes y misiles poco precisos.
La mayoría de ellos son de corto alcance (hasta 10 km), de mediano alcance (hasta 40 km) y algunos son de largo alcance (entre 160 y 250 km).
Hamás tiene también un número desconocido de vehículos aéreos no tripulados y drones para fotografía, ataque o aeronaves suicidas.
Tras cuatro meses de combate, Hamás había perdido entre 9.000 y 10.000 combatientes y otros 10.000 resultaron heridos y abandonaron el círculo de combate.
De hecho, alrededor del 75% de los cuadros de regimiento han sido eliminados; campos y cuarteles generales, talleres y plantas de producción militar por encima y debajo de la tierra han sido destruidos y la cadena de mando aniquilada en gran medida.
Actualmente, los combates de Hamás se llevan a cabo de forma esporádica, como fricciones, y no están organizados.
Los disparos de cohetes y misiles también han disminuido significativamente y son aleatorios y de alcance muy limitado respecto al comienzo de los combates, debido a la destrucción sistemática de misiles, cohetes y la infraestructura de producción, así como al estrecho control del terreno que impide la libertad de movimiento de los escuadrones de lanzamiento.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies