Nabucodonosor II - retrato de William Blake - Foto: Wikipedia - Dominio Público

Una fuente de consuelo

 Está imbuido por la sobria y escueta redacción de sus Escrituras en las que no hay palabras que sobren ni adjetivos que no sean imprescindibles.

No hay muchas naciones en la historia que recuerden y conmemoren los días de sus derrotas. Sus descalabros se borran del registro nacional o se reescriben adjudicándolas a la culpa de otros. Rara vez vemos un reconocimiento nacional de la culpa o el error y una aceptación de las verdaderas causas y consecuencias de la derrota y los delitos nacionales.

Entonces, cuando este Shabat da comienzo el mes de Av, «se restringe la alegría» (Mishná, Tratado de Taanit («Ayunos»), 4:1) porque lleva de la mano las muchas tragedias que le han sucedido al pueblo judío este mes, como  la caída de Jerusalén y la destrucción del primer Templo por Nabucodonosor, el 9 de Av de 586 a.e.c., y el posterior exilio de Babilonia: «Incendiaron la Casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén: pegaron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. Y a los que escaparon de la espada, los llevó cautivos a Babilonia» (II Divrey Hayamim 36:19-20) y el duelo por la destrucción del segundo Templo a manos de los romanos al mando de Tito, el día 9 de Av del año 70. A partir de entonces es día de duelo nacional por muchas otras calamidades acaecidas al pueblo judío a lo largo de la historia, como la expulsión de los judíos de España, en 1492.

«Av» en sí, como todos los demás nombres de meses en el calendario hebreo», se impuso» al pueblo judío a su regreso a la Tierra de Israel de su exilio en Babilonia. Una posible explicación de ese nombre es la siguiente: “Menajem”, en hebreo significa el Confortador; «Av» significa «padre». El nombre «Menajem Av», «El padre que consuela», podría referirse al Creador –Avinu- Padre, quien es el único que tiene la capacidad de consolar al pueblo judío por todas las tragedias que sufrió en este mes.

Otra interpretación significativa del nombre «Menajem Av» es que la palabra «Av» se escribe «Alef, Bet». El profeta Yirmiahu, testigo presencial de la destrucción del Templo, de Yerushalayim y de su población, describe con lágrimas los acontecimientos en Meguilá Eijá, el Libro de las Lamentaciones y construye la estructura de la Meguilá siguiendo el «Alef-Bet». No solo los versículos siguen el alfabeto, sino también que la estructura de los capítulos en sí, se basa en el «Alef-Bet». Esto es así en el sentido de que en los dos primeros de los cinco capítulos, así como en los dos últimos, el primer verso comienza con un «Alef», el segundo con «Bet», el tercero con «Guimel», y así sucesivamente. Y el capítulo del medio está construido sobre la estructura de un triple «Alef-Bet»; es decir, «Alef, Alef, Alef», «Bet, Bet, Bet», «Guimel, Guimel, Guimel», etc. Es como si el Lenguaje Sagrado viniera a consolarlos por la pérdida del Templo sagrado y por las otras innumerables tragedias y masacres sufridas por el Pueblo Judío durante este mes.

Otra interpretación significativa del nombre, «Menajem Av», es que es una descripción de la historia judía que en los tiempos más oscuros, cuando parece que no hay esperanza para el futuro, se encuentra un rayo de luz. Es por eso que el séptimo día después de «Shabat Jazón», «El Shabat de la Visión», en el que la Haftará (la Lectura del Shabat de los Profetas) comienza con «La visión de Yeshayahu ben Amotz», que contiene la advertencia del profeta de la destrucción inminente, es seguida inmediatamente – con Tishá Be Av en el medio – por «Shabat Najamú», el Shabat en el que la Haftará comienza «Najamú, Najamú, Ami», «Consuélate, consuélate, pueblo mío» que contiene la descripción de Yeshayahu de la redención final de Israel.

Ante ello nos preguntamos por qué la palabra «Menajem» en este contexto, está redactada en tiempo presente y no en tiempo futuro, lo que implica que el advenimiento de este mes tan triste del calendario judío, de alguna manera también contiene dentro de sí las semillas de la restauración.

El nombre «Menajem» coincide con la idea rabínica de que el día de Tishá Beav, el noveno día del quinto mes, el día más triste del calendario judío, será en el futuro un día festivo.

Sumadas a las tragedias de ese día en particular, hay muchas otras desdichas del pueblo judío a lo largo de nuestra larga historia. Sin embargo, el sentimiento de optimismo y la esperanza de un futuro mejor impregnan el día.

¡No hay duda que el pueblo judío es un pueblo extraño!

El mes de Av conmemora los errores, resbalones en el juicio y políticas equivocadas que cometió el pueblo judío y, hasta cierto punto, sigue haciendo. Identifica nuestra deslealtad y terquedad, nuestra falta de voluntad para ser fieles a nosotros mismos y nuestra tendencia a dejarnos seducir por culturas extranjeras e ideas extrañas y eslóganes caprichosos. El mes Av nos recuerda, nuestras faltas. Nos proporciona una mirada honesta en el espejo de la historia. Como tal, comienza a traernos una medida de consuelo, el consuelo de comprender, apreciar e interiorizar la verdad, por muy desagradable que pueda parecer inicialmente esa realidad.

Los rabinos del Talmud nos advirtieron hace mucho tiempo que la verdadera felicidad viene con la eliminación de todas las dudas. Los eventos del mes de Av ciertamente deberían disipar cualquier duda que uno pueda tener con respecto a la necesidad de la responsabilidad judía y la lealtad a Dios e Israel .El  Talmud afirma además que la ira de Dios, por así decirlo, destruyó los Templos de Jerusalén, por magníficos que fueran, pero no devastó al pueblo de Israel. El pueblo de Israel ha sobrevivido sin el Templo y se ha mantenido vital y productivo durante mil novecientos años. Ese solo hecho es digno de brindarnos consuelo y alivio sobre el pasado, y determinación y esperanza con respecto a nuestro futuro.

Este sentido de realismo y honestidad, de poder y voluntad de aceptar la culpa y reconocer las faltas pasadas, es en sí mismo el comienzo del proceso de consolación y fe y esperanza futuras. Es lo que coloca la palabra Menajem delante del nombre del mes de Av. El duelo sin introspección es superficial y no productivo. Si Av puede ayudarnos a lograr ese objetivo, entonces realmente puede cumplir su propósito de ser «Menajem» para todos nosotros también.

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