A principios de febrero, una mujer israelí cruzó la frontera con Siria y pudo regresar al país tras acuerdos internacionales. A raíz de su decisión, fue condenada a ocho años de cárcel en el Tribunal de Magistrados de Nazaret.
Si bien la identidad de esta persona no puede ser revelada, es de público conocimiento que sufrió problemas de salud mental en el pasado. Como consecuencia, la sentencia se dio de forma moderada y prudente, de acuerdo con los abogados de la víctima, quienes agradecieron al tribunal por considerar todos los argumentos presentados.
La mujer, de Modiin Illit, tiene 25 años y abandonó la comunidad ultraortodoxa. Se desconoce la razón por la cual decidió ir a Siria y, al parecer, atravesó el límite a pie y por sus propios medios.
El sitio de noticias Axios, el cual citó a funcionarios israelíes, confirmó que la mujer estudió árabe y que antes también había tenido la intención de cruzar la frontera sur a la Franja de Gaza.
En una negociación en la que también participó Rusia, la mujer pudo regresar al país. En dicho acuerdo, Israel liberó ciudadanos sirios bajo su poder y financió la compra de vacunas contra el COVID-19 de fabricación rusa con costo de 1,2 millones de dólares para uso sirio.
Por último, una vez en suelo israelí, los investigadores afirmaron que ella estaba “buscando aventuras”. Y el Canal 12 local precisó que no se disculpó por el «viaje», ni que cooperó con ninguna entidad enemiga estando en Siria.