El niño de once años Moshé Holtzberg, que sobrevivió cuando era apenas un bebé a los atentados de 2008 en Bombay, regresó a la esa ciudad occidental india en medio de una gran expectación mediática y en coincidencia con una visita al país del primer ministro, Biniamín Netanyahu.
Moshé, entonces un niño de 2 años, perdió a sus padres en la matanza de la capital financiera india, que en noviembre de 2008 causó 166 muertos en una estación de tren, un centro judío, varios restaurantes y hoteles, entre ellos el emblemático hotel Taj Mahal.
Sus progenitores, el rabino Gavriel Holtzberg y su esposa Rivka, fueron asesinados en el centro judío Nariman House, que entonces dirigían, por lo que el niño fue enviado a Israel, donde vive ahora con sus abuelos.
El joven estudiante llegó a Bombay acompañado de su niñera Sandra Samuel, quien el día de los atentados le salvó, y el jueves participará junto a Netanyahu en la inauguración de un memorial en recuerdo de las víctimas de 2008, adelantó el director de Nariman House, Israel Kozlovsky.
La visita al centro judío «será para revelar nuestro proyecto de memorial viviente, que será en los dos últimos pisos y la terraza de Nariman House», detalló Kozlovsky.
Según explicó, el monumento, que contará con un espacio dedicado a los padres de Moshé, tendrá como objetivo recordar a «todas» las víctimas de los ataques de hace una década.
Netanyahu visitó el Taj Mahal y tiene previsto participar en un ciclo de conferencias con líderes de opinión en el título «Diálogo de Raisina».
Tras viajar mañana a Gujarat (oeste), el primer ministro se reunirá el jueves con empresarios indios y miembros de la comunidad judía en la capital financiera india, última parada de su viaje de cinco días al país asiático.
Con el foco puesto en la lucha antiterrorista y la economía, el primer ministro indio, Narendra Modi, visitó en julio del año pasado Israel, la primera visita de un mandatario indio a este país, en la que se reunió con Moshe. EFE