Amir Sagi, un investigador de la Universidad Ben Gurión, es el director de la investigación y desarrollo de una plataforma de modificación genética de crustáceos.
La iniciativa es producto de la alianza entre la empresa piscícola Colors Farm, la empresa biotecnológica Evogene y la universidad. El objetivo del estudio es hallar el método para, a través de la modificación genética, mejorar la resistencia ambiental y a las enfermedades y la tasa de crecimiento de los cangrejos rojos de pantano, los camarones de pata blanca y los langostinos gigantes de agua dulce.
La decisión de la empresa tiene que ver con dos factores principales: un aumento en el último período de la demanda global de mariscos, mercado que creció de 22 mil millones en 2022 a 88 mil millones de dólares en un año, y el interés por alcanzar una producción de alimentos más sustentable.
Sagi, experto en crustáceos, explicó que el proyecto israelí “representa un gran avance para la acuicultura. La edición genética tiene el poder de revolucionar la producción de crustáceos”. Además, agregó que “la edición genética es una herramienta poderosa que puede mejorar la economía y la sostenibilidad de la producción de crustáceos. Creemos que esta colaboración conducirá a avances significativos en la industria de la acuicultura”.
Las modificaciones genéticas de los probables alimentos suelen traer , con el tiempo, problemas de salud en los consumidores. EAC.
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