La eliminación de al Arouri en Beirut intensifica el dilema de Nasrallah

Por Orna Mizrahi

La escalada de la actividad militar de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en el sur del Líbano en las últimas semanas, que ha causado grandes daños a los activos de Hezbollah (daños a infraestructuras, armamentos y a muchos operativos), así como a los habitantes de las aldeas libanesas desde las que opera la organización, ha puesto a[l secretario general de Hezbollah, jeque Hassan] Nasrallah en un dilema sobre la naturaleza de los continuos combates contra las FDI en la frontera libanesa. 

La eliminación del cabecilla de Hamás, Saleh al Arouri, y de otros seis operativos del grupo en Beirut intensifica el dilema, por dos razones principales:

1. El compromiso expresado por Nasrallah en un discurso en agosto pasado asegurando de que la eliminación de cualquier líder del Frente de Resistencia conducirá a una dura respuesta por parte de Hezbollah. Este es ciertamente el caso de al Arouri, que operaba desde el barrio de Dahiya en Beirut bajo los auspicios de Nasrallah y en plena coordinación con éste.
2. La humillación de Hezbollah, dado el mensaje que Israel envía a la organización en su bastión de Beirut (aunque Israel no haya asumido la responsabilidad de la eliminación) y el mensaje sobre su determinación y capacidades especiales para operar en el Líbano (inteligencia; control del espacio aéreo).

Nasrallah debería cambiar las tácticas de combate de Hezbollah frente a la intensa actividad de las FDI para anotar logros y mantener las ecuaciones de acción y reacción que busca dictar. 

Sin embargo, dada la naturaleza de los combates de Hezbollah hasta el momento es evidente que a pesar del interés de Nasrallah en continuar la lucha y confinar a las FDI en el norte mientras continúe la guerra en Gaza; aún no está interesado en que la situación se deteriore hasta convertirse en una guerra amplia con Israel en este momento. 

Esto se debe en parte a los claros llamados de elementos generalizados en el Líbano para evitarlo, como se refleja en la respuesta inmediata a la eliminación por parte del primer ministro del gobierno de transición del Líbano, Najib Mikati, quien condenó la acción pero al mismo tiempo enfatizó que el Líbano desea mantener la guerra alejada del suelo libanés.

Se espera que la respuesta de Hezbollah llegará, como ya se ha comprometido oficialmente después del incidente, y está claro que Israel está preparado para ello. 

Es probable que Nasrallah quiera reaccionar de una manera inusual, pero no de forma tal que conduzca a otra escalada significativa de los combates en el sur del Líbano. 

También es posible una reacción inusual, bajo los auspicios de Hezbollah, por parte de elementos de Hamás en el Líbano. 

En cualquier caso, la experiencia enseña que la reacción no siempre llega de forma inmediata ni necesariamente desde la frontera libanesa.

Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies