José I. Rodríguez
La llamada a las urnas, las quintas en tres años y medio, ya forma parte de la idiosincrasia de los ciudadanos israelíes que ven como una vez más tendrán que decidir quién gobierna el complicado tablero político de Israel. Por no ahondar en lo evidente, pero sin olvidarlo para que la historia no vuelva a repetirse, la coalición del agua y el aceite ha sido un experimento fallido con claros tintes de drama político que nunca debería ser olvidado.
Las buenas intenciones se le presuponen a los que intentaron lo imposible en el plano de la física política. El agua y el aceite no se mezclan más bien se repelen y se enfrentan sin llegar a mimetizarse mutuamente. Una coalición formada por partidos tan divergentes, opuestos y enfrentados no podría resistir el paso del tiempo sin implosionar. La catástrofe era previsible, pero el deseo de sacar a Benjamín Netanyahu del poder era más fuerte que la lógica política y de toda consideración de los intereses generales del país.
En buena lid política todos saben que hacer algo por contender y enorgullecerse ante los demás es el mayor de los errores en el cual puede caer una persona, grupo, institución o coalición. En el caso al que hacemos referencia la reiteradamente nombrada coalición del agua y el aceite se gestó con la única intención de derrocar la línea ideológica que Netanyahu representaba y representa. La pretensión de hundir política y personalmente a Benjamín Netanyahu llevó a sus oponentes a fundar una coalición que no se puede fundir y que tan solo puede confundir valga la aparente redundancia.
La coalición del agua y el aceite formada a presión por ocho partidos de toda ideología contraria a la línea conservadora de Netanyahu se sustentaba en el rechazo a la persona del anterior primer ministro y en el rechazo mutuo dentro de la misma coalición. La lucha de poderes de todos contra todos y de todos contra Netanyahu nunca podría tener éxito al ser percibido socialmente como el enfrentamiento de un hombre contra una muchedumbre heterogénea de enemigos.
La percepción que se tiene en Israel de que los pocos siempre vencerán a los muchos enemigos pesa más en la conciencia de lo que podríamos presuponer. El israelí medio siempre sentirá empatía por aquellos que siendo pocos, en este caso solo uno, son perseguidos por muchos y dispares opositores que solo pretenden destruir al teóricamente más pequeño. El nombre de Benjamín tal vez fue menospreciado por algunos de sus oponentes políticos que pensaban que una coalición fuerte podría derribar a un débil y acorralado ex primer ministro en su momento. Un graso error que ha llevado a los impulsores de la coalición a una especie de autodestrucción colectiva, políticamente hablando, que les ha dejado en evidencia ante la sociedad israelí.
Los próximos comicios sí serán absolutamente determinantes para la buena marcha del país y de las relaciones con sus vecinos árabes que está atravesando un idílico marco de buena sintonía con los que antes eran sus acérrimos enemigos ¿Acaso fue la extinta coalición la que permitió el acercamiento entra árabes y judíos? Los medios de comunicación internacionales nos informaron en su momento que “el 15 de septiembre de 2020 Israel, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, en una ceremonia apadrinada por el presidente estadounidense Donald Trump, formalizaron la normalización de sus relaciones en el llamado Acuerdo de Abraham. Un verdadero acuerdo del siglo como señalaron en titulares algunos medios en el cual está la firma de Benjamín Netanyahu.
Los analistas políticos apuntan a una posible vuelta en poco tiempo de los dos titanes más sobresalientes de la política israelí y norteamericana, Benjamín Netanyahu y su homólogo Donald Trump, que tan buenos resultados han traído para ambos países. La coalición del agua y el aceite se disuelve para dar paso a la visión política más eficiente y pura, sin mezclas extrañas, de Benjamín Netanyahu que una vez más será el Primer Ministro de Israel si el Cielo lo permite. Hazlo saber.
No sabía que este servicio de información fuera acorde con el delincuente del anterior primer ministro, enfrentado a juicios por corrupción y más. Prefiero seguir intentando unir el agua y el aceite antes de volver al nefasto pasado político en este bendito país.
Todo servicio de información es acorde con la libertad de opinión, de conciencia y de prensa; enmarcado dentro de los estándares de la democracia. La bendición de Israel es tener libertad de prensa entre otras muchas libertades. Nos guste o nos disguste las opiniones como el agua y el aceite no se mezclan, pero lo importante es que tengamos agua y aceite para ver las diferencias de pensamiento que siempre serán positivas y constructivas. Gracias por su opinión.
Estoy realmente asombrado como este órgano se hace eco de un artículo tan tendencioso, que inclusive hace un llamado al cielo para permitir la reelección de Netaniahu. Espero que den, de la misma manera, un espacio semejante para la réplica de alguien de opinión diferente. Mientras tanto, los juicios de corrupción, prevaricación y abuso de poder contra Netaniahu, siguen su curso. Y también me parece insólito el deseo del autor del retorno de Trump al poder. Quien es Aurora para meterse en la política interna de U.S.A., a través de este Sr. Rodriguez ?
Mi humilde opinión, es que, los hombres de buena voluntad y con un espíritu visionario que busca verdaderamente el bien común de todos, es cuestión de meses para que el mismo pueblo de Israel pueda sacar su propia conclusión, aunque no soy israelí, pero lo amo, me daba cuenta de ciertas muy malas maniobras y hasta perversa podíamos decir, haber sacado al Señor Benjamín…Ánimo querido pueblo de Israel….Salud!!!
Me parece que el amigo JOSÉI. RODRÍGUIEZ, está cargado a favor de NETANIAHU. ¿ Cómo se explica que en 3 años y medio estemos en la 5as elecciones ? ¿Cómo ? Entonces algo podrido tiene que haber, para que el Primer Mandato de NETANIAHU, fracasara, igual el segumdo, iguasl el 3°, igual el 4°…. ¿ Entonces ? Me parece que ese ensayo que hizo BENNETT, de coalición con un Partido Árabe fue una experiemcia enriquecedora. Si no, quitémosle el derecho de voto a los Árabes Israelíes… ¿ Entonces ?
Es que los valores de los talibanes de derecha son éstos » si no te gustan mis valores , tengo otros «, como decía Groucho Marx. Si no te gusta la democracia que te propongo tengo otra mejo, con líderes como Netanyhau y Trump, Bolsonaro y Yañez, Berlusconi y una larga lista: Empecemos por Netanyhau, forjador y líder de la derecha más radical de Israel, no importe como, lo importante el estar ahí. Sobornos, presiones, evasión de la justicia, desacreditación de la justicia para evadirse de ella, mentiroso, recibió y entregó sobornos, pero lo bueno para los talibanes es que creó un enfrentamiento en la sociedad israelí que no tiene importancia, como desprestigió la democracia y la debilita, para la derecha lo importante es estar al frente del gobierno y nada más. Lo que la prensa presenta y la justicia reclama con documentos, él los presenta como ataques de la izquierda. Nada nuevo, todos los pillos son iguales. Y nuestro Bibi es de ésta generación de destructores de democracias liberales, a como de lugar.